Autonomía sesgada
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Opinión

Editorial

Autonomía sesgada

 


Sin poner en tela de juicio que las universidades son, como alguna vez lo propuso José Vasconcelos, espacios de pensamiento libre y universal, hay cuestiones en las que quienes dirigen y encabezan dichas instituciones llamadas con eufemismo, autónomas –aunque no del presupuesto- deben andar con pies de plomo para no incurrir en excesos o posturas parciales políticamente que pongan en tela de juicio esa independencia y libertad de pensar. Esta reflexión viene a cuento, luego de difundirse el pasado sábado 18 de marzo, fotografías de autobuses de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, cuyos pasajeros habrían de asistir a la concentración a la que convocó el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la CDMX y, tras bambalinas, los seguidores y simpatizantes del presidente Andrés Manuel López Obrador, con motivo del 85º. Aniversario de la expropiación petrolera.

Si hay algo que de manera constante se les olvida a algunos actores tanto del quehacer político como académico o universitario en este caso, es que, en estos momentos, el escrutinio público se da en las redes sociales, en donde se difunde en tiempo real lo que ocurre. No hay pues espacio para la discrecionalidad u opacidad. Luego de conocerse, las baterías se enfocaron sobre el rector Cristian Eder Carreño López quien, como se sabe, fue impuesto como rector interino por el gobierno de Alejandro Murat, luego de un proceso amañado entre los grupos que se han disputado siempre la supremacía universitaria. La disposición de autobuses oficiales pone en tela de juicio no sólo la vulnerada autonomía universitaria sino el oportunismo de quien se presume debe vigilar y salvaguardarla, en una abierta parcialidad política que no responde a esa libertad de pensamiento que debe prevalecer en las universidades.

Por el lado que quiera verse no se trata de un evento fortuito ni, mucho menos, que responda a los intereses de los universitarios, sino más bien al protagonismo del referido rector interino. No dudemos que ya se buscan los espacios para el 2024, poniendo en tela de juicio no sólo la sobada autonomía sino la postura parcial de una institución que en diversos momentos de su historia ha rechazado fijaciones y tendencias partidistas. Por lo pronto, ya veremos cuáles serán los argumentos y la justificación que pondrá en su favor Cristian Carreño. Pero nada podrá borrar las evidencias que ya corrieron por las redes sociales desde el mismo sábado 18.

 

Ambulantaje sin control

 

De nueva cuenta y ante la apatía —¿o connivencia del gobierno de Oaxaca de Juárez?— el comercio en la vía pública vuelve por sus fueros sin que poder alguno los meta al orden. En redes sociales ya es común la denuncia de espacios púbicos en donde de un día para otro aparecen puestos de venta de tal o cual mercancía. Si bien es cierto que el presunto desalojo que se dio de conformidad con los dirigentes del comercio ambulante el pasado mes de diciembre fue aplaudido por los citadinos y el comercio establecido, también es cierto que en opinión de muchos resultó peor el remedio que la enfermedad. Y hay razón. Los ambulantes se fueron a obstruir el paso a los visitantes del templo y ex Convento de Santo Domingo de Guzmán, un sitio emblemático para el turismo nacional y extranjero, al invadir prácticamente la calle de Adolfo G. Gurrión, contigua al citado templo colonial.

En la disputa por los espacios que traen entre manos algunos dirigentes de organizaciones como “Sol Rojo”, que encabeza el convenenciero Javier Aluz Mancera y la Unión de Artesanos y Comerciantes Oaxaqueños en Lucha (UACOL), de Adán Mejía, por mencionar solamente dos, ya fue invadido el espacio que ocupa el Jardín “El Pañuelito” y calles aledañas. La semana anterior, el gobierno de la ciudad que preside Francisco Martínez Neri, dispuso un operativo para desalojar a miembros de dichas organizaciones y otras que prácticamente habían copado el Jardín San Francisco. En protesta, los desalojados ambulantes se encadenaron entre sí frente a la barda de la Iglesia y Templo franciscano que se ubica en frente. Es más, realizaron movilizaciones tratando de enfrentar a la Policía Municipal, para que les restituyeran el espacio que desde hace tiempo asumieron como suyo, sin reparar en que es un espacio común.

En vísperas de la temporada vacacional de Semana Santa, nuestra ciudad capital vuelve a mostrar los síntomas propios de la anarquía y la imagen de un pueblote, plagado de puestos móviles y chachacuales. En tanto el Cabildo Municipal no disponga de mecanismos para atender con prontitud este problema y algunos funcionarios que tienen la vara alta al interior de la administración no dejen de llevar “las contras”, el problema del comercio en la vía pública no tendrá una salida adecuada. Y la problemática se habrá de exacerbar, justamente, en los períodos vacacionales, porque también dicho tema ha sido visto como un gran negocio.