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Editorial

Centro Histórico

 


Los oaxaqueños debemos hacer un esfuerzo permanente para evitar más daños al Centro Histórico y poner en riesgo la clasificación de Patrimonio Cultural de la Humanidad ante el severo deterioro que se ha causado. La instalación de juegos mecánicos y estructuras metálicas que provocan afectaciones acumuladas desde hace mucho tiempo con la presencia de manifestantes y plantones en el Zócalo y Alameda de León, así como en parques y jardines.

Las autoridades municipales, estatales y federales deben coordinar esfuerzos para no seguir permitiendo su deterioro, pues lamentablemente muchos edificios e inmuebles localizados en el centro de la ciudad, han sufrido daños que atentan contra su originalidad, daños irreversibles que afectarán invariablemente a estos monumentos.

Basta caminar por el centro de la ciudad para darse cuenta que las banquetas de cantera están desechas, los espacios se han llenado con chachacuales y ambulantes. Con el fin de comprender plenamente la relación entre el patrimonio cultural y el desarrollo sostenible, se debe entender en su sentido más amplio. La conservación física de los bienes inmuebles y urbanísticos por sí sola no ayudará a preservar el patrimonio cultural de una comunidad.

La importancia de los centros históricos radica en su capacidad de generar fuentes de empleo, impactar positivamente al turismo, la cultura y múltiples beneficios sociales, el desarrollo territorial se aprecia como una alternativa para alcanzar un desarrollo integralidad de estos espacios. El desarrollo territorial y su acercamiento integrador ofrecen múltiples oportunidades para lograr exitosas contribuciones junto con las vocaciones y la identidad.

Para muchos centros históricos en la actualidad la situación ha cambiado, ya que se ha adquirido conciencia de lo que representa impulsarlos y que esto implica muchos beneficios de nivel económico, social y cultural. La idea es cambiar la utilidad de los espacios públicos y privados y que se dé una animación sociocultural que mejore las condiciones de los habitantes.

 

Regular clima

 

El Parque Nacional Benito Juárez, además de garantizar la preservación de la flora y la fauna, contribuye a la cosecha de agua, la regulación climática y la recreación.

Cuenta con 2 mil 591 hectáreas que resguardan ecosistemas de bosque tropical caducifolio, encino y pino, hábitat de una amplia variedad de especies silvestres y permite a Oaxaca ocupar el primer lugar nacional en diversidad de aves: 230 especies de aves residentes y migratorias que anidan, se alimentan o descansan en esa área.

Catalogado como área natural protegida, incluye partes de San Felipe del Agua, Donají, San Luis Beltrán y San Andrés Huayapam, y la biodiversidad de esta zona aporta servicios ambientales que propician la purificación del aire, la regulación hidrológica y climática, la amortiguación de los eventos extremos. Asimismo, con sus arroyos y manantiales, favorece la disponibilidad de agua para surtir a una gran parte de la ciudad de Oaxaca y sus municipios conurbados.

De ahí la importancia de este parque para resguardar una amplia biodiversidad, la cual es absolutamente indispensable para el desarrollo y bienestar de la sociedad que habita la ciudad de Oaxaca, pues es la base de las funciones vitales que permiten la existencia de vida. Si bien nuestro estado cuenta con la mayor diversidad biológica en el país, su biodiversidad está en riesgo de la misma forma que en el resto de la república y el mundo, como señalan estudios.

La implementación tanto de medidas de mitigación orientadas a la reducción de las emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero, como de medidas de adaptación que permitan disminuir la vulnerabilidad de las comunidades humanas y los ecosistemas, representan las dos grandes alternativas de acción frente al cambio climático.

Debemos recordar que el cambio climático potencia los problemas sociales, económicos y ambientales existentes, tales como la pobreza, la desigualdad social, la escasez de alimentos, el deterioro de la salud de la población y la degradación y pérdida de los recursos naturales, entre otros.