Hay gobernador electo
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Editorial

Hay gobernador electo

 


Desde el pasado domingo 12 de junio, luego de terminar el cómputo de los votos emitidos en la pasada jornada electoral, el Consejo General del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPCO), determinó entregar la constancia de mayoría que lo acredita como gobernador electo de Oaxaca, a quien fuera candidato de la coalición “Juntos hacemos historia en Oaxaca”, Salomón Jara Cruz. El aludido obtuvo en el conteo general, 696 mil 488 votos, al frente de una coalición de partidos formada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el Verde Ecologista de México (PVEM), del Trabajo (PT) y Unidad Popular (PUP), que representó más del 60.9% del total, con lo que fue declarado triunfador de la contienda electoral, sin que hasta el momento haya asomado siquiera la posibilidad de que algunos de los partidos que no fueron favorecidos, pretenda judicializar el tema.

Si bien, como ya lo hemos comentado en este mismo espacio, la participación ciudadana en las urnas fue una de las más bajas en la historia contemporánea, poco más del 38%, con un abstencionismo cercano al 62%, ello no obstaculiza que se haya reconocido el triunfo del ingeniero Jara Cruz. Es cierto, la ciudadanía oaxaqueña mostró un gran desencanto y, pese a que Oaxaca es territorio de Morena y con un gran ascendiente del presidente López Obrador, la muestra más clara de apatía se percibió en que no hubo el arrastre que se esperaba y que, tanto el candidato ganador como el segundo, Alejandro Avilés, quedaron muy lejos de sus pronósticos de obtener un millón de votos cada uno. El abstencionismo –insistimos- fue el mayor de todos los tiempos.

Ahora, con la constancia en sus manos, quien fue designado por el árbitro electoral gobernador electo, puede ponerse a trabajar con su equipo, en las tareas pendientes que ofreció en su campaña política. Existe una agenda de prioridades que están en el ánimo ciudadano como temas pendientes de resolver, como es el caso de la inseguridad, la gobernabilidad, la atención al tema de las obras carreteras al Istmo y la Costa que parecen ser sueños irrealizables de los oaxaqueños y, el famoso Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec que, según lo mencionado en la última visita presidencial, tiene que ponerse en marcha este año. Pero no sólo esos rubros, sino muchos más que deben ser atendidos con prioridad por el nuevo gobierno, que iniciará funciones el primero de diciembre próximo.

 

Ambulantes: Nadie le entra

 

La semana anterior, según trascendió en redes sociales, inspectores municipales que acudieron a reubicar a comerciantes triquis en la Alameda de León, quedaron sorprendidos al ver la forma en la que sus dirigentes tratan a las mujeres de dicha etnia y la evidencia de que ellos controlan prácticamente el comercio en la vía pública, que atienden, justamente las mujeres. En este espacio hemos abordado el tema de dicho grupo indígena, precisamente por la manipulación de que es objeto por parte de vivales que las explotan económica y físicamente. Los diversos organismos que aglutinan a dichos indígenas se disputan la supremacía, precisamente porque representan una rica veta de oro. A quienes se han colgado la etiqueta de “desplazados” no les interesa regresar a su tierra. Por supuesto que no. En la ciudad, a golpes y catorrazos, con la bandera de “nosotros los pobres indígenas” se apropian del terreno o predio en donde se dejan caer. El ejemplo más lamentable lo tenemos en los pasillos del Palacio de Gobierno, a donde llegaron en diciembre de 2010.

En los últimos meses, cuando se puso de moda el famoso retorno de los desplazados a Tierra Blanca, Copala, advertimos que ello era una ficción. Los principales obstáculos son los dirigentes que han vivido de administrar la violencia en la zona, además de ser los principales beneficiarios de las dádivas y apoyos que el gobierno les otorga a las organizaciones. Adicionalmente, por supuesto, de recibir su parte del comercio en la vía pública, el mismo que mantienen tanto aquí como en la Ciudad de México, incluso desafiando a las autoridades. A todo lo anterior hay que agregar que en dicha etnia hay costumbres arraigadas como la trata de sus mismas hijas y otros negocios turbios.

Ahora que se han dado siniestros en el Centro Histórico, como la ya comentada caída de un añejo laurel, hay que agradecer que no se hayan dado desgracias personales, pues empezando con los triquis, comerciantes que mantienen sus puestos debajo de viejos ejemplares se niegan a moverse. Es decir, consideran como propio los espacios públicos. Hay que recordar que una de las prioridades que el edil Martínez Neri ofreció resolver una vez que llegara al edificio de la Plaza de la Danza, fue el tema del comercio informal. Sin embargo, a casi seis meses de iniciar su gestión vemos con sorpresa que ni para atrás ni para adelante. Todo sigue igual o peor.