Un extraño “amigo”

Pocos ven la extraña cabalgata de oscurantistas que hoy apuntan sus armas destructoras contra dos de las más emblemáticas instituciones de educación superior en Oaxaca: La Universidad Autónoma Benito Juárez y el Instituto Tecnológico. La primera padece una huelga que cumple hoy 39 días. El ITO enfrenta a políticos perversos y maestros “grillos” que se resisten al cambio. Hay que recordar que los alumnos lograron con sus movilizaciones pacíficas, la salida Juan Cruz Nieto del peor director que ha tenido esta institución, pero hoy enfrentan otros enemigos.

Si bien es cierto que la protesta estudiantil fue resultado del hartazgo contra los abusos de Juan Cruz Nieto, hubo otros directores que, literalmente, hundieron al ITO. Es el caso de José Luis Sosa, Gerardo Silva Sánchez, Alfonso León de Guevara y los que los sucedieron, hasta la salida de Juan Cruz.

No pocos maestros coinciden en señalar que los más catastróficos fueron el director Gerardo Silva Sánchez y su cuñado Erangelio Mendoza. Ambos antepusieron sus intereses políticos y económicos a la vida productiva del ITO.

Este último propició la entrada de las hordas “democráticas” de la 22 al ITO. Su cuñado, por ser el director, se lo permitió. Así empezó el derrumbe de un instituto que alcanzó fama por los técnicos de primer nivel que formaba.

Como dije en mi columna de ayer, no bien se levanta el ITO y ya sufre nueva embestida. La encabezan Luis Rodolfo Pérez y otros maestros sindicalizados manejados con fines inconfesables por la diputada panista María de Jesús Mendoza y su ex pareja Esteban López José un individuo de cuestionada conducta en puesto público. La laya del primero de los mencionados la descubre su ex correligionario Juan Cruz Nieto en una carta que circula en las redes sociales. Aquí algunos párrafos que muestran el grave descrédito que sufre el Tecnológico:

Maestro Luis Rodolfo Pérez Reyes: Escogí a propósito este día para escribirte esta carta, con la cabeza fría y sin rencor, sino con un dejo de tristeza, por tu pérdida de los valores más esenciales. Recibía todos los días de ti, mensajes de “buenos días”, me deseabas éxito o me dabas ánimo llamándome “amigo”. Siempre creí que eras sincero a tal grado que en reiteradas ocasiones me llegaban noticias de tus despotricadas en mi contra y no hice caso. No las creía. En esta semana que concluye hoy, se hizo viral un documento de cinco páginas donde veo estampada tu firma.

Me costó trabajo creerlo, pero finalmente resultó ser cierto. No me sorprende el documento y tampoco me quita el sueño pues es la suma de una serie de frustraciones que han dado al traste con la estabilidad de tan noble institución, de gente que en sus palabras dicen que la quieren pero que en los hechos demuestran lo contrario. Lo que me entristece es que en tu afán de destruirme estas desacreditando a personas de alta honorabilidad que formaron parte de la Comisión Dictaminadora y que corren el riesgo de ser demandados por daño moral. Qué lástima que seas tan pobre de corazón y que no sepas que significa un amigo. Lo que me sorprende es tu doble moral, tu ingratitud y que hayas prostituido tus ideales por llegar a ocupar un cargo (quería ser subdirector académico), al precio que sea, porque ni siquiera te has preguntado a cuanta gente representas.

Doble moral porque por un lado me dices “amigo” y por la espalda intentas darme una puñalada, cual vil traidor: ingratitud porque muy pronto te olvidaste de todo lo que hice por ti, de tal modo que perdí la cuenta de cuántas veces te ayudé y si alguna vez violé las reglas fue para ayudarte no solo a ti, sino a todos los que signan ese documento con la salvedad de que ellos no me llaman “amigo”. Pronto te olvidaste que a quienes acusas de “vende plazas” fueron los que te asignaron tu tiempo completo, que trabajabas en Protección Civil sin haber pedido permiso -y no fuiste el único- y todas las dádivas que recibiste bajo el escudo de la amistad, hasta la impresión de tu tesis y los gastos a Guadalajara ¿Por qué no denuncian eso? Lo único que no te di, pero tampoco te lo prometí, es la subdirección académica que en varias ocasiones me pediste en nombre de aquella falsa amistad que pregonabas. Y no te la di, porque realmente te he considerado un sub profesional que no lleva en su voz la verdad de sus hechos.

Hasta aquí el párrafo sintetizado de la carta que exhibe la calidad moral de los “grillos” que se han agrupado para seguir socavando una institución tan noble como es el ITO.

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