La banca 
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Opinión

El Crematorio

La banca 

 


Uno de los mejores negocios que ni el gobierno se mete, son la banca privada, en complicidad exprimen al pueblo mexicano, ósea el agio oficializado quien goza de altas prebendas, canonjías para que puedan trabajar con toda impunidad tratando a su clientela con “la punta del pie” despóticamente ante la mirada complaciente de todos los gobiernos pasados, presentes y futuros, ya estamos seguros amables lectores que ustedes han sufrido el atraco en despoblado del agio institucionalizado, solo basta entrar a una sucursal bancaria para ser malmodeado, tratado con caras largas, le brindan con su propio dinero un servicio caro y malo, sujeto a las normas, vaivenes que la banca privada dicte con la abierta complicidad de un gobierno alcahuete, cómplice no sólo del mal servicio, sino del latrocinio cruel y despiadado.

Ahora la modalidad es que los robos de los bancos están a la orden del día, no a modo del lejano oeste, sino con métodos sofisticados que van desde la complicidad de gerentes y empleados con el hampa organizada o de bandas rumanas expertas en ordeñar los cajeros automáticos, que aprovechan la nula vigilancia que existen en estas instituciones del latrocinio  organizado, sin hablar de los exorbitantes intereses que a mansalva exprimen al cuenta habiente, sin hablar de los créditos hipotecarios que están destinados a venderle el alma al banco o a venderle una ilusión de un bien que nunca será suyo y más que todo se convertirá en un mal.

No cabe duda que los cuenta habientes que por propia voluntad caen en las garras de cualquier banco, generalmente de origen extranjero, son zombies bancarios que obedecen al pie de la letra chiquita lo que firma en abierta desesperación por adquirir un bien que se convierte en mal, así como hay votantes babeantes de lealtad a ciegas, así somos quienes usamos los imprescindibles servicios de estas empresas que atracan abiertamente en todo el mundo al los desdichados seres que caen en su trampa. ¿Acaso ustedes han visto seguridad o algún guardia resguardando una institución bancaria? ¡Claro que no! Pues a pesar de las millonarias ganancias que tiene el agio institucionalizado a través de la banca privada, no pueden pagar un guardia o un policía que asuste a los ladrones de adentro o afuera, todo es ganancia y el gobierno es su cómplice, pues se hace de la vista gorda.