Movimiento de residentes 2019, la inconformidad es real
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El hombre y su palabra

Movimiento de residentes 2019, la inconformidad es real

 


El título de esta columna corresponde a una de las pancartas con la que salieron a manifestarse médicos residentes en las principales ciudades del país durante las primeras semanas de abril. Al igual que otros sectores de la sociedad, sus demandas han sido diversas, desde aquellas que exigían una solución pronta y otras que requieren de una transformación estructural del sistema de salud público para garantizar el derecho a un trabajo digno y la protección de la salud, plasmados en el Art.123 y el Art. 4 de la Constitución, respectivamente.
Antes de presentar, de forma sucinta algunas de sus peticiones y algunas cifras en materia de salud, es conveniente detallar qué es un médico residente y cuáles son las condiciones en las que se forman. Primero, un residente es un médico titulado que está realizando una especialidad o subespecialidad en un hospital público o privado. Segundo, en el ámbito normativo su situación no es clara, ya que a veces se les considera como trabajadores y otras como becarios; viven sobrecargados de trabajo, sus jornadas van de 12 hasta más de 36 horas; a pesar de lo anterior, los sueldos que perciben se han mantenido estancados mientras el precio de los bienes y servicios básicos se ha incrementado; además, brindan atención médica con recursos limitados; por último, quienes se encuentran en los primeros años sufren del abuso de poder por parte de residentes más avanzados y de médicos de base.
Sus demandas inmediatas fueron: el pago de tres quincenas retrasadas –que ha ocurrido en años pasados– y el rechazo por el anuncio de que se les descontaría 3,000 pesos correspondientes al bono sexenal. Actualmente, la Secretaría de Salud se encuentra resolviendo dichos puntos; también, han iniciado pláticas con la Comisión de Salud del Senado de la República con miras a establecer jurídicamente la figura del médico residente.
La atención y seguimiento de estas demandas primarias resultan indispensables para avanzar en el fortalecimiento del sistema de salud público; además, podría dar pie para resolver peticiones de carácter más amplio como son: mejor entorno laboral (disminución de las jornadas e incremento del salario), condiciones adecuadas para ejercer la residencia, así como el incremento y mejoramiento de los recursos que emplean.
¿Cómo se encuentra México en materia de salud pública? De acuerdo con en el Diagnóstico del Derecho a la Salud del 2018, elaborado por Coneval, de los 31 países que conformaban la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en 2016, México ocupó la última posición en gasto público de salud, expresado como porcentaje del PIB, con un 3%, mientras que en Chile (siendo éstos los únicos países latinoamericanos que pertenecían a dicha organización) fue del 5% y Alemania tuvo la primera posición al tener un 9.5%. En 2015, México contaba con 2.4 médicos por cada 1,000 habitantes, cifra que contrasta con el promedio de la OCDE que fue 3.4. Considerando el personal de enfermería, nuestro país tenía 2.8 de éstos por cada mil habitantes, igualmente inferior a la media que era de 9.
La demanda de los residentes, como los datos presentados, exhiben los grandes retos en materia de salud. Sin duda, el gobierno debe tener un papel importante, que genere estrategias y acciones encaminadas a atender de forma íntegra esta área. Es necesario promover hábitos y estilos saludables; prevenir enfermedades; atender enfermedades y recuperar capacidades. Hay que tener claro que un México más sano y con mayores capacidades de desarrollo humano es tarea de todos.

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