Seguridad alimentaria
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Opinión

Editorial

Seguridad alimentaria

 


Si bien México es el quinto productor de maíz más grande del mundo y este cultivo representa casi una tercera parte de la producción agrícola nacional, lo cierto es que no cuenta con seguridad alimentaria ya que no puede producir suficiente maíz para alimentar a su población.

Un dramático panorama se vive en el campo mexicano y en especial en estados como Oaxaca donde prácticamente su producción es para el autoconsumo. El campo sigue abandonado y a la fecha se ha demostrado que las políticas que se han aplicado al agro no han dado resultado.

Las causas de la crisis en el sector se deben principalmente a que los recursos no llegan directamente a manos de los campesinos, el dinero ha ido a parar a los bolsillos de funcionarios y seudo líderes corruptos, quienes se han llevado cifras millonarias.

El rendimiento promedio de maíz a nivel nacional es de 3.17 toneladas por hectárea, lo que está 38 por ciento por debajo del promedio mundial. Por lo tanto, más de un tercio del maíz que se consume en México es importado. México es el centro de origen del maíz como cultivo, pero la producción no ha podido crecer debido a la oposición de organizaciones no gubernamentales.

Han impedido que los agricultores mexicanos tengan acceso a mejores opciones contra las plagas que destruyen los sembradíos de maíz como el gusano cogollero, el gusano elotero y el gusano trozador. En Oaxaca urge trabajar para que deje de ser deficitario en los principales productos como son maíz, frijol, arroz y pecuarios como leche, huevo y carne de aves.

Y precisamente los maíces nativos, ante el cambio climático, darán la certeza al mundo en la alimentación a base de cereales, porque es el maíz el único cereal que se produce tanto al nivel del mar como a las grandes altitudes de hasta tres mil metros sobre el nivel del mar.

 

Salud pública

 

El próximo gobierno debe implementar una política de datos de salud que permita conocer la calidad de los servicios de salud, una reforma estructural al sector, sobre todo porque el envejecimiento demográfico en México y la desigualdad económica y social son los retos de mayor importancia en los que deben centrarse los esfuerzos de sanidad pública.

Con la estimación de que en 2050 habrá 49.4 millones de personas mayores de 70 años en el país y con una desigualdad cada vez mayor, el sistema público de salud debe empezar a trabajar en estas prioridades. El planteamiento es: o ponemos atención al tema demográfico y nos preparamos en materia de servicios de geriatría y gerontología o nos vamos a equivocar.

La edad promedio del mexicano se sitúa actualmente en 27 años, algo que no evita que vaya a sufrir incrementos significativos con el paso de los años, ya que es el destino demográfico de las sociedades.

Ante un escenario poco alentador, es urgente alcanzar un sistema fuerte de sanidad pública ya que en el país existen niveles de pobreza y de desigualdad que no aguantarán sin esos servicios. El reto es cerrar las brechas que señalan las diferencias entre los que tienen y los que carecen, de lo contrario se acentuarán los problemas.

Hablar de salud no solo se refiere a la ausencia de alguna enfermedad, sino a la plena capacidad para trabajar, estudiar y desempeñarse con mayor dinamismo en todas las facetas de la actividad social y todas las etapas de la vida. Por ello, con el esfuerzo de todos los trabajadores de las instituciones del sector salud es necesario contribuir a brindar mejores servicios médicos a la sociedad mexicana, y con ello, elevar los índices de desarrollo humano en nuestro país.

En México el 33 por ciento de las y los niños, así como el 70 por ciento de las personas adultas, padecen sobrepeso y obesidad. En Oaxaca, la diabetes es la primera causa de muerte en adultos, después de las enfermedades cardiovasculares, derivadas de la hipertensión que son provocadas por la obesidad y el sobrepeso.