Fraudes camineros
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Fraudes camineros

 


Hace no más de cinco meses, la SCT y dos constructoras defraudadoras recibieron unos 15 millones de pesos por la reconstrucción de la carretera Díaz Ordaz-Villa Alta. “Concluyeron” los trabajos y el director del centro SCT, José Luis Chida Pardo avaló la repavimentación y pagó. Hoy esa carretera vuelve a estar intransitable.
Como testigos de este fraude, muy común por la complicidad entre constructoras y funcionarios venales, quedaron únicamente los señalamientos con rayas blancas y amarillas con que los camineros suelen pintar el asfalto que no es más que arena con chapopote como finiquito de sus obras tramposas. Increíble, pero dura más la pintura que el supuesto pavimento.

Coludidos
En su visita el pasado día dos a pueblos serranos de Oaxaca, el presidente López Obrador acompañado del gobernador Alejandro Murat, puso el dedo en la llaga purulenta. Es decir, habló del fraude constante de constructores que, coludidos con la SCT y otras dependencias de gobierno, engañan con obras de pacota a los pueblos que gestionan construcción o reparación de sus carreteras que a los dos o tres meses, ya no sirven.
Al supervisar la carretera de San Juan Atepec, Ixtlán, el presidente AMLO dijo que con estos engaños que fraguan constructoras y funcionarios de gobierno, “nunca hubieran hecho el camino o no lo terminan; vamos a terminar los 300 caminos que me comprometí, pero de manera diferente, no con contratistas, porque hacen malas obras, pues nada más pintan de asfalto, llega el agua y vuelven a quedar de terracería y además se llevan el dinero”. Así de claro habló el presidente de México luego de conocer sobre el avance de 5 kilómetros del camino de concreto de esa población serrana.

Otras ventajas
Con su coloquial perorata, AMLO remarcó sobre los beneficios de que los propios pueblos hagan sus caminos para sacudirse la perniciosa intervención de las empresas constructoras que corrompen presidentes municipales y funcionarios corruptos para que reciban como “buenas” obras que están mal hechas o inconclusas. Explicó que con este nuevo mecanismo han pavimentado con el gobierno federal, 120 kilómetros de caminos en 45 frentes, con la participación de más de cuatro mil trabajadores, entre ellos 565 mujeres. Construyen los caminos de manera artesanal y con herramientas básicas como el pico, la pala y revolvedoras. Hacer un camino “no es gran ciencia”, por lo que confió en la sabiduría y honestidad de los pobladores.
López Obrador reconoció que las autoridades electas bajo el sistema de usos y costumbres son las más honestas de México, por lo que se les da de manera directa el dinero y la asamblea del pueblo es la máxima autoridad.

Acotar negocios turbios
La siguiente nota es un botón de muestra de los fraudes que -ahora sabemos- bien conoce el presidente de la República.
Comunidades de la franja costera que comprende Huatulco, Pluma Hidalgo, Copalita, anuncian movilizaciones para denunciar el millonario fraude que significa su carretera. La constructora en contubernio con el director SCT, José Luis Chida Pardo, solo embarró chapopote que ya se deslavó.

Misión imposible
La corrupción cuyo combate es anunciado como eje fundamental en el gobierno de la 4T, parece misión imposible por la profundidad en que ha permeado, no solo en la construcción de caminos, en todos lados. El economista Luis Pazos, nos da otro ejemplo.
La corrupción cotidiana por la policía de tránsito o inspectores a ciudadanos o empresarios, sigue igual o peor. En Xochimilco clausuraron varios pequeños comercios por no cumplir con todos los trámites. Después de varias semanas cerrados y cuantiosas pérdidas, se acercaron a los afectados los “gestores”, que son los intermediarios entre quienes deciden si se abre o mantiene cerrado un negocio, ofreciendo tramitar su apertura mediante un costo menor a las pérdidas que tienen por estar clausurados.
En la CDMX y en varios estados gobernados por MORENA, el cierre de obras y restaurantes por cualquier excusa, amenazan con colocar sellos de clausura.
Los patrulleros de la CDMX son también inspectores de obras. En un video que circula en redes sociales se ve cuando suben a la patrulla a un albañil que arreglaba la puerta de una casa. Esa acción de la autoridad es claramente inconstitucional, pues ese trabajo puede ser una infracción, no un delito. Pero para los patrulleros es más fácil y redituable detener a ese albañil trabajando, que a los ladrones que entran a robar una casa.
Para quienes tienen un negocio, construyen o manejan un auto, la corrupción sigue igual o peor que antes.
En una encuesta realizada vía Twitter por Sergio Sarmiento, en la que participaron miles de personas, el 94% señala que no ha desaparecido la corrupción en la Cuarta Transformación. Sigue peor.

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