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Editorial

Recuperar espacios

 


El pasado martes, por segunda ocasión, se dio un enfrentamiento entre policías municipales de Oaxaca de Juárez con comerciantes de la zona del Mercado de Abasto, liderados por dirigentes que han pervivido materialmente de explotar todo lo que ahí se comercia, lo mismo productos de consumo y hasta ilícitos. Encabezó a los inconformes el ex diputado federal por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Hugo Jarquín, además de la sempiterna dirigente de los locatarios, lo mismo establecidos que informales: Yolanda Ortega, además de Juan Acevedo, que también tiene su cuota en la repartición del pastel denominado Mercado de Abasto. El argumento que esgrimieron los que arremetieron en contra de la Policía Municipal es la falta de atención del gobierno citadino en torno a una serie de demandas de mejoras físicas a dicha zona urbana.

Sin embargo, las acciones de violencia tuvieron otro móvil. Y es la persistencia del dirigente de la organización “Ocho Regiones”, Hugo Jarquín, en apropiarse de manera ilegal de algunos espacios que son usufructuados por el ayuntamiento de la capital. Nos referimos al estacionamiento de dicho centro comercial popular, el cual generó entre 2019 y 2020, según nos informan, alrededor de 19 millones de pesos que el municipio capitalino destinó al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) local. Es decir, el sujeto en mención, insiste en apropiarse de un negocio que deja millones de pesos, nada más que por sus cojones, situación que no se debe permitir y sentar un mal precedente de que, con presiones y violencia, cualquier hijo de vecino puede arrebatarle al gobierno, llámese estatal o municipales, propiedades, predios o negocios.

Es importante recordar que desde hace al menos una década, durante el primer período como presidente municipal de la capital de José Antonio Hernández Fraguas, le concedió al dirigente que mencionamos, el usufructo de un predio ubicado frente al llamado “Parque del Amor”. Según se sabe, no se trató de ninguna donación que, desde el punto de vista legal debió pasar por la autorización del Congreso local. Pese a ello, aquel lo convirtió en propiedad suya, de tal suerte que ahí se instalaron centenas de comerciantes ilegales, con modernas casetas de lámina. Poco después tomó, como si fuera igualmente de su propiedad, el predio en donde funcionó la Casa Municipal para la Mujer, que operaba como una especie de refugio para las mujeres víctimas de violencia de género.

SSO: ¿Ahora es reguladora de medios?

Los mexicanos, pero, particularmente los medios de comunicación vivimos, en los últimos tiempos, mecanismos absurdos de sojuzgamiento, vigilancia y condicionamiento, los cuales han devenido una forma ruin de atentados en contra de la libre expresión. Los cuestionamientos en torno a los desbarres del sistema de salud en el combate a la pandemia de Covid-19, se han pretendido paliar con formas burdas de censura, a veces de cuestiones irrelevantes, pero que forman parte de los instrumentos con los que la torpeza de los funcionarios se quisiera paliar. Veamos. El pasado primero de octubre, la dirección general de EL IMPARCIAL. El Mejor diario de Oaxaca, recibió un oficio, suscrito por el director de Regulación y Fomento Sanitario de los Servicios de Salud en el Estado (SSO), Abelardo Augusto Ramírez Dávila. 

Luego de hacer referencia al Reglamento de la Ley General de Salud en materia de publicidad, del 19 de enero de 2012, prácticamente afirma que los medios de comunicación deben pedir autorización a la dependencia para poder difundir en sus páginas cierta publicidad. Y sostiene que la misma “ordenará a los medios de difusión la suspensión de la publicidad de remedios herbolarios, suplementos alimenticios o productos cosméticos que se publiciten, promuevan o comercialicen como medicamento”, a los cuales pudiera atribuirse alguna cualidad curativa para diversos padecimientos. Dicha situación se convierte en un abierto mecanismo de censura que deviene, asimismo, un atentado a todo aquello que los medios pueden, de manera lícita difundir. En el oficio de referencia se ignora que, si bien existe en el país una libertad relativa de información, existen códigos particulares de ética a los que nos debemos ajustar, cuidando en todo momento la calidad de la información y de la publicidad, de la que es responsable quien contrata y quien la publica.

Los SSO en Oaxaca, todos los sabemos, viven en una situación crítica derivada de diversos factores, entre ellos, un desorden administrativo y financiero, lo que se ha traducido en que hayan abdicado prácticamente de su responsabilidad de otorgar servicios de calidad a la ciudadanía que no es derecho-habiente de otras instituciones como el IMSS o ISSSTE. Sería mejor que dedicaran su mejor esfuerzo a ello y dejen de intervenir en acciones de censura mediática. Se entiende que todo ello forma parte de una escalada para minimizar la importancia de los medios de información, pero al menos con este diario, a sus 70 años de vida, han errado el camino.