Salud en quiebra
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Salud en quiebra

 


Qué ironía. Cuando la Secretaría de Salud de Oaxaca, en el sexenio del gran saqueador Gabino Cué, recibía a través del Seguro Popular un presupuesto de casi tres mil millones de pesos anuales, el más alto en su historia, se dio la debacle.

    El desastre que el sistema de salud pública arrastra desde entonces, empezó a notarse en la administración de Ulises Ruiz. Se prendieron los focos rojos cuando las auditorías revelaron alarmante obesidad en la burocracia de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO). De diez mil trabajadores que había antes de URO, la cifra se infló a 18 mil. Para engrosar de tal manera la nómina se confabularon autoridades y los eternos líderes de distintas secciones del sindicato encabezados por los inefables Jenoé Ruiz López, Mario Félix Constantino Pacheco, Alberto Sangermán, Antonio Cruz López, entre otros.  

Contrataron con tal avidez que llenaron de burócratas las áreas de los SSO. La inmensa mayoría de las plazas creadas fueron para personal administrativo y una mínima parte de médicos, enfermeras y personal especializado. La gran oferta de puestos burocráticos la hicieron sin la autorización del gobierno federal. Esto significa que no hubo soporte presupuestal ¿Y de dónde obtuvieron dinero para los salarios?

Los sucesivos secretarios de salud cayeron en la irresponsabilidad de quedarse con los impuestos federales que descontaban a los trabajadores. Para pagar a los contratados sin autorización federal también dejaron de integrar el pago de prestaciones del ISSSTE, INFONAVIT, etc. La deuda creció tanto que hoy pasa de 10 mil millones de pesos. Esto quiere decir que el sistema de salud pública del estado está en quiebra y el problema se refleja en la pésima calidad de los servicios que prestan en los hospitales públicos. La inmensa cantidad del presupuesto se los engulle una burocracia obesa, insaciable.

Pero esto no es todo. Los desvíos de los presupuestos, sobre todo del Seguro Popular, también contribuyeron a la quiebra, pero esta es otra historia que luego les contaré.     

Si viviéramos en un Estado con reglas claras, estos resultados serían causa de responsabilidad administrativa y penal contra los sucesivos secretarios de salud estatal que permitieron tanta anarquía, pero que va, todos pasean su impunidad, disfrutando de la riqueza mal habida. 

El gran desvío de recursos de los SSO contribuyó en gran parte a la triste situación de la Secretaría de Salud federal. El mismo presidente AMLO acepta que la gran institución que fue la SSA, hoy es “puro cascarón”. 

La triste situación obliga al gobierno federal a rescatar hospitales como el de La Mujer y el Niño y a entregar otros, como el de Tlaxiaco, al Ejército para que lo administre. 

Esta es la única manera viable de detectar a los miles de aviadores que protegen los SSO y sus secciones sindicales.

Es tal la fetidez de corrupción en los SSO que, los nuevos secretarios de salud, como Donato Casas, solo han llegado a paliar la situación. Al no poder hacer nada, pronto renunciará. Lo mismo sucederá con el que llegue. Nada podrá hacer con ese “cascarón”. Ya me imagino a soldados del Ejército Mexicano descubriendo a los aviadores de Salud que, calculan, son unos tres mil.  

EL CÁNCER 

Solo como un botón de muestra de la gran corrupción que prohíjan los eternos líderes del sindicato de los SSO, al permitir miles de “aviadores”, vale releer mi entrega del 7 de febrero del 2018.

El gobierno ha detectado unos 1,500 aviadores sostenidos tanto por el gobierno como por el sindicato. 

Llegó un equipo de auditores de la dirección general de Recursos Humanos, enviados por el secretario José Narro. En la revisión de la lista de los señalados por cobrar sin trabajar, participan funcionarios locales, líderes del sindicato nacional y de la Sección 35.

Circulan nombres de algunos que supuestamente cobran en la SSO sin desempeñar labor específica, pero las investigaciones, misteriosamente no avanzaron. Citan, por ejemplo, a Ulises Cortés.

Un grupo de valientes trabajadores de Salud reaccionan y se tornan exigentes ante sus líderes. Mencionan muchos nombres, entre ellos el de la secretaria general de la sub sección, Denis López. 

La lista es larga.

ABRAZO SOLIDARIO

Un abrazo muy sentido para mi apreciado amigo Pepe Cruz, dueño del famoso restaurante Fortincito. Me uno a sus sentimientos por la pérdida de su hijo José Manuel.                                       

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