De cantina en cantina
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Opinión

El Crematorio

De cantina en cantina

 


No sabemos si las prisas presidenciales de Andrés Manuel López Obrador por llegar al año electoral del 2021, ha destapado la Caja de Pandora y a su vez alimentando las ambiciones partidistas de aquellos mexicanos que “pretenden sacrificarse” por su pueblo y ocupar los cuantiosos huesos que saciarán su ambición y hambre durante un trienio. Aquí en Oaxaca tanto “moros como cristianos” —miembros de todos los viejos y los nuevos partidos políticos— se preparan a contender en una justa muy injusta que no debería de registrarse, pues todo se escenifica para darle “atole con el dedo” al pueblo y demostrarle al mundo que vivimos una potente democracia que haría sonrojarse a los gringos de enfrente.

Oaxaca no es la excepción, hay cientos de aspirantes que “han de sacrificarse” por el Estado y servirse del pueblo para resolver sus problemas económicos y garantizar el bienestar y confort de su familia para toda la vida. El pueblo no importa, es lo de menos, y hoy vemos cómo se agitan las pasiones y las ambiciones en los partidos que han de contender para renovar la presidencia municipal y la legislatura federal en donde se han hecho deplorables papeles para trabajar en favor del pueblo, y solamente hemos visto rapiña y corrupción por doquier, pese a que para el presidente de México “ya se acabó la corrupción en este país” en donde ya no hay feminicidios, ni asaltos, ni balazos, solo abrazos.

Un claro ejemplo del fracaso electoral en el municipio de Oaxaca es Oswaldo García Jarquín, etílico presidente municipal de nuestra ciudad capital que de cantina en cantina, de cruda en cruda, ha querido gobernar la ciudad que hoy se inunda no solo de charcos y agua, sino de baches, de ambulantes, de asaltos y, para colmo de males, soporta el embate cruel y despiadado de un virus que hoy nos carcome. Y hoy nos preguntamos ¿por qué un joven que prometía impulsarse políticamente, no solo en la reelección sino impulsarse a la gubernatura del estado, hoy por su vicio y amor la mezcal ha fracasado en un proyecto político que pudo haber sido bueno? El alcohol le consumió todo su tiempo y acabó con una carrera política promisoria, pero sus excesos etílicos se lo acabaron de cantina en cantina. Pobre Oaxaca.