Una tradición ancestral
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Opinión

Editorial

Una tradición ancestral

 


Hoy, 2 de febrero, en todo el país se celebra una tradición ancestral, que mucho tiene de religioso y también de profano. Es el “Día de la Candelaria” que, al menos entre los mexicanos, tiene mucho que ver con el fin de las fiestas navideñas y el Día de Reyes, con la partida de la tradicional rosca. Ya es parte de nuestra cultura, aunque sólo sea un decir, que aquellas personas que encontraron un muñequito en la misma, tienen que disponer como castigo –o reconocimiento- de los tamales y el atole en este día. Por ello decimos que es una tradición sui generis, habida cuenta que, según datos históricos, hoy se festeja la “Fiesta de la Luz”, “Fiesta de las Candelas” o mejor conocida como “Día de la Candelaria”, que tiene su origen en los pasajes de la Biblia: la purificación de María 40 días después de navidad, es decir el 2 de febrero, y la presentación del niño Jesús en el templo.

Consultamos datos en internet y nos refiere que: “En cuanto al origen de la fiesta de la Candelaria, surge en el Oriente nombrado el Encuentro que, unos años más tarde se fue extendiendo hacia el Occidente durante el siglo VI y después hasta Roma y así hasta llegar a cada parte del mundo que fue adoptando esta costumbre. Dicha fiesta se celebra en esta fecha que, de acuerdo al calendario católico y de un pasaje de la Biblia, refiere que en esta fecha se presenta al Niño Dios o bien al Niño Jesús ante el Templo de Jerusalén y a la purificación de María, esto según el cumplimiento de las predicciones del antiguo testamento”.

Pero también, se dice, que esta celebración tiene orígenes prehispánicos y católicos pues en la época colonial, los habitantes de varios poblados llevaban a la iglesia mazorcas con el fin de que éstas fueran bendecidas para sembrarlas posteriormente y así cumplir con el ciclo agrícola. Este proceso o ritual que hacían nuestros antepasados era el 2 de febrero que, de acuerdo al calendario azteca era el primer día del año y lo celebraban en honor a Tláloc, Chalchiuhtlicue y Quetzalcóatl. Es de esta manera en que se mezclan las tradiciones indígenas con las españolas. También es parte de la tradición católica que este día, en algunos lugares del país, personas que practican la fe católica, tienen la costumbre de llevar al Niño Dios a la iglesia para que escuchen misa y los visten de diferente color, dependiendo de las veces que se ha llevado a la iglesia.

 

Jefes negreros

 

Desde el inicio de la pandemia, hace al menos 22 meses, es decir, en marzo de 2020, en algunas oficinas gubernamentales, los titulares, llámense secretarios, directores generales u otros cargos menores, simplemente hicieron caso omiso de la contingencia sanitaria. Exigieron que mandos menores y empleados de confianza asistieran, de manera presencial, a sus oficinas. Sólo se liberaron de esta carga los empleados de base. No los demás. Incluso, cuando ya se habían detectado contagios graves, dado que, como todo mundo recuerda, en los inicios no había vacuna. El resultado fue dramático. Decenas de trabajadores de confianza, sobre todo algunos que rebasaban los 50 años de edad, fueron sucumbiendo ante la fuerza del virus SARS-CoV2. Hubo contagios sin control. Pese a ello, algunos directivos “negreros”, se mantuvieron en las mismas, sin importar quién cayera y hasta muriera.

Una de las dependencias que estuvo en la mira de los medios de comunicación, justamente por los casos que, incluso llevaron a la muerte a algunos de sus empleados, fue la Fiscalía General del Estado, en sus diversas áreas. Sin embargo, una indolente Oficial Mayor, giró instrucciones para que todos (as), estuvieran presentes, sin importar las medidas sanitarias que instruyeron los mismos Servicios de Salud en el Estado (SSO). Es el caso de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) que, sin rumbo ni control, habida cuenta la ausencia permanente de quien fuera Coordinador General, sus miembros tenían que pasar lista de presentes, así se estuvieran cayendo por la tos o la temperatura.

Desde luego que no es el único caso. Los hay y muchos, en donde la amenaza de despido, así estuvieran contagiados, permeó en muchas áreas. Por ello, en ciertos sectores sociales sonaban huecos los llamados a resguardarse en casa o protegerse con las medidas y protocolos de todos conocidos, pues en la práctica, había quienes tenían que cumplir a riesgo de perder su trabajo. Con certeza, ahora que se ha ventilado la investigación que tiene en sus manos la Fiscalía General de la República (FGR), en contra de Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del gobierno federal, por un tema grave de omisión y lesa humanidad, junto con el presidente de México, habrá que ver, qué hará la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), en torno a los “jefes negreros”.