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El normalista olvidado

Christian Tomás Colón Garnica ¿le dice algo este nombre querido lector-lectora? De los cientos de personas, inconformes, indignadas que marcharon en la ciudad de México, Tixtla, Iguala o en las dos o tres protestas escenificadas en la ciudad de Oaxaca ¿al menos algún puñado de los asistentes sabe quién es?, ¿cuántos años tendría, de dónde salió para estudiar en la normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa?

¿Quién de todos nosotros recuerda que Christian Tomás Colón García es uno de los 43 desaparecidos en aquella trágica noche del 26 de septiembre de 2014 en Ayotzinapa, que acaba de cumplir 8 años desaparecido y que es oaxaqueño? ¿Quién conoce de su familia, la cual vive en un paraje cercano a Tlacolula de Matamoros; de sus padres quienes han acudido en múltiples ocasiones a Iguala, a la Ciudad de México; engrosando marchas de protesta, plantones en demanda de la aparición con vida de su hijo, con la exigencia de justicia. ¿Quién se acuerda? Pero sobre todo ¿Quién o quiénes los han ayudado, les han tendido la mano?

Acaso alguien les acercó el hombro luego del golpe seco en la mente, en el estómago, en el corazón de la familia luego del cruel estilo de gobernar y dar las trágicas noticias por parte del gobierno del cambio que filtró un documento donde da por muertos a los 43, todos asesinados, desmembrados, calcinados, enterrados a manos de carteles del narco, de autoridades municipales y del ejército. ¿Cuál fue el destino de Christian?

Christian Tomás Colón Garnica tendría hoy 26 años y hoy mismo estaría ejerciendo su profesión de profesor, habría ya egresado de la normal y, como señalaron en entrevistas sus familiares, estaría impartiendo su ministerio en las comunidades pobres, quizá alejado de la comodidad de un puesto obtenido gracias al marchódromo o componendas sindicales. Era su anhelo.

Quizá ya hubiera quitado a su madre de trabajar o, al menos, estaría ofreciendo una mejor vida también a su padre que, por 2 mil pesos a la semana se soba el lomo como jornalero y, seguramente estaría apoyando a su hermano que, hoy, dedica su tiempo a buscarlo.

Cargado de sueños, a los 18 años salió de Tlacolula de Matamoros, Oaxaca a estudiar tras ser admitido en la normal de Ayotzinapa; en nuestro estado su familia no estaba en condiciones para sufragarle una carrera y, en Guerrero, tendría una beca, hospedaje y alimentación para dedicarse de lleno a prepararse.

El oaxaqueño recién cumplía la mayoría de edad; con su familia habitaba una casa construida con lámina y cartón en el paraje Duvil, de Tlacolula. De aquí salió con la esperanza de convertirse en maestro y apoyar a su familia.

Solo los primeros días posteriores a la desaparición autoridades, amigos y vecinos organizaron colectas para apoyar a su familia y que sus padres pudieran trasladarse a Tixtla, a reunirse con los familiares de los desaparecidos. Pero desde entonces, el olvido.

A 8 años de distancia, ¿alguien se acercó a la casa de dónde salió para brindar una palabra de aliento a la familia? De las decenas de organizaciones sociales que han abanderado “la causa”, han brindado apoyo para su búsqueda. Muchas cuentas con recursos, con apoyos de diferentes gobiernos: municipales, estatales, federales; de organizaciones nacionales y extranjeras pero, ¿alguien les ha acercado una despensa, un boleto de autobús? ¿les han brindado apoyo monetario, sicológico o médico?

¿Dónde está el diputado de la zona? En este caso el exlíder magisterial, Azael Santiago Chepi de Morena, cuyo distrito, por cierto, tiene a Tlacolula de Matamoros como cabecera. Y las secciones 22 o 59 donde quizá, con su título normalista, pudiera haber engrosado esas filas.

Los embozados que vandalizaron edificios, bancos, instituciones públicas y privadas el pasado lunes durante las marchas y movilizaciones ¿por qué no enfocaron parte de esa explosiva irritación en ir a Tlacolula a intentar mejorar las condiciones de vida de la familia de Chistian? En lugar de destruir, construir algo, por mínimo que fuera.

¿Dónde está también Haydé Reyes Soto?, camaleónica diputada local, locutora, exdirectora del Registro Civil en el gobierno gabinista, Ahora también morenista. ¿Se ha acercado al caso, ha escuchado sobre este normalista oaxaqueño desaparecido?.

Organizaciones políticas como la nefasta UACOL de Adán Mejía gritaron, vandalizaron y protestaron en la 28 zona militar. Nada, absolutamente nada liga a esta organización de ambulantes con normalistas, pero han enarbolado esa bandera. Y, además, Ayotzinapa ha sido pretexto para que anarquistas vandarizaran la ciudad.

Además de la historia de Christian Tomás Colón Garnica hay otras 42 tragedias nacionales.

Sobre la del estudiante oaxaqueño se ha colocado una gruesa manta de olvido.

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