Urgen nuevas estrategias
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Editorial

Urgen nuevas estrategias

 


Concluyó el período vacacional de primavera y, como cada año, quedó demostrado que Oaxaca tiene un gran imán que atrae por igual a nacionales y extranjeros, que abarrotaron su capital y sus destinos de playa. Hay pues, un gran potencial que puede ser aprovechado con imaginación, con estrategias y con nuevos modelos. No basta echar las campanas al vuelo cada temporada para festinar el número de visitantes, la derrama económica y otros parámetros siguiendo los esquemas del pasado. Nuestra entidad es un destino completo y tal cual lo ha mencionado el ejecutivo estatal, existe la intención de convertirlo en un destino de clase mundial. Sin embargo, no basta con decir que nuestros destinos se venden solos. Aún aquellos que registran millones de visitantes al año se promocionan. Pero ello debe venir, como lo hemos dicho en ocasiones anteriores, de la acción corresponsable de autoridades y prestadores de servicios turísticos, además de las grandes empresas que se benefician.

Resulta una paradoja que haya estados, como Chiapas, por ejemplo, que no cuentan con el gran potencial que tenemos nosotros, pero llevan a cabo una ambiciosa campaña de publicidad del Cañón del Sumidero, particularmente. Desde hace al menos dos sexenios, el pretexto de la falta de recursos o la apatía del gobierno federal en promover nuestros destinos, ha tenido como consecuencia la ausencia de una política turística en realidad exitosa. Se sigue arando sobre el mismo surco. Cacareando lo que todo mundo sabe. Tampoco son para festinar “los éxitos” de las concurridas delegaciones a la Feria Internacional de Turismo de Madrid o el Tianguis Turístico de la Ciudad de México. Esos eventos anuales, distan mucho de la integración de una verdadera política, con estrategias y ejes rectores y transversales, para hacer de la industria sin chimeneas un pivote del desarrollo económico. Hace falta mucho por hacer para convertir a Oaxaca capital, Huatulco y Puerto Escondido en destinos exitosos, en donde el turismo permanezca y no como lugares de paso o de temporada.

Cuando se hayan superado esos parámetros podremos decir que ahora sí aspiramos a ser un destino de clase mundial. Lo dicho pues, hace falta imaginación y algo de humildad en quienes tienen la sartén por el mango, para buscar asesoría, abrevar de la experiencia de quienes saben del tema y no regodearse con la idea de que lo saben todo y siguen repitiendo como loros los esquemas y errores del pasado.

 

Inversiones bajo acoso

 

Mientras el actual gobierno ha reiterado el aliento a la inversión nacional y foránea, particularmente en el entorno del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, una mala señal se presentó en días pasados: el anuncio de conocida empresa cervecera, de cerrar su planta en Juchitán de Zaragoza, a raíz del clima de inseguridad, de chantaje y presión, que la imposibilitan seguir operando. Desde hace más de un mes, comuneros de algunas agencias y colonias de San Juan Guichicovi, en el Bajo Mixe, mantienen suspendidos los trabajos de dicho proyecto presidencial. Están afiliadas a la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo –la UCIZONI- ampliamente conocida por su activismo y acciones de chantaje. Su dirigente, Carlos Beas Torres fue expulsado de los beneficios que recibían del gobierno estatal, de tal forma que incluían a su organización en el presupuesto anual.

Antes y después de la Semana Santa los bloqueos fueron el pan de todos los días para los istmeños.

De poco han servido las instrucciones y recomendaciones del presidente de México para evitar los obstáculos al proyecto del Corredor Interoceánico. Y así como la empresa cervecera, han estado a merced de los falsos redentores sociales, las empresas que generan energía eólica y algunas más vinculadas con tiendas de autoservicio. A todo ello hay que añadir la inseguridad, propiciada por grupos criminales que han tomado a la región como un sitio privilegiado para sus operaciones ilícitas. Juchitán, Salina Cruz, Matías Romero, Santa María y Santiago Petapa, son sitios en donde la muerte tiene permiso. Pero dichas acciones criminales son vistas por los responsables de la seguridad, como obra de un ente maldito y no como la incapacidad o connivencia de los mismos funcionarios.

Ya es tiempo de demoler mitos, de romper paradigmas. La responsabilidad de lo que hoy ocurre en esos rubros en Oaxaca es de quienes hoy están al frente de esta administración. ¿Acaso ignoraban la problemática antes de ser gobierno? Pues ahora que están en el candelero que respondan a las expectativas ciudadanas. Insistimos: el viejo ardid de que los culpables son los que se fueron ya no cuaja en la conciencia ciudadana. Porque siguiendo la moda de hoy, es más fácil escurrirle al bulto o lavarse las manos, echándole la culpa al de atrás. Los que se fueron ya se fueron, no pueden venir a resolver los supuestos enredos que dejaron, como es el caso de la inseguridad que sigue lacerando con su cadena de acciones criminales nuestra conflictiva convivencia social.