Cinismo e indolencia
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Cinismo e indolencia

 


Ahora resulta en que en medio del caos que ha desatado la famosa vacuna, propiciado por el gobierno federal, con un rosario de claroscuros como ya comentamos en este espacio editorial, legisladores federales del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que pretenden reelegirse en el siguiente proceso electoral, han levantado la voz para decir que exigirán ser vacunados, pues estarán en campaña y eso lleva riesgo. Es decir, desde sus espacios de poder, tratan de revertir el citado programa –que como decimos es un fiasco de verdades a medias y opacidad- que anticipa que, luego de cubrir el personal sanitario, serán los adultos mayores los que tengan que recibir el biológico. Entre los promotores de dicha especie figura el diputado federal oaxaqueño Daniel Gutiérrez, quien ya anunció que buscará la reelección en un distrito en el que ha sentado un pésimo precedente de rapaz y oportunista.

Es un insulto a la inteligencia del pueblo mexicano que, en medio de esta crisis sanitaria, con un lastre de más de 150 mil decesos en el país, que ubican a México como el tercer país en el mundo con el mayor número de muertes y con un caos infame en el programa de adquisición y distribución de las vacunas, dicha exigencia provenga de quienes se asumen como los representantes populares. Esto es, tratar de obtener privilegios fuera de las disposiciones de las autoridades sanitarias, es muestra de ruindad. Lo más grave es que provenga de quienes representan al partido en el poder, inconscientes, seguramente, del escándalo que se ha desatado en torno a la referida vacuna. Para un sector importante del pueblo mexicano, no hay justificación para seguir con esta farsa, sobre todo, cuando está en medio la vida y la salud de muchos millones de mexicanos. Luego de lucrar con ellos, el gobierno de López Obrador tiene que rectificar o, como dice la corresponsal de The New York Times en México: puede que, al salir del mal, lo siga minimizando todavía más.

No dudemos que el siguiente paso del criticado programa de vacunación esté, asimismo, permeado por el favoritismo y el tráfico de influencias. Ya vimos que, en su cuenta de Twitter, la candidata de Morena a la gubernatura de Nuevo León, reconoció hace días haber recibido la citada vacuna sin más razones que tener un peso político. Insistimos: no hay que dudar que este tema pueda ser el inicio de la debacle del partido en el poder. El pueblo de México está harto de este cochinero. 

Investigar corruptelas

Movidos por el interés de reelegirse, algunos presidentes municipales oaxaqueños, sobre todo, en los Valles Centrales, han perdido de vista los compromisos asumidos con sus paisanos e ignorado el cumplimiento de sus programas de gobierno locales. Contrario a lo que ocurría en trienios anteriores, algunos ediles iniciaron su gestión en medio de la improvisación y la ignorancia. Es decir, no le dieron importancia a la elaboración de un Plan Municipal de Desarrollo o planes sectoriales, para sistematizar prioridades y obras en sus respectivas jurisdicciones. Han pasado dos años sin que les den a los ciudadanos que gobiernan la satisfacción de haber cumplido medianamente con las expectativas de la población. Aún con ese lastre negativo, aspiran a la reelección. 

Uno de estos casos lamentables es el del presidente municipal del municipio conurbado de Santa Lucía del Camino, Dante Montaño. Los vecinos tronaron hace día en contra de él, pues advierten que en dicho municipio no hay obras. Las que se han anunciado o no se han terminado o fueron objeto de empresas fraudulentas. Sin embargo –afirman- en los últimos días, brigadas que provienen de la administración municipal recorren calles y colonias para invitar a los vecinos a afiliarse al Partido del Trabajo (PT), del que es cuasi-propietario, el padrino político y mecenas del edil, el diputado federal Benjamín Robles Montoya. Esto es, en lugar de responder a las expectativas ciudadanas, se les da como remedio a sus necesidades, el condicionamiento político-electoral. Y ésta ha sido la dinámica del citado edil, frente a un municipio que desde hace al menos cinco trienios ha estado sumergido en el abandono y la confrontación política.

Pero este no es el único caso. Hay varios (as) presidentes municipales con cuentas pendientes y sin rendir cuentas que se alistan para la reelección, sin méritos, sin un bagaje que los presente ante sus paisanos como un buen gobernante. Una revisión de las cuentas municipales daría muchas sorpresas. Lamentablemente la labor de la instancia oficial para hacerlo, el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (OSFEO), ha dado mucho qué desear. Tal parece que aquí no pasa nada y que el universo municipal oaxaqueño, de 570 ayuntamientos, los responsables han actuado con limpieza y honestidad, aunque a muchos, los vecinos los pongan en evidencia como corruptos y dados al dinero fácil y al tráfico de influencias.