Cero y van ocho
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Opinión

Editorial

Cero y van ocho

 


Como se consignó en medios impresos, electrónicos y redes sociales, el pasado martes fue asesinado en Zitácuaro, Michoacán, el octavo periodista en lo que va de este fatídico 2022. Se trata de Armando Linares, director del portal “Monitor Michoacán”. El crimen ocurrió en la misma ciudad, desde donde el pasado 31 de enero, Linares difundió un emotivo video por redes sociales en el que condenaba el asesinato de otro periodista del mismo medio, Roberto Toledo. El 15 de marzo en la tarde, sujetos armados ingresaron a su vivienda y le dispararon. Había denunciado de manera pública que el medio fue amenazado y temía por su vida. Diversos organismos defensores de la libertad de expresión, entre ellos la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expresó que “una nueva tragedia enluta al periodismo mexicano”, en referencia al asesinato del periodista citado, el octavo ocurrido desde enero en el país. La organización llamó al Estado mexicano a atender con responsabilidad y seriedad los reclamos para frenar la violencia contra los periodistas.

Existe una coincidencia respecto a que, en México, los periodistas vivimos atrapados y enfrentando desde hace años ataques violentos, sin que el gobierno atienda el tema, pues reacciona a la defensiva ante cada reclamo. Para la directiva de este organismo internacional y otros, ya es hora de que el presidente Andrés Manuel López Obrador, principal instigador de la aversión y odio en contra de medios y periodistas, tome cartas en este asunto y atienda los múltiples reclamos a nivel nacional e internacional para que cree estrategias adicionales para la seguridad de los periodistas. Si no se adoptan medidas para contener la violencia y ésta sigue al ritmo de estas primeras semanas, la cifra se elevará, lo que refleja la gravedad del momento y la urgencia de que las autoridades asuman el tema con la responsabilidad que se requiere.

Además de Armando Linares, en 2022 fueron asesinados, Juan Carlos Muñiz, en Fresnillo, Zacatecas; Heber López Vásquez, en Salina Cruz, Oaxaca; Jorge Camero Zazueta, en Empalme, Sonora; Lourdes Maldonado y Margarito Martínez, en Tijuana, Baja California; José Luis Gamboa, en el puerto de Veracruz, Veracruz, y Roberto Toledo, en Zitácuaro, Michoacán. La violencia contra los periodistas se ha recrudecido, como bien lo expresaron los 607 diputados del Parlamento Europeo que denunciaron falta de atención del gobierno de López Obrador y recibir una respuesta digna de un analfabeto.

 

Legisladores extraviados

 

Por lo visto, la LXV Legislatura del Estado, en particular la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), tratar de emular o seguir las mismas prácticas del pasado, cuando sus miembros fueron reconocidos como improductivos, onerosos y voraces. La tendencia es, al parecer, la misma, con la salvedad de algunos temas en los que han aprobado puntos de acuerdo, como es el espinoso asunto de la apropiación ilegal de predios, por parte de funcionarios del gobierno estatal coludidos con notarios públicos, están ausentes de temas fundamentales de la agenda política oaxaqueña. Y en efecto, pierden el tiempo en nimiedades y servilismo que en discutir el urgente marco legal por donde debe transitar el pueblo oaxaqueño. Es el caso del desplegado que suscribieron diputados y diputadas de Morena, en donde ratifican su apoyo al presidente Andrés Manuel López Obrador, por la torpe respuesta al Parlamento Europeo, hecho que ha sentado un hito vergonzoso en la relación de México con otras naciones.

Distraídos en estas nimiedades –porque no son otra cosa- han perdido de vista cuestiones que tienen que ver con la gobernabilidad, la paz social y la estabilidad del estado. Por ejemplo, respecto a la crisis que vivimos los citadinos la semana anterior, luego del cierre del basurero municipal, jamás se vieron los buenos oficios de la bancada de Morena para llamar a su correligionario edil de la Villa de Zaachila y sentarse a la mesa de diálogo, que fue convocada por la Secretaría General de Gobierno. Aunque posteriormente acudió, el renuente edil se asumió intocable. Pese a ser sus mismos colegas militantes del partido al que pertenece, mal se vio el diputado Horacio Sosa Villavicencio, en hacer un llamado al gobierno de Alejandro Murat para actuar en contra de los bloqueos, cuando han sido los mismos legisladores (as) que dicen militar en las izquierdas, los que se oponen de manera sistemática a aprobar iniciativas o decretos al respecto.

Como ya lo hemos comentado en este mismo espacio editorial, cada vez se hace más necesaria la creación de un Observatorio Ciudadano que verifique la productividad de cada legislador (a). No se puede concebir un órgano tan oneroso como ha sido, para tener en las curules a entes parasitarios que apochotados en las mismas, sólo van a vegetar, sin producir algo que el ciudadano común y corriente pueda agradecerles.