Los nuevos Torquemadas
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Editorial

Los nuevos Torquemadas

 


Durante los tres años que lleva el gobierno de la llamada Cuarta Transformación, ha crecido de manera exponencial el asesinato de periodistas. Desacreditar a los medios de comunicación, ya lo hemos dicho, se ha convertido en el deporte favorito del presidente Andrés Manuel López Obrador y de sus testaferros, con aquella consigna de “estás conmigo o contra mí”, cuando existen críticas respecto a iniciativas u ocurrencia desde el poder presidencial. Por ello, resulta paradójico que dicho régimen se desgarre las vestiduras para lamentar el asesinato de periodistas en el interior del país, cuando ésta es una de las gestiones más cruentas para el ejercicio de una prensa libre. Y no lo decimos nosotros nada más. Diversos organismos no gubernamentales como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Artículo 19 o Reporteros sin Fronteras, han reiterado su preocupación respecto a que México siga como uno de los países de mayor riesgo para el ejercicio periodístico.

Lo peor de todo ello, es que en el interior del país esos esquemas abominables de censura se pretenden imitar, tratando de imponer la visión unilateral del gobierno en turno, como es el caso del Estado de Puebla, en donde el gobernador Miguel Barbosa Huerta, se ha lanzado en contra de sus críticos, a los que amenaza o pretende intimidar, como es el caso de los directivos del diario “El Popular”. Es decir, persisten los viejos cartabones autoritarios, mientras en el país, a cada momento parecemos naufragar entre la incredulidad y la corrupción galopante; entre el terror y la zozobra. Los atentados en contra de la libre expresión, siguen prevaleciendo en una mala copia de lo que ocurre a nivel federal. Todo apunta a que lejos de abanderar un gobierno para todos, parece haberse enquistado en su administración la intolerancia, la megalomanía y la soberbia. 

En la Declaración de Chapultepec, la SIP dejó en claro que no existe democracia en donde de conculca la libertad de expresión. Los desolladeros mediáticos en que se han convertido las famosas mañaneras, han exhibido una aberrante violación al clima de libertades constitucionales, específicamente la libertad de expresión. Exhibir a medios de comunicación y periodistas, desde el podium del poder presidencial se ha convertido en el deporte favorito de este gobierno. En sentido contrario, hay jugosos contratos con aquellos que sólo queman incienso y ponderan de manera irracional las posturas oficiales.

Buena iniciativa

La capital oaxaqueña arrastra elevados índices de inseguridad. Asaltos, robos a casa-habitación, homicidios y otros. Muchos de ellos quedan sin resolver y en la impunidad. En algunas zonas de la capital y el área conurbada, algunos vecinos que han instalado cámaras de seguridad han video-grabado a delincuentes, lo que ha permitido a las corporaciones policiales identificarlos y, en su caso, proceder a su aprehensión. La semana anterior, en el Fraccionamiento “Los Sauces”, el gobernador Alejandro Murat puso en marcha la aplicación del programa “Alerta vecinal”, la cual servirá como una herramienta de prevención de la violencia, pues funcionará como alerta de seguridad ante casos de riesgo inminente de ser víctima de la delincuencia, mediante una notificación en tiempo real a los servicios de emergencia 911.

Entre los beneficios de la citada aplicación, vale la pena subrayar que proporcionará información óptima para la atención de los reportes, la disminución del tiempo de respuesta de las autoridades, de manera automática se contará con la ubicación exacta y el nombre del usuario, se tendrá un mejor acceso a los servicios de auxilio y se agilizará el servicio en caso de riesgo inminente. Todo ello, gracias a la conexión con las cámaras de las viviendas con el Centro de Control, Comando y Comunicación (C4), lo cual permitirá tener un mayor control de la seguridad en la zona, mejorando así la calidad de vida de las y los habitantes. Y es que cualquier vecino con un dispositivo móvil puede reportar cualquier incidente o anomalía al servicio 911. Se trata, sin duda alguna, de un elemento innovador en el que hay coordinación entre los vecinos que quieren seguridad con los elementos que la dependencia responsable de la seguridad puede actuar de inmediato.

Lo que hasta hoy se ha hecho en este rubro es insuficiente, habida cuenta que en la capital hay un sistema deficiente de video-vigilancia, precisamente por ello, ladrones y delincuentes que son sorprendidos en flagrancia muchas veces huyen sin mayores problemas, pues la respuesta de las corporaciones es tardía o lenta. Sin embargo, la llamada “Alerta vecinal” es un intento por mejorar las cosas, habida cuenta de que al menos de parte del gobierno de la ciudad, la situación es cada vez peor, ante la forma tan burda en que la dependencia local responsable, simplemente se encoge de hombros.