Crecimiento anárquico
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Opinión

Editorial

Crecimiento anárquico

 


Debido al crecimiento urbano anárquico que se ha presentado en las ciudades, es necesario tomar decisiones transformadoras que respondan a la nueva agenda urbana, al desarrollo sustentable y mejor calidad de vida para los ciudadanos. Por ello, se deben se deben desarrollar e impulsar en el interior de las ciudades aquellos espacios que están vacíos en lugar de seguir creando a las orillas, y evitar crecimientos anárquicos porque es más caro llevar servicios a las lejanías que ampliar los que ya existen, además de que las distancias largas disminuyen la calidad de vida de la gente.

Ordenar el crecimiento de asentamientos humanos, dotarlos de equipamiento urbano, infraestructura y servicios necesarios para propiciar su desarrollo es una tarea de todos quienes están inmersos en el tema. En nuestra capital como en las principales ciudades del estado, los asentamientos espontáneos, marginales, descontrolados o informales son formas de hábitats precarios establecidos en su mayoría en zonas urbanas.

Tales asentamientos son creados por un sector de la población sin los permisos de los organismos competentes, con un reducido ingreso económico que al construir de forma ilegal fomentan la exclusión, por ser zonas sin dotación de servicios básicos, carentes de planificación.

A pesar de que Oaxaca tiene una superficie total de 9.5 millones de hectáreas, poco más de 75 por ciento son propiedad social, es decir, pertenecen a comunidades, ejidos y colonias agrícolas. La marginación es un elemento que influye significativamente en el tema de vivienda, pues deriva de la combinación de una enorme dispersión poblacional en una superficie que es en 70 por ciento montañosa, lo cual implica gran dificultad para hacer llegar la infraestructura social y productiva a las localidades, así como el encarecimiento de los bienes y servicios.

Un pendiente de anteriores administraciones estatales y de la actual es la trascendencia de consolidar la planeación del crecimiento urbano de las ciudades medias del estado, detener el crecimiento desordenado a través de instrumentos que permitan establecer los usos y destinos de suelo, así como establecer las zonas de crecimiento habitacional, son prioridades que no se han logrado atender.

 

 

Recuperar los ríos

 

Debido a que los fenómenos naturales que con mayor frecuencia ocurren son aquellos relacionados con las precipitaciones pluviales extremas, por lo regular asociadas con la entrada de huracanes y tormentas tropicales entre los meses de junio y noviembre, urge acudir a la limpieza de los ríos que cruzan la capital. A los lechos de los ríos Atoyac, Salado y San Felipe son arrojadas toneladas de basura y desperdicios sin que hasta ahora existan acciones para evitarlo.

En especial el río Atoyac continúa siendo gravemente contaminado e incluso robado, pues a su paso por el Mercado de Abasto poco a poco le van ganando terreno con el riesgo de provocar afectaciones en un futuro inmediato. De ahí la urgencia de recuperar los afluentes que eviten situaciones delicadas, pues es indudable que la falta de desazolve para limpiar el río y evitar inundaciones, la permisividad para que fraccionamientos habitacionales descarguen aguas negras sin atención a leyes de protección ambiental y el saqueo de material pétreo van afectando los ríos.

Un porcentaje considerable de la población del municipio, así́ como parte de su infraestructura, están asentados sobre sitios que presentan diferentes grados de peligros asociados con los fenómenos naturales antes mencionados, lo cual genera escenarios de riesgo.

A pesar de que existe una Carta Compromiso para sanear los ríos Atoyac y Salado que busca establecer los lineamientos entre los tres órdenes de gobierno para implementar acciones para la restauración, conservación, protección, preservación y saneamiento no hay avances, debido a que desde hace muchos años los esfuerzos aislados no han generado el impacto deseado para recuperarlos, hoy se plantea impulsar la conservación, protección y preservación de los recursos naturales.

Todos los sectores de nuestra sociedad pero en especial los tres órdenes de gobierno, deben refrendar su compromiso e interés por recuperar los ríos más importantes de Oaxaca, debido a que la historia, la cultura y nuestra economía, se encuentra íntimamente ligado a los ríos Atoyac y Salado. La suma de esfuerzos de los tres órganos de gobiernos, así como de la sociedad civil, unidos por una misma meta, será el legado que podamos dejar a las futuras generaciones.