• Al Momento
  • Opinión
  • Video
  • Al Momento
  • Opinión
  • Video
opinion

El patrimonio cultural ancestral

La política cultural del México Imaginario ha sido la de tratar de borrar todo recuerdo de la civilización del Anáhuac. Para los mexicas-mejicanos, en su historia oficial se le llama colonizadamente “prehispánica”, es decir, antes de la invasión y ocupación de nosotros los vencedores-invasores.

Para medir su dimensión cultural, podemos afirmar que la historia de los anahuacas empieza con la invención de la agricultura y el maíz, hace diez mil años, de los cuales, en los últimos quinientos años, ha sufrido tres siglos de la colonización española, y dos siglos de la neocolonización con los criollos.

La propuesta ha sido, desde 1921, convertir a los pueblos anahuacas en mexicas-mexicanos perdidos en el confuso laberinto de la identidad y la desolación de no saber de dónde vienen y quiénes en verdad son. Su ideal es ser un país mono lingue, mono cultural, en la que no existen diferencias, porque dicen que en este país “todos somos iguales”.

A diferencia de los gobiernos de China o India, -civilizaciones coetáneas a la del Anáhuac-, fundamentan su identidad, valores y principios, tanto personales, comunitarios y nacionales, en sus raíces más profundas. En China todos hablan su centenaria lengua llamada mandarín, y en India el pueblo habla el hindi, en cambio, en el México Imaginario hablamos “español”. En China e India, sus dirigentes y sus millonarios, son chinos e indios, en el México Imaginario todos son extranjeros avecindados, que en general tienen doble pasaporte.

En el primer siglo del México Imaginario “independiente”, los criollos traicionaron a los gachupines y los expulsan de su país de ellos y únicamente para ellos. Entre cuartelazos, levantamientos e invasiones, los criollos crean la ficción del México Imaginario, que solo es una neocolonia disfrazada burdamente de una república copiada a Estados Unidos y algunos países de Europa.

Pero a partir de mediados del siglo pasado, se dieron cuenta que el patrimonio material era un atractivo para la industria turística y empezaron a “rescatar”, lo que llaman zonas arqueológicas y a sembrar museos como atractivo turístico. Sin embargo, el patrimonio espiritual es mucho más importante, porque contiene una forma ancestral de ver y entender el mundo y la vida.

Toda esta sabiduría que va desde la producción de alimentos, la medicina, la educación y las formas de organización, hasta la trascendencia de la vida en ámbitos de la energía, es el potencial para reactivar a la Matria. El conjunto de estos saberes creados a través de milenios se conoce como la Toltecáyotl, entendida como “el arte de vivir en equilibrio”.

La ideología criolla neocolonial sabe muy bien que el patrimonio intangible o espiritual, definido como la memoria histórica y la identidad cultural ancestral, resulta nociva para sus intereses de explotación y depredación de los anahuacas y sus recursos naturales.

La recuperación del patrimonio tangible o material es importante, pero la recuperación del patrimonio intangible posee un valor inconmensurable para recuperar la libertad y la dignidad. El patrimonio tangible se refiere a los objetos y el patrimonio intangible a los sujetos. Resulta imperativo recuperar el arte de vivir en equilibrio.

Educáyotl, AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. No se puede salir del calabozo de la colonización con las ideas y valores de los carceleros. Descolonizar es dignificar.

 

Luz y Guillermo Marín

Notas Relacionadas

EDICIÓN IMPRESA


Recibe todos los días a primera hora en tu casa u oficina las noticias del momento.