Frenar abusos
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Opinión

Editorial

Frenar abusos

 


Sin duda alguna, Oaxaca y sus destinos turísticos tienen un gran imán. Desde hace más de una semana se observan miles de visitantes del país y el extranjero atiborrando calles, plazas y parques. El mejor ejemplo está en el Andador Macedonio Alcalá, que luce como lo que es nuestra capital hoy: una temporada de fiestas, de algarabía, de guelaguetza. Siempre lo hemos dicho, la Providencia y la naturaleza nos han provisto de algo importante. Ser un espacio del universo con un clima envidiable; una entidad con una riqueza única en biodiversidad, multiétnica y pluricultural, además con huellas de un pasado de gloria plasmado en monumentos arqueológicos y coloniales, de los que ninguna entidad en el país puede presumir. Para los promotores turísticos somos una entidad completa. Ya lo hemos dicho. Además de todo lo anterior tenemos el privilegio de tener una gastronomía rica y variada; artesanías producidas por manos mágicas y una y mil virtudes.

Sin embargo, no todos piensan en el turismo como un aliciente a nuestra magra riqueza, sino que se ve como un elemento más qué explotar y sacarle provecho. No son pocas las quejas de malos servicios, cobros excesivos, abusos, robos y asaltos. Desde el taxista que cobra las dejadas más allá de las tarifas normales, hasta las cocineras que tienen sus fondas en el mercado; desde el camarero de un bar o expendio de mezcal, hasta el gerente de restaurantes de supuesto lujo, que actúa con resabios discriminatorios a los potenciales comensales. Para desgracia de la industria sin chimeneas, no existen áreas del gobierno estatal que documenten dichos abusos y sanciones a aquellos que, de esta forma tan burda, arremeten en contra de una de nuestras únicas industrias rentables en la entidad.

Por ello, siempre hemos apelado a las organizaciones, asociaciones u otros, que aglutinan a los prestadores de servicios, para que sean sus dirigentes quienes llamen la atención y obliguen a sus agremiados a no abusar de los visitantes sean del país o el extranjero. Compete también a las autoridades estatales y municipales, como lo dijimos en este mismo espacio hace al menos una semana, garantizar la seguridad del turismo y de sus bienes. Reforzar los operativos de vigilancia policial para resguardar las carreteras y destinos de playa, para inhibir la comisión de robos, cristalazos, asaltos y otros. Todos, trabajando de manera coordinada y en unidad, se darán bueno resultados, pero, sobre todo, para inhibir los abominables abusos.

 

La sobada amenaza

 

Cada temporada vacacional, las expectativas de afluencia y derrama económica que son un aliciente para nuestra industria sin chimeneas, se ensombrecen con las amenazas de grupos y organizaciones sociales de boicotear las fiestas de julio. Si bien parece ser que la amenaza de paro y movilizaciones del magisterio afiliado al llamado Cártel 22 se han ido atenuando con el paso de los días, no es lo mismo con grupos y membretes que, en el pasado, se acostumbraron a pervivir del chantaje y la mano extendida para recibir dinero del gobierno. Hace unos días, desde la mesa de seguridad les dijeron que no habrá dinero, pero eso más los ha enardecido, habida cuenta que sus dirigentes ya tienen pactado desde antaño el embute oficial. Y es a donde el gobernador Salomón Jara debe apretar, que es justamente en el Congreso del Estado, en donde hasta sus mismos correligionarios del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), han aprobado recursos millonarios para la sobrevivencia de esta caterva de vividores de la dádiva oficial.

Mucho hemos insistido en que la sociedad oaxaqueña espera de esta administración gubernamental, una política diferente respecto al pasado, en el ámbito del tratamiento con dirigentes venales y corruptos que lideran a dichas organizaciones y grupos. Existen más de 300 membretes que, por el hecho de tener 20 o 30 miembros que dicen representar a tales comunidades, se asumen con el derecho de recibir a manos llenas y a fondo perdido, millones y millones de pesos. Eso, definitivamente debe terminarse. No más engordar fortunas personales o mantener a vagos que viven de manejar dichas organizaciones y cobrar por ello, jugosas cuotas. A poco de iniciar la llamada Primavera Oaxaqueña llamó la atención la advertencia gubernamental, de que no habrá recursos como antaño. Pero ese techo financiero que les autoriza el Congreso debe ser canalizado a otras prioridades gubernamentales.

Lo más patético y abominable es que estos descastados se esperen hasta la temporada vacacional para sus amenazas de bloqueos y chantaje. Hay entre los oaxaqueños una opinión respecto al uso de la fuerza y la mano dura que debe emplear el gobierno. No es posible que, por intereses personales, oscuros y bastardos, ese respiro económico que recibe Oaxaca sea contaminado con las citadas amenazas. Hay pleno convencimiento de que en la medida en que el gobierno aplique la ley, obtendrá el apoyo y el reconocimiento de los diversos sectores sociales.