Singular regreso a clases
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Opinión

Editorial

Singular regreso a clases

 


No, no se trata de un ente extraño. Es algo común para el llamado Cártel 22, lucrar siempre con la educación de más 800 mil alumnos de educación básica, para presionar al gobierno en la exigencia de satisfacer una y cientos de demandas. Ésa ha sido su “estrategia de lucha”, desde que se formó allá a inicios de los años 80 del Siglo XX, el Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación (MDTEO). En su nueva dirigencia seccional, que inició operaciones en noviembre del año pasado, hay que seguir presionando para obtener mayores privilegios y dádivas económicas, tomando como rehenes a los educandos. El discurso es el mismo: escindirse de las instrucciones de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de su contraparte estatal, el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), en lo que se refiere a planes y programas de estudios, objetivos, metas académicas y demás. Eso no importa. Lo único que interesa es asumirse como un sector privilegiado de la clase que enarbola el discurso de la revolución socialista no la del mejoramiento académico.

A la tragedia que ha vivido Oaxaca, de saqueo de gobiernos, pobreza e impunidad hay que añadir a un magisterio mayoritario irresponsable y parasitario, además de un total desapego con la labor docente. ¿En qué país del mundo empleados que cobran quincenalmente de los impuestos que paga la ciudadanía, antes de iniciar el ciclo escolar, amenazan con irse al paro indefinido? Es decir, los educandos sól0 tomarán clases si acaso seis días, se partimos de la premisa de que los dirigentes asumieron iniciar dos días antes del arranque formal del ciclo 2023/2024, para irse al paro el primero de septiembre. Esto es, poco les importa el desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje; el mejoramiento escolar, pero, además, el compromiso que el maestro, pagado por el gobierno, tiene con la sociedad.

¡Ah!, pero si las autoridades educativas fallan un solo día en dispersar los recursos de los salarios, de inmediato los que quieren hacer la revolución se desgarran las vestiduras. He ahí el por qué insistimos en que el magisterio afiliado a la Sección 22 del SNTE debe ser pasada por el mismo rasero de la ley que otros gremios. Sin embargo, en Oaxaca seguimos arrastrado los estigmas del 2006 y del 19 de junio de 2016, en Nochixtlán, en donde luego de las agresiones a la ciudadanía resultaron ser las eternas víctimas.

 

Prevenir tragedias

 

La cantidad de migrantes de diversas partes del mundo que circulan por la entidad oaxaqueña ha tenido graves efectos colaterales. En principio, han colapsado por completo el servicio de autobuses que vienen de Chiapas y el Istmo de Tehuantepec a Oaxaca. Los viajeros que por atención médica o para hacer trámites en la capital, se enfrentan a la escasez de boletos para viajar, además, de autobuses para lograr un asiento. Hay colas enormes de migrantes de Centroamérica, Venezuela, Colombia, Senegal, Malí y hasta de países asiáticos que saturan no sólo las salas de espera en las Terminales de Autobuses, sino incluso pasillos, baños y partes exteriores. En la capital oaxaqueña, el fenómeno se ha repetido. No sólo encontramos a familias completas pidiendo la moneda en los cruceros, sino algunas calles aledañas a la Terminal de Primera Clase, convertidas en dormitorios al aire libre.

Hay familias, sobre todo originarios de Venezuela que deambulan por mercados y avenidas con niños en brazos, sin haber comido, sin agua y con padecimientos sin recibir atención médica. En un espacio editorial anterior comentamos de la disposición gubernamental para otorgar atención humanitaria. Adicionalmente, la semana anterior, también la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), emprendió algunas acciones al respecto, sin embargo, la situación rebasa la capacidad de atención que pudieran desplegar las autoridades, habida cuenta de que sólo en la ciudad de Oaxaca, camellones y jardines están saturados de casas de campaña o miles de personas que duermen a la intemperie, en espacios que quedan repletos de basura, de líquidos corporales y desechos.

Estamos en plena temporada de ciclones y tormentas tropicales, cuando se precipitan cantidades enormes de agua en calles y avenidas. Nuestra capital y aquí lo hemos dicho, padece estragos por las alcantarillas tapadas con basura o sin tapa, persistiendo un grave peligro. Es cuestión sólo de imaginar a dichos migrantes pernoctando a la intemperie. Es cierto, el tema es de competencia federal, empero, en tanto no se habiliten espacios suficientes y amplios, para darle cobijo en su ruta hacia los Estados Unidos, la política humanitaria que se ha propuesto el gobierno de la Primavera Oaxaqueña, habrá de fracasar. Algo se tiene que hacer ante este drama que estamos viviendo. Desde luego que hay otros efectos colaterales que no podemos ignorar como es la inseguridad y la insalubridad.

 

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