Desertificación
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Opinión

Editorial

Desertificación

 


Los efectos de la sequía no solo influyen en la agricultura, ganadería y otros sectores económicos de las comunidades vinculadas al ser humano sino que también tiene efecto en todos los organismos vivos. Esto significa que los daños se pueden producir, no sólo en los campos cultivados, sino también en los no cultivados, en zonas naturales protegidas y en la propia sociedad.

También estos daños se pueden clasificar a corto y a largo plazo, afectando no sólo al consumo básico de agua, la agricultura y la ganadería, sino también a actividades industriales básicas y al bienestar y la salud de los habitantes de las comunidades rurales y urbanas.

La principal consecuencia de la sequía es la “desertificación”, que se define como el conjunto de procesos por los cuales una región árida, semiárida o subhúmeda seca, se degrada y, como consecuencia, pierde su capacidad para retener vegetación y se convierte paulatinamente en un desierto. Las sequías se producen por la falta de lluvias o precipitaciones, por ello, el efecto sequía no se puede desvincular del concepto agua y cambio.

Otros factores que influyen son carencia de humedad del suelo, disminución de reservas en embalses y acuíferos, ya que las sequías, siempre o casi siempre, producen un impacto directo y notable sobre la población humana. Principalmente por falta de agua para consumo, producción de alimentos y en la economía de la sociedad, por lo que los efectos producidos están relacionados directamente con la vulnerabilidad de las personas.

Entre los principales factores que desencadenan esta situación se encuentran la explotación insostenible de los recursos hídricos, que es causa de graves daños ambientales, incluidos la contaminación química, la salinización y el agotamiento de los acuíferos. Pérdidas de la cubierta vegetal a causa de repetidos incendios forestales. Concentración de la actividad económica en las zonas costeras como resultado del crecimiento urbano, las actividades industriales, el turismo de masas y la agricultura de regadío.

 

Alimentación

 

Las instituciones deben contribuir a consolidar una cultura alimentaria saludable y balanceada entre los oaxaqueños para favorecer el pleno desarrollo de la población y el ejercicio de sus derechos sociales. Y con ello, resaltar la importancia de una buena alimentación entre la población más vulnerable.

Una alimentación sana, variada y suficiente, así como los beneficios de salud a largo plazo que pueden obtener con una buena nutrición a través de la mejora de sus hábitos alimenticios.

Las iniciativas en favor de los hombres y mujeres de Oaxaca y de todo el país, buscan aminorar los índices de pobreza y una cultura de alimentación debe estar orientada especialmente a las personas vulnerables como niñas y niños, adultos mayores, jefas de familia, personas que están buscando empleo y personas en situación de inseguridad alimentaria.

El compromiso del gobierno federal para garantizar la seguridad alimentaria de todas las familias mexicanas y con los sectores rurales que padecieron durante décadas el abandono y la indiferencia, es irrenunciable. Por ello el sector primario es clave para el crecimiento económico y para el bienestar, tanto de la población que habita en los territorios rurales, como de aquella que depende de su producción para alimentarse.

En nuestro país existen tres clases de dietas: las que conservan los pocos pueblos indígenas que consiguen mantener intactas su cultura culinaria y nutricional, aunque ésta cada vez es más reducida debido al despoblamiento del campo, las sequías y la intromisión de las grandes cadenas alimentarias.

La dieta que llevan las familias de nivel medio-alto, cuyos ingresos les permiten acceder a cualquier alimento en cualquier momento debido al completo abasto de las grandes superficies, pero enfrentan la gran problemática que no es la desnutrición debida ante el escaso acceso a los alimentos, sino el consumo de alimentos con un índice calórico más alto. Y quienes consumen productos altos en grasas y azúcares, por lo que podremos encontrarnos con la paradoja de obesos malnutridos.