¿Proteger a quien?
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¿Proteger a quien?

 


“Los animales están bien protegidos por los campesinos; desde las madrugadas nos levantamos para darles de comer, están bien cuidados y hasta los educamos para que trabajen con nosotros para que no sean como los animales de aquí enfrente”. Así decía uno de los campesinos criadores de gallos de casta en las puertas del (peor) Congreso del estado. Protestaron ayer para que los diputados de la 54 Legislatura no aprobaran una más de sus ocurrencias: le ley de protección animal.
La realidad es que los curulecos del palacio de San Raymundo Jalpan, van de tropiezo en tropiezo. Legislan por consigna, sobre las rodillas, no para hacer leyes que mejoren la convivencia social.
La Suprema Corte los tiene emplazados para que legislen sobre la consulta de los pueblos indígenas. No hacen caso. Solo espoleados por la Corte hacen como que legislan. Otro ejemplo, el mismo Poder Judicial Federal ordenó a los gobiernos federal, estatal y municipal rescatar los ríos que atraviesan la ciudad, pero los “diputadetes” ni siquiera están enterados que tienen que legislar para ordenar recursos públicos para limpiar nuestros ríos.
Aún no enderezan la pifia que significa la iniciativa de ley para reglamentar la publicidad en los medios por ser una vil copia del Congreso de Jalisco, y ya van por otra patochada.
Fuerte la protesta la de ayer, y dicen que continuará contra los “levantadedos” que quieren una ley que, de aprobarse, significaría una afrenta contra la cultura popular. Resultaría oprobiosa porque en nuestro pueblo está bastante arraigada la costumbre de espectáculos como el jaripeo, las carreras de caballos, la pelea de gallos o hasta el baile y la cura con animales.
Desde una mullida curul resulta execrable ir contra la cultura popular. El baile del guajolote, la cura tradicional con sangre de gallinas negras o los “baratillos” a donde llevan toda clase de animales amarrados o maniatados para compra-venta, es parte de la cultura indígena, pero qué van a saber estos diputados del Morena forjados en la violencia de las marchas, plantones y barricadas. Qué decir de los curulecos de los otros partidos como el PRI y su amasio el PVEM, que solo saben de “moches” y negocios a partir del tráfico de poder.
De tan lerdos, algunos diputados con costumbres que copian de los narcos, no reparan en que lo único bueno de dicha ley es que serviría para expropiarles -es un decir- las aves y animales exóticos que adornan sus ranchos y albercas. Únicamente para esto serviría la ley que, dudo, pudiera aplicárseles.
Todo esto ha sido planteado a algunos diputados por Josué Ramírez, dirigente de la organización Sociedad México Sureña para la Conservación y Aprovechamiento del Ave de Casta, pero son tan neófitos que ni entendieron. Ayer un grupo de caballerangos y criadores de gallos de casta reiteraron la protesta frente al Congreso y advirtieron con intensificar su protesta. No sé si los flamantes diputados alcancen a entender la dimensión del repudio que se han ganado.
Por lo que vemos puede más sus frioleras ocurrencias que la seriedad de un Congreso que escuche al pueblo y legisle, por ejemplo, por una ley de protección al patrimonio cultural de Oaxaca o la de traductores e intérpretes que tanto reclama la sociedad.

El salto del chapulín
No hay duda de que el gobierno del estado se hace hará kiri es decir, subvenciona con millonarias cantidades de dinero público a los “desplazados” triquis que están desmadrando los portales, fachadas y calles del Zócalo donde viven, comen, defecan, hacen negocios tutelados por la CIDH y la DDHO.
Información extraoficial indica que, de enero 2017 a la fecha, han recibido unos ocho millones de pesos, supuestamente porque son “pobrecitos desplazados que no tienen ni donde dormir”. Los muy audaces encontraron en la invasión de los portales y el zócalo una forma de medrar.
Lorena Merino la dirigente más audaz y agresiva, recibe 69 mil pesos cada mes. Los otros cabecillas de los desplazados son, Braulio Hernández, Jesús Martínez, Sergia Martínez, María Juana Santiago, Epifania Martínez y Selena Velasco. Entre todos se han repartido la millonada, pero siguen invadiendo y traficando con los espacios.
El negocio ha despertado recelos y enfrentamientos entre los grupos. La semana pasada, Raymundo Merino primo de Lorena, se apropió de otro puesto. Basilio Ramírez le dijo que no tenía derecho y fue agredido a golpes por Raymundo un peligroso triqui procesado por cargos criminales de robo y lesiones. Lo raro es que a pesar de que este último causó lesiones a Basilio la policía no detuvo al agresor pese a que se encuentra en Libertad condicional.

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