Golpe al turismo
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Editorial

Golpe al turismo

 


Si bien es cierto que Oaxaca sigue en semáforo epidemiológico verde, los contagios, decesos y ocupación hospitalaria continúan con cifras preocupantes, también lo es que se han tomado medidas arbitrarias que siguen ocasionando graves pérdidas a la única industria rentable que tiene la entidad: el turismo. Desde que inició la contingencia sanitaria por la pandemia de Covid-19, ha sido una de las más afectadas con las medidas de restricción que se han instrumentado para evitar la propagación del virus. Así, poco se sabe de los llamados fines de semana largos o de la afluencia de visitantes del país o el extranjero que teníamos en temporadas como Semana Santa, el festejo de “Los Muertos” o diciembre. Menos hay que decir de las fiestas de julio, con la tradicional “Guelaguetza” o el fin de año, con “La Noche de Rábanos”, única por su originalidad en el mundo.

La semana anterior, la Regiduría de Espectáculos del municipio de Oaxaca de Juárez, ordenó la suspensión de calendas, comparsas y la visita a los panteones durante el festejo del “Día de Muertos”. El anuncio se dio a poco de que la Asociación de Hoteles y Moteles de Oaxaca (AHyMO), anunciara que las reservaciones del turismo del país y del extrajero iban al alza, lo que para los prestadores de servicio de este rubro, se advertía como una modesta recuperación. Hay que recordar que el promedio de ocupación hotelera en lo que va de 2021, no rebasa ni el 50%. Muchos negocios han cerrado ante la imposibilidad de poder pagar la nómina de los trabajadores, el mantenimiento de los sitios de hospedaje y los impuestos que, esos sí, no han dejado de pagarse, pese al golpe brutal a la economía que ha significado la pandemia.

El estado requiere de una gran cruzada publicitaria que conlleve a recuperar aunque sea en menor medida las grandes pérdidas, aunque hay que reconocerlo, poco se puede hacer ante medidas unilaterales como las que ha tomado el ayuntamiento de la capital, de las que comentamos líneas arriba. Tal parece que hubiera un propósito insano y perverso para seguir lacerando a nuestra industria sin chimeneas, de la que viven miles de oaxaqueños. Y no sólo en la capital y los Valles Centrales sino también en destinos de playa y balnearios naturales que siguen como un gran atractivo, como es el caso de “Hierve el Agua”, al que nos referimos en el siguiente segmento editorial.

Disputas perniciosas

En la entidad hay centenas de conflictos agrarios que algunas comunidades libran desde hace décadas o tal vez siglos. Los abuelos vivieron en constante fricción con sus vecinos, por límites o disputas agrarias. El odio y el encono fue heredado a hijos y nietos que, cada en cuando reabren esas heridas mortales. La cuota de sangre pagada ha regado las tierras flacas e improductivas que han sido motivo de conflictos añejos. Los tribunales agrarios con sus sentencias, muchas veces han abonado a estas diferencias. Antes fueron las resoluciones presidenciales con las cuales se dotaba de tierras a tal o cual comunidad, sin embargo, ello generó mayor encono. Y hasta el día de hoy, ni mesas de diálogo ni firmas de acuerdos de paz han podido paliar dichos diferendos, convertidos en disputas que sólo en los últimos años han dejado decenas de muertos.

Lo anterior sólo fue un breve preámbulo para ubicar un acontecimiento reciente. La semana anterior, vecinos y autoridades de la agencia de San Isidro Roaguía anunciaron que, luego de más de un año del cierre del balneario natural de “Hierve el Agua”, habían dispuesto abrirlo de nueva cuenta a partir del miércoles 13 de octubre. En efecto lo abrieron, pues hay fotografías de turistas disfrutando de las aguas sulfurosas de dicho parque natural. Sin embargo, luego de dicho anuncio, vecinos y autoridades de su enconado vecino, San Lorenzo Albarradas, llegaron a la capital oaxaqueña y se apostaron armados de palos y machetes frente a la Secretará de Turismo. En tono amenazante afirmaron que, de abrirse el citado balneario, correría sangre. Por la noche fueron recibidos en la Secretaría General de Gobierno, luego de lo cual se decidió que no habría apertura hasta que hubiera condiciones de paz. La pregunta es: ¿a quién carajos beneficia o ha beneficiado esa vieja disputa agraria que libran Roaguía y Albarradas? 

El asunto tiene años. Y el diferendo va en función de la explotación de dicho sitio ubicado en terrenos de la primera comunidad. Sin embargo, la segunda ha impedido cualquier mejora con el argumento de que “Hierve el Agua” les pertenece. La amenaza de violencia y de que correrá sangre requiere de medidas enérgicas por parte del gobierno estatal, pues lo que se ha convertido desde hace al menos dos décadas en un sitio obligado para los visitantes del país o el extranjero, no puede estar en riesgo por la ambición o el encono de dos pueblos vecinos.