Año electoral
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Editorial

Año electoral

 


A pocos meses de que inicien las campañas político electorales los oaxaqueños desean un ambiente alejado de la inquietud e incertidumbre, de cualquier insinuación de violencia, pues se ha demostrado por parte de todos los sectores productivos y sociales que Oaxaca tiene la necesidad de mantener estabilidad y paz social ante el clima de violencia en otras partes del país.

Los actores políticos como las instituciones encargadas del proceso tienen la encomienda de llamar a participar a la ciudadanía en un clima de estabilidad y paz social. Respetar las reglas, evitar la violencia política y la difusión de noticias falsas, para garantizar la transición del poder político en orden y en paz.

Sólo preservando los principios que rigen el proceso electoral se conservará el Estado de derecho democrático y el orden constitucional. Por ello se debe insistir en que únicamente el respeto a las reglas del juego definidos justamente por todos los actores políticos.

Son estas reglas las que permitirán que la transición en el poder político se lleve de manera pacífica y en orden, será fundamental para alcanzar un clima de orden y estabilidad fundamental para la construcción de la democracia. En el ámbito local esencial será no coartar el derecho de los oaxaqueños, sobre todo cuando Oaxaca tiene una sociedad activa, informada, preocupada y ocupada en que sólo en un ambiente de orden y paz se pueden alcanzar los objetivos de progreso y desarrollo.

El compromiso de instituciones, partidos políticos y ciudadanía es lograr que los comicios de este 2024 sean un éxito, una manifestación del compromiso democrático y un ejemplo de elecciones libres y altamente competidas, que permitan un cambio pacífico de los gobernantes.

Sin duda el gran reto será organizar la elección con imparcialidad, fiscalizarla en gastos y propiciar condiciones de equidad, impulsar esa deliberación libre que solo tiene límites o responsabilidades ulteriores en casos de calumnia o la propaganda ilegal contratada por actores externos que pueda desnivelar el terreno de competencia.

 

Contaminación

 

Uno de los principales generadores de contaminación en nuestra entidad son los vehículos, pues se estiman más de 600 mil unidades de motor, entre automóviles particulares, camionetas y camiones. En la zona metropolitana se estima que viven al menos 850 mil personas, pero existen más de 300 mil automotores, lo cual ha ocasionado que sean más frecuentes las denuncias y reclamos por la contaminación.

La capital oaxaqueña, junto con 17 municipios conurbados, producen alrededor de 800 toneladas de basura por día, además que 683 toneladas van a parar a diversos tiraderos, mientras que las demás toneladas van a los arroyos y suelos o son quemados por las familias como práctica normal.

Tal es el reto de enfrentar el problema de la contaminación ambiental, pues la polución que generan los vehículos de motor, la degradación de los recursos naturales, la falta de una cultura ecológica y los deficientes servicios públicos básicos empiezan a agobiar a la población.

Arroyos, suelos, deterioro del paisaje, y problemas de salud entre la población por el manejo inadecuado y la disposición final de los desechos sólidos. Ante lo cual, se ha solicitado a los gobiernos estatales y locales adoptar medidas para evitar las altas concentraciones de ozono, pues no se puede controlar a la naturaleza, pero sí reducir el nivel de emisión de contaminantes, que provienen en un ochenta por ciento de los vehículos automotores.

Aunado a ello, se agrega el cambio de uso de suelo, pues la mayor cantidad de superficie considerada de vegetación natural primaria se pierde por agricultura en zonas boscosas, incendios forestales y el crecimiento urbano, los cuales son causa grave de pérdida de servicios ambientales. Otro problema que persiste es la práctica de quemar basura o practicar la roza y tumba en zonas aledañas a Oaxaca que aumentan los índices de contaminación.