ANTE LA ENORME división que hay al interior de los actores políticos de morena (con minúsculas, como aparece en su logo) hay una cosa que comienza a mostrar su lógica.
QUE LA PRESIDENTE SHEINBAUM, haya minado –por presión de los Estados Unidos– la política de abrazos no balazos y con esto dé señales de ir marcando su propia ruta política, está sacando a flote lo más oscuro del guinda.
ESTAMOS viendo que, a pesar de ser la jefe del Ejecutivo, “su” partido se adjudicó para sí el Poder Legislativo y ahora quiere engullirse el control de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
¿Por qué lo digo? Porque los trascendidos políticos, hoy refieren que HUGO AGUILAR no debería cantar victoria ya que, si los detractores de SHEINBAUM no pudieron legalmente impedir su llegada como presidente de la SCJN, ahora van por la vía POLÍTICA para bloquear su asunción. Algunos calculan que podría el oaxaqueño quedarse sin el cargo –a diferencia de LENIA BATRES que es, a quien los duros de morena quieren al frente de esa fuente de poder– y el claudismo sin el esperado control sobre el Poder Judicial.
Esto ¿Qué nos dice? Que, cuando todos esperaban la vuelta a un presidencialismo inconmensurable (con todo la concentración del poder en las manos del Ejecutivo) nos damos cuenta que el expresidente LÓPEZ OBRADOR habría diseñado milimétricamente que quien llegara a sucederlo en Palacio Nacional debería ser un abyecto esbirro, un servil “jefe” del Ejecutivo y en caso de que no se acatara a sus lineamientos, recibiría en contra las muestras de todo el poder del morenismo (concentrado hasta en los otros dos poderes, claro, una vez conquistado el Judicial). Algo como lo que hoy pareciera estar ocurriendo. El intento por bajar a AGUILAR es el botón de muestra.
ES DECIR que entramos a una especie de plan B obradorista; si se topaba con una presidente rebelde; le haría sentir el enorme poder que LÓPEZ OBRADOR conservó y concentró en el partido morena. Por eso la lealtad de legisladores (que han dado tantas largas y reveses a las propuestas legislativas de la presidente SHEINBAUM), por eso, que muchos políticos de la cúpula guinda miren de soslayo a la presidente y sigan del lado obradorista, se debe a que la dictadura es de PARTIDO, que el oriundo de Macuspana siempre buscó que el verdadero poder se amalgamara en el guinda, su creación, no en una dictadura presidencial.
POR ENDE
POR ESO en Oaxaca, SALOMÓN JARA se siente muy seguro de poder seguir ejerciendo su feudo una vez que deje el poder, ya que (aunque aún no llega a la mitad del camino de su mandato) apuesta a que su voz sea escuchada a la hora de que se nombre al sucesor.
SU SUSPICAZ apego al obradorismo debe obedecer a que el poder del partido morena supera al del Poder Ejecutivo, si bien la presidente de morena, Luisa María Alcalde hace constantes guiños a SHEINBAUM, ANDY es la pieza clave de Obrador en su partido. Claro, la era claudista es incipiente (apenas comienza, pues) y el hijo de OBRADOR no ha mostrado ser un ducho en eso del control partidista.
PERO al mandatario oaxaqueño no se le debe olvidar que SHEINBAUM está urdiendo alianzas con el trumpismo y que eso, claro que tendrá resultados. Veremos si no está equivocando su apuesta.
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