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López Obrador y su visión del crecimiento económico
Durante campaña y después como presidente electo, López Obrador sostuvo que el crecimiento económico anual de su sexenio sería del 4 por ciento, finalizando con tasas del 6 por ciento. Hoy, después de 4 meses de administración, diversos organismos han recortado los pronósticos de crecimiento para el país.
En los Pre-Criterios de Política Económica de 2020, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) pronostica que el rango de crecimiento para el 2019 es del 1.1 a 2.1 por ciento, inferior al 1.5 y 2.5 que se tenía previsto; para 2020 la expectativa también disminuyó, ahora se encuentra entre el 1.4 y 2.4 por ciento, menor al 2.1 y 3.1 por ciento que se había contemplado. Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) redujo la estimación de este año al pasar de 2.1 a 1.7 por ciento.
A pesar del recorte en los pronósticos, el presidente afirma que este año se alcanzará el 2 por ciento; además, en una reunión que tuvo lugar el día 12 del presente mes en Mérida, Yucatán, López Obrador invitó a inversionistas nacionales y extranjeros a impulsar la actividad económica de México; aprovechó el espacio para reafirmar su compromiso de respetar los contratos y fomentar la inversión privada, ya que sólo en compañía de ellos se alcanzarán las elevada tasas de crecimiento que prometió.
Pero ¿por qué es importante el crecimiento económico de un país? El paradigma en la ciencia económica establece que el incremento en la producción de bienes y los servicios prestados –medido por el Producto Interno Bruto– en un país a lo largo del tiempo permitirá alcanzar los niveles de ingreso por persona existentes en los países más desarrollados, también implicaría una mayor calidad da vida; por tal motivo, el objetivo del gobierno de los diferentes países es alcanzar mayores niveles de crecimiento.
Es preciso mencionar que el crecimiento económico no se salva de críticas. Por una parte, no existe evidencia suficiente para afirmar que un mayor crecimiento se traduce en una disminución de la pobreza o la desigualdad, y es que debe considerase, entre otros elementos, que el PIB no se distribuye de forma proporcional, sino que tiende a concentrarse en los grupos de mayores ingresos. Por otro lado, alcanzar y mantener elevadas tasas de crecimiento económico requieren del uso recursos que no son infinitos, como aquellos que provienen de la naturaleza.
El presidente López Obrador, no sólo no cuestiona los límites del crecimiento económico, sino que intenta conseguirlo sin tomar en cuenta la sostenibilidad –satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras– y la inviabilidad técnica y financiera de sus principales proyectos. El ejemplo más claro es el afán por volver a ser de México un importante productor y exportador de petróleo a nivel mundial; mientras que en otros países se plantea el uso de energías renovables, el primer mandatorio se desentiende de dicha tendencia y no considera la opinión de los expertos quienes señalan la inviabilidad de construir más refinerías.
Hace unos días, el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) publicó un diagnóstico sobre la construcción de la refinería de Dos Bocas, Tabasco, donde se responde la siguiente pregunta: ¿Llevar a cabo este proyecto traerá beneficios para Pemex?
En el documento se señalan cinco preocupaciones sobre el proyecto. Primero, la producción petrolera en el país ha presentado una tendencia decreciente en los últimos 18 años, de mantenerse el comportamiento, Pemex se vería obligado a importar petróleo. Segundo, la etapa de refinación es la menos rentable de la cadena de valor. Tercero, en 2017 las refinerías funcionaron a menos de la mitad de su capacidad instalada, entonces, sería más conveniente incrementar la inversión en infraestructura existente. Cuarto, los costos de inversión y los tiempos de ejecución que tienen este tipo de proyectos son altos y volátiles. Quinto, a nivel mundial se observa una disminución en la demanda de hidrocarburos como resultado de una mayor inversión en energías limpias y eficientes.
Además de los elementos anteriores, se realizó un análisis financiero de la factibilidad de la refinería. De los 30 mil escenarios posibles, en el 98% de los casos la refinería implicaría más costos que beneficios para Pemex y el país. Por lo anterior, el IMCO propone cancelar la construcción de la refinería de Dos Bocas; explorar otras opciones que permitan mejorar el abasto en el mercado de gasolina y diésel; reasignar los recursos en áreas que no comprometan la viabilidad financiera de Pemex, como podrían ser la exploración y producción.
En estos cuatro meses, AMLO ha mostrado su diferencia con los estudios y diagnósticos presentado por instituciones privadas y civiles, inclusive, con aquellos que provienen de su mismo gobierno. Debe entender que detrás de cada proyecto y objetivo debe existir un proceso de elaboración y ejecución que no comprometan los recursos del Estado. Tampoco debe olvidar que el crecimiento económico por sí mismo no genera bienestar; si quiere transformar la condición económica de la mayoría de los mexicanos es necesario formular proyectos sostenibles y en los cuales la riqueza no se concentre en algunos grupos.
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