Contenidos educativos sesgados
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Editorial

Contenidos educativos sesgados

 


Uno de los peores errores del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, fue haber encomendado la elaboración de los libros de texto gratuitos no a expertos en los diversos temas y áreas del conocimiento, sino a fanáticos torcidos, que han ocupado el cargo de Contenidos en la Secretaría de Educación Pública (SEP), para convertir los antes textos imparciales en instrumentos de propaganda política. Diversos organismos como el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (CINVESTAV), han pedido frenar su distribución en todo el país, pues se estima que a más tardar el 21 de este mes habrán llegado a todos los rincones de México, al menos mientras los contenidos son revisados por expertos. Nada tan deplorable puede haber en un gobierno que tomar la educación pública y sus textos como instrumentos de adoctrinamiento.

Cancelar los libros de ciencias naturales, matemáticas, ciencias sociales, historia y otros sólo por dos libros de contenido incierto, representa un grave retroceso para la educación de niveles básicos. Desde hace tiempo trascendió la injerencia nociva de un personaje cercano a los afectos presidenciales, pero fanatizado por doctrinas ideológicas, Marx Arriaga, de ser el responsable de dichos contenidos sesgados. Organismos de la sociedad civil y de investigación académica han encendido las luces de alerta, dado que, desde mediados de julio se inició la distribución. Por ello, exigen frenarla. Los mexicanos jamás fuimos testigos de semejante aberración. Sin embargo, tal vez dichos textos puedan empatar o coincidir con el mamarracho conocido como Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO), que ya tiene prácticamente la aprobación del gobierno estatal para ponerse en marcha en la entidad.

Por lo pronto, ya el llamado Cártel 22 tiene programado su paro loco para inicios de septiembre. La poca habilidad política para meter a los maestros al orden, ha dejado entrever que no será en la cancha del gobierno federal en donde tenga que resolverse este escabroso tema de las decenas de demandas y exigencias, tan criticado por los oaxaqueños, sino en el entorno estatal. La historia ha demostrado que a los maestros se les da el pie y piden la mano. S0n eternamente insatisfechos y voraces. Piden todo, pero no ofrecen nada a cambio. Sus peticiones son de carácter económico y político. Pero, nada que tenga que ver con el rubro educativo. Eso no les interesa.

 

Membretes y asociaciones oscuras

 

La semana pasada se hizo viral en Oaxaca, un interesante artículo del escritor, dicen que, de origen oaxaqueño, Fernando Solana Olivares, titulado: “El suicidio del MACO o Disney en Oaxaca”, que revela con lenguaje puntilloso y crítico los orígenes del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), a iniciativa del maestro Francisco Toledo y el apoyo del entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, en 1993, para la apertura de dicho espacio cultural. Si bien no celebra el fin del comodato con el gobierno estatal y las formas en las que éste toma prácticamente control del referido museo, considera con afán crítico que la hegemonía de dicho espacio lo haya mantenido durante tanto tiempo, el llamado grupo de Amigos del MACO, con los que rompió en 2013 el maestro Toledo, al darse cuenta de la forma opaca y discrecional con la que se habían conducido.

Es importante subrayar que, luego de irrumpir la problemática de los empleados y el cierre del museo, con motivo de la pandemia de Covid-19, entre otros, situación que llevó a la Consejería Jurídica y Asistencia Legal del Gobierno estatal a tomar cartas en el asunto, empezó a develarse la naturaleza ilegal en la que por más de 20 años ha operado el citado espacio cultural. Sin duda alguna, desde su nacimiento trajo aparejadas algunas irregularidades como aquella de tener subsidio del gobierno federal y estatal, pero sin que éstos tuvieran injerencia en la designación de los directivos. Esta situación se hizo evidente ante la hegemonía que, de manera discreta ejercía Toledo, en los espacios culturales apoyados o propiedad de él. Para los oaxaqueños que hemos visto con preocupación la situación del citado museo, ya era tiempo de que particulares con dinero del gobierno se erigieran en los cuasi propietarios de un bien público.

No está por demás que, así como se recuperó el edificio, el acervo y otros activos del MACO, se lleven a cabo las auditorías pertinentes, dado que, desde 1993, cuando la Fundación “José F. Gómez”, que presidió el maestro Toledo suscribió los convenios para su manutención con el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el gobierno estatal, no hubo claridad en el manejo financiero. Fue una cuestión totalmente atípica y contra derecho que ninguno de los ex gobernadores desde Diódoro Carrasco hasta Alejandro Murat, hayan revisado al menos el estatus legal del multicitado museo y llamado a cuentas a quien se ha erigido como su propietario: el pintor Rubén Leyva.