Una cuesta como pocas
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Opinión

Editorial

Una cuesta como pocas

 


La semana pasada, en nuestras páginas publicamos la entrevista a la presidenta de la Alianza Empresarial y Comercial de Oaxaca (AECO), Esther Merino Badiola, en la que da un panorama de la crisis que vive el comercio establecido de la capital oaxaqueña, luego de diez meses de contingencia sanitaria por el Covid-19 y el complejo entorno que se advierte a partir del mes de enero, cuando anticipa el cierre de más establecimientos comerciales, algunos de los cuales sobrevivieron al 2020, pero seguramente no pueden más. Es ésta sólo una parte del panorama económico oscuro y complejo que nos espera en este 2021. Sin pesimismo de ninguna especie, sino con realismo, nadie puede dar la espalda a un entorno duro y doloroso. Miles y miles de empresas han cerrado; millones de empleos se han perdido en el país, sin que haya ni en México ni en el mundo en este momento, una alternativa que no sea la vacuna, para paliar esta pandemia.

Desde el mes de marzo de 2020, cuando dio inició la contingencia sanitaria, empezó el suplicio para el comercio establecido. En el mes de abril se dispuso que restaurantes y negocios de comida sólo dieran el servicio para llevar. Hoteles y negocios de hospedaje empezaron también a resentir los efectos de las restricciones, sobre todo a raíz de cancelarse los festejos de la Semana Santa, restringir los accesos a las zonas arqueológicas y el cierre de playas. Miles y miles de empleados de transportadoras turísticas, de tiendas de artesanías, hoteles, restaurantes, etc., entraron en una fase de crisis. Los apoyos otorgados por los tres órdenes de gobierno fueron sencillamente insuficientes. Nada pudo paliar la falta de empleos o la obtención de un salario, aunque fuera para medio sobrevivir.

Sin embargo y aún, teniendo un panorama grave como el que hoy mismo padece el país, lo que escuchamos a diario son los discursos mañaneros de un México de fantasía, en donde todo se resolverá con un mensaje o minimizando los llamados urgentes de organismos internacionales a tomar las cosas con seriedad. En Oaxaca, que no quede la menor duda, como decimos al principio, nos espera una cuesta de enero inédita y compleja. En medio de todo este panorama tenemos la esperanza de que todo mejore y de que, después de un período de oscuridad, dolor y muerte, se asome la luz de la esperanza para que todos, en unidad, podamos mañana pasado sortear esta tragedia que hoy tiene a Oaxaca, a México y al mundo, sumergido en la zozobra y la incertidumbre.