Violencia
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Opinión

Editorial

Violencia

 


Es indudable que la violencia contra las mujeres no es un problema de índole personal o privado, sino social, y que constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e impedir el adelanto pleno de la mujer.

La violencia contra las mujeres más extendida es aquella que ocurre en el ámbito de las relaciones más cercanas, como la de pareja, por ende el principal agresor es o ha sido el esposo, la pareja o el novio. Por ello la violencia de la pareja ocurre con mayor frecuencia entre las mujeres que están o han estado casadas o unidas y se estima que por cada 100 mujeres casadas, unidas, separadas, divorciadas o viudas, 47 ha vivido situaciones de violencia emocional, económica, física o sexual durante su actual o última relación marital o de cohabitación.

Pese a la aprobación de leyes severas para frenar las agresiones contra las mujeres, éstas no disminuyen en América Latina, la región más violenta del mundo contra las mujeres, sin estar en un contexto de guerra. En el caso de México, se presentan niveles de crisis severa respecto al feminicidio.

Sin embargo, erradicar la violencia contra las mujeres no debe recaer sólo en las autoridades, se requiere también de una mayor participación de la sociedad civil. Los datos que dan cuenta de la violencia ejercida por el actual o último esposo o pareja, indican que las agresiones más ampliamente experimentadas por las mujeres son las de carácter emocional, ya que el 40.8 por ciento ha sido sometida -al menos una vez a lo largo de su relación- a insultos, amenazas, humillaciones, intimidación y otras ofensas de tipo psicológico o emocional.

A éstas les siguen las de tipo económico, tales como el control o el chantaje, mientras que las agresiones corporales y sexuales se ubican muy por debajo de aquellas. En Oaxaca tan sólo en el 20.5 por ciento de las mujeres que reportaron violencia física, se trató de agresiones moderadas; en el 79.5 por ciento, se trató de violencia física grave y muy grave, que asciende a más de 147 mil mujeres.

 

Reciclaje

 

Impulsar la cultura del reciclaje debe tener como objetivo crear conciencia entre la sociedad acerca de la importancia que tiene tratar los desechos como corresponden, para no contribuir al cambio climático, y así proteger el medio ambiente. Un desecho que se vuelve a introducir en el ciclo de vida, permite hacer un mejor uso de los recursos naturales, reducir el impacto medioambiental de nuestros hábitos de consumo e idear formas creativas de rediseñar nuestros objetos y darles nueva vida.

La cadena del reciclaje pasa por diversos puntos: Generación de residuos a todos los niveles de la cadena; manipulación de los residuos y separación, de papel y cartón, vidrio, envases ligeros de plástico y de metal y Tetra Bricks. Materia orgánica, genérico. CDs, medicamentos, neumáticos, entre otros. De ahí la trascendencia de enseñar a los alumnos la importancia de separar residuos que permitan su correcto reciclaje y reutilización.

Además de elaborar material didáctico para explicar cómo reutilizar papel viejo y darle una segunda vida utilizando una prensa en forma de libro que consigue hacerlo de manera sencilla. Asimismo, llevar a cabo propuestas de actividades y concursos escolares, además del calendario medioambiental para recordar, involucrar y poner en valor entre los alumnos y alumnas la importancia de cuidar el planeta.

A nivel industrial, el proceso de reciclaje se compone de tres etapas: recolección, clasificación y fabricación, desde un primer momento que se inicia en nuestras casas o en cualquier otro lugar hasta las siguientes fases, en las que se agrupan los materiales de desecho para luego seguir con el proceso hasta convertirlos en productos reciclados. Finalmente, volverán a venderse a los consumidores. Así, una y otra vez.

En nuestros hogares también podemos reutilizar un sinfín de objetos para darles una segunda vida, si bien han de sufrir una transformación, pues en otro caso se trataría de una reutilización.