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Editorial

Autoridad omisa

 


De nueva cuenta, la semana pasada se suspendió por varios días la recolección de desechos sólidos en la capital oaxaqueña y municipios conurbados, en virtud de que las unidades recolectoras no pudieron cargar combustible ante la situación económica tan deplorable que vive el gobierno de la capital, encabezado por Oswaldo García Jarquín. No es la primera vez. Dicha situación se ha repetido una y otra vez, ante las quejas constantes de que no hay recursos. Primero fue el argumento de que no se había liquidado el adeudo que existe con la empresa que rentó las unidades, se dice que por un monto millonario, posteriormente, por la falta de insumos y gasolina para las mismas. Hace poco más de un mes trabajadores del Sindicato “3 de marzo”, bloquearon decenas de cruceros y avenidas en demanda de atención a sus peticiones. Tuvo que intervenir el gobernador Alejandro Murat, ministrando recursos por 20 millones de pesos para resolver el lío.

Sin embargo, el conflicto volvió a recrudecerse exhibiendo a una autoridad municipal omisa, conflictiva y quejumbrosa, que nada tiene que ver con el cumplimiento de sus responsabilidades con una ciudad, cuyos habitantes pagan sus impuestos y exigen servicios. De última hora, el viernes 19 de noviembre, los trabajadores de limpia que ya mantenían bloqueados al menos diez sitios citadinos, fueron llamados a una mesa de diálogo para resolver sus demandas, luego de al menos cinco días que se había suspendido la recolección de basura y la capital oaxaqueña, orgulloso Patrimonio Cultural de la Humanidad, asemejaba una zahúrda. El Centro Histórico, nuestro sitio más emblemático, casi flotando en medio de toneladas de basura. Barrios y colonias, en las cuales la también irresponsabilidad ciudadana hizo de los mismos, verdaderos depósitos de desechos sólidos.

Se dio pues, una imagen deprimente de nuestra capital. Es evidente que la falta de recursos para que el gobierno local cumpla a cabalidad con sus compromisos ante la ciudadanía se debe, sin duda alguna, a una pésima administración. Desde un principio se dijo que la renta de unidades recolectoras era un mal negocio; que la renta de patrullas no podía ser solventada con los magros recursos municipales. Sin embargo, el edil, obnubilado por el voto mayoritario de la ciudadanía para cuajar la presidencia municipal, simplemente se encogió de hombros. Hoy está pagando las consecuencias.

 

Más endeudamiento

 

Como lo dimos a conocer en nuestra edición del pasado viernes, el gobernador del Estado, Alejadro Murat Hinojosa envió al Congreso del Estado, una iniciativa con propuesta de decreto, para que dicha soberanía le autorice la contratación de un nuevo préstamo por 1 mil 534 millones de pesos, para el pago de intereses que le permitan el refinanciamiento de créditos ya contraídos con antelación por su administración. Esta solicitud se da a dos años de haber solicitado un préstamo por 3 mil 500 millones de pesos y a casi cuatro años de otro más de cerca de 2 mil millones que fueron solicitados para hacer frente a la reconstrucción de las afectaciones causadas por los sismos de 2017. Según la Secretaría de Finanzas del gobierno estatal, esta administración dejará a la que inicia el primero de diciembre de 2022, una deuda de poco más de 18 mil millones de pesos.

En entrevista con algunos medios de comunicación, el ejecutivo estatal reconoció hace un par de meses, haber recibido de su antecesor en el gobierno estatal, una deuda mayor a los 29 mil millones de pesos y que la misma se ha ido subsanando. Lo que queda en tela de juicio es si ello es posible contratando más deuda. Hay que recordar que las malas administraciones han puesto sobre la cabeza de los oaxaqueños, el pago de deudas que el ciudadano común ignora. En este sentido no se puede hablar de finanzas sanas cuando se tiene que recurrir al endeudamiento progresivo, menos hacer mención de un incierto crecimiento económico, cuando lo que está en suspenso es la calidad de vida de la ciudadanía. Lo peor de ello es que dicha deuda compromete las ministraciones que el gobierno federal le otorga al estado, vía participaciones.

Es importante subrayar que, si bien se han tratado de subsanar algunos hoyos financieros como el que arrastran los Servicios de Salud en el Estado (SSO), cuyo monto se estimó en cerca de 14 mil millones de pesos, sólo se han logrado magros resultados. La deuda sigue creciendo, como argumentamos en los párrafos anteriores, ello sin que haya en la entidad una o dos obras relevantes que dignifiquen a la actual administración. No está demás decir que al paso que vamos y a un año de que concluya la actual administración, hay más pendientes que resultados. Sin embargo, el pago por los servicios de la deuda y el impacto en las participaciones federales, sigue creciendo de manera exponencial.