Comparencias bajo consigna
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Editorial

Comparencias bajo consigna

 


Luego de suspender las comparecencias de los titualares de Finanzas, de la Secretaría de las Infraestructuras y Ordenamiento Territorial Sustentable (Sinfra) y de Desarrollo Agropecuario, Pesca y Acuacultura (Sedapa), el martes pasado, en medio de cuestionamientos para el Coordinador de la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Fredy Delfín Avendaño y del presidente de la Mesa Directiva, Arsenio Mejía García, los y las legisaldoras, en sesión del miércoles las reprogramaron para jueves y viernes. Sin embargo, a juicio de observadores y según críticas plasmadas en columnas tanto en medios impresos como electrónicos y digitales, las citadas comparecencias no obedecen al interés de saber lo que cada titular ha hecho al frente de la dependencia, los avances, los retrocesos o la problemática en cada una, sino que tienen un interés totalmente ajeno a lo que compete a un poder autónomo y de representación popular.

Como es de todos sabido, la actual LXIV Legislatura, ha sido calificada como una de las más onerosas, improductivas y voraces en la historia política oaxaqueña. Los calificativos han sido acuñados en parte por el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) que, según lo hemos publicado en las páginas de El Mejor diario de Oaxaca, analiza las tareas de los poderes legisaltivos locales, entre otras muchas tareas. El tema del gasto de más de 2 mil millones de pesos que han erogado en menos de tres años de gestión; de las ampliaciones que se autorizan a sí mismos, faltando a las normas de la austeridad republicana que pregona el gobierno federal y otros vicios, también ha sido abordado en nuestras páginas. Ha trascendido pues, que llevar al titular de la Secretaría de Finanzas, no tuvo mayor propósito que obtener del mismo autorización de recursos millonarios, habida cuenta de que algunos se irán a sus casas en al menos dos meses.

No es un secreto, asimismo, que la mayoría de legisladores (as), han hecho del conflicto de intereses y el tráfico de influencias en todo lo que tenga que ver con obra pública, parte de su ganancia económica. Algunos de ellos se han caracterizado por su abierta voracidad. Presionan para que les otorguen obras y sean ellos los que las ejecuten con sus propias empresas constructoras, de familiares o de amigos. El fondo de hacer comparecer al titular de Sinfra, es eso y nada más. Nada del destino de los 3 mil 500 millones del préstamo que autorizaron al gobernador Alejandro Murat en 2019, de donde ellos obtuvieron su tajada. 

Regreso inminente

Cuando creímos que lo peor de la pandemia había pasado, la llegada de una tercera ola, con una capacidad inaudita de contagios y letalidad, nos ha llevado, como sociedad, por los caminos de la zozobra y el temor. Escenas ya vistas de hospitales saturados; de enfermos que permanecen en sus casas, a su suerte; de personas maduras y jóvenes que sucumben derrotados por el mortal virus o la escasez de oxígeno para pacientes que lo requieren, han vuelto con singular fuerza. En medio de esta emergencia, cobró vida la discusión respecto al regreso a clases. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha dispuesto el retorno presencial a partir del próximo 30 de agosto. Hay sectores que apoyan esta instrucción, como es el caso del propio Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación -el SNTE-. Pero sus adversarios no.

Desde el fin de la primera ola, hubo opiniones en favor. El regreso a clases fue visto como un pivote para la reactivación de la economía. Una lenta vuelta a la normalidad. El fin del confinamiento de niños, niñas y jóvenes, afectados por la soledad, el ensimismamiento y la ausencia de convivencia. Una vuelta al salón y el término de las clases virtuales, que han generado diversos efectos colaterales en la salud física y mental de los educandos. No es un secreto que, en las comunidades rurales, con el ardid de la falta de conectividad a internet; con el argumento de que la pobreza no ha permitido la adquisición de tabletas, computadoras o televisores, muchos maestros del sistema educativo oficial, han abdicado por completo de su responsabilidad. 

En sentido contrario al oficialista SNTE, su contraparte, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación -la CNTE-, ha mostrado una negativa tácita para el regreso a clases. Estamos en uno de los picos más altos de contagios. Si antes considerábamos que los niños y jóvenes eran inmunes al mal, la realidad nos ha demostrado lo contrario. Los padres no arriesgarán a sus hijos a contraerlo. En esta disyuntiva hay que reconocer la solución salomónica de buscar un regreso a clases responsable y mesurado, a través del consenso entre autoridades educativas, maestros y padres de familia. Es cierto, la educación es un eje fundamental para la propia formación del individuo. Por ello, sin duda alguna, ya se prepara el retorno oficial, cumpliendo con los protocolos sanitarios y con el riesgo de contagios, que sería un golpe demoledor a la terquedad presidencial.