Combatir inseguridad
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Opinión

Editorial

Combatir inseguridad

 


El reto de combatir a las bandas delincuenciales se debe realizar en estrecha coordinación con autoridades municipales, la Policía Estatal y Policía Municipal, así como las fuerzas federales. La preocupación que significa el alza de violencia en el Istmo, el Papaloapam y la Costa, sin dejar de lado los Valles Centrales, ya no admite dilación para su atención.

Hoy se admite abiertamente que bandas delictivas han llegado a nuestro estado y en especial a la capital para atentar contra la seguridad física y patrimonial de los oaxaqueños. En Oaxaca de Juárez las zonas con mayor índice de delincuencia son la Central de Abasto, el Centro Histórico y la colonia Reforma, además de otras donde urge revisar esquemas de vigilancia.

Debido a este índice se han tenido denuncias en materia de inseguridad, en donde en la mayoría de estos ilícitos son cometidos por bandas que vienen de otros estados principalmente de Puebla y Veracruz, pero también por delincuentes que han aprovechado la falta de esquemas de vigilancia en calles, parques, jardines y comercios.

La confianza de la ciudadanía se gana con hechos y si no se redoblan las acciones para enfrentar a la delincuencia habrá un total desencanto por parte de la sociedad. De ahí que sea un clamor generalizado exigir el cumplimiento a las normas que nos rigen, combatir y perseguir la delincuencia, no permitir la violación de nuestras leyes y propiciar así la vigencia en Oaxaca del Estado de Derecho.

Hoy se reconoce que la debilidad de un estado de Derecho que proteja la integridad física de las personas y de los bienes genera un ambiente poco propicio para la inversión y el comercio, lo que impacta negativamente la formación de capital, la competitividad de las empresas y la generación de empleos productivos. La situación de inseguridad que atañe diversas zonas del país es un reflejo de las consecuencias de no atacar las causas de fondo como la impunidad y violencia que padecen muchos mexicanos.

Por eso en momentos hay que modernizar, capacitar y recuperar a la policía, que es una institución decisiva para la prioritaria lucha contra la delincuencia, fortalecer la justicia, reformar el pésimo sistema penitenciario, reducir la tenencia de armas cortas y al mismo tiempo, pasar del enfoque sólo policial del problema a uno más amplio que responda a su complejidad.

 

Aumenta pobreza

 

En Oaxaca como en el mundo la pobreza, afecta más a las mujeres que a los hombres, ya que las desigualdades sociales son factores determinantes. La falta de satisfactores básicos afecta al 70 por ciento de los 3.5 millones de habitantes de la entidad, de los cuales al menos un 33 por ciento vive en pobreza extrema, siendo las más afectadas las mujeres.

Viven en condiciones de marginalidad que se reflejan en su posición política dentro de sus comunidades, en muchas de ellas no se les permite participar ni siquiera en la elección de sus autoridades y menos aún ejercer su derecho a ser electas. En el rubro de salud se mantienen los primeros lugares en mortalidad por cáncer cérvico uterino, se estima que una mujer de cada 10 muere en la entidad a consecuencia de esta enfermedad que debería prevenirse en un alto porcentaje, y la mortandad de mujeres por causas relacionadas a la maternidad es superior a la media nacional.

Es indudable que las fallas en las políticas públicas y en la estrategia económica por parte de las autoridades son las principales causas de que el número de pobres en México haya aumentado. Una consecuencia es que el aumento en los salarios mínimos para el próximo año se haya nulificado con el incremento que han registrado los precios de los productos que componen el índice de la canasta básica.

A pesar de las buenas intenciones, los programas sociales en las últimas décadas sólo han contenido la pobreza y no la han abatido, por lo que se requiere rediseñarlos para hacerlos efectivos, y que un crecimiento sostenido y vigoroso es el camino más eficaz para combatir este problema. Un país crece porque tiene proyectos e inversión y más que las reformas, falta tener claro cuál es el proyecto de país que se quiere a mediano y largo plazos para que se pueda estar invirtiendo.

La pobreza aumentó porque el crecimiento económico mediocre no alcanza para dar más ingresos a los pobres, y mientras el Gobierno no sea capaz de generar un crecimiento mayor y más estable, esta cantidad seguirá en aumento. Reducir la pobreza de manera estadística es muy sencillo para los gobiernos a través de dar subsidios transitorios a los ingresos, pero esto no resuelve el problema estructural de los pobres y la única manera de hacerlo es generando empleos permanentes y bien remunerados, lo cual solo se logra con crecimiento mayor y estable.