Corresponsabilidad ciudadana
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Editorial

Corresponsabilidad ciudadana

 


La apertura temprana de negocios, antes considerados no esenciales, a raíz del paso en el semáforo epidemiológico de la Secretaría de Salud federal, de rojo a naranja, tampoco ha convencido del todo al sector empresarial, además de que, ni siquiera al 50% de su capacidad se ha abierto el comercio en la capital oaxaqueña. Ya lo hemos comentado, decenas de negocios definitivamente ya no abrirán sus puertas después de más de tres meses de cierre y cuyos propietarios, agobiados por el pago de rentas, insumos, nómina e impuestos, decidieron cerrar. Sin embargo, la duda es manifiesta en torno a si la medida decretada por el gobierno federal es la correcta. Como ya mencionamos, el pasado lunes amanecimos con 6 mil 451 casos confirmados y 637 decesos, es decir, sólo el domingo 5 de julio se agregaron 323 nuevos casos y 7 fallecimientos, aunque la cifra bajó relativamente el martes.

Mientras el gobierno estatal festina la entrada al semáforo naranja y el Cabildo Municipal autoriza la apertura mesurada y paulatina de negocios: bares, restaurantes, gimnasios, parques al aire libre y diversos giros, al menos a la mitad de su capacidad o menos aún, el mensaje de “no relajar medidas sanitarias” y “mejor quédate en casa”, siguen permeando en el imaginario colectivo. Se ha apelado a la corresponsabilidad ciudadana para protegerse a sí misma y a los demás. Se intuye que en las autoridades no existe un convencimiento tácito respecto al cambio de semáforo, habida cuenta de que no hemos tenido en el estado un avance sustancial en torno al control de la pandemia de Covid-19. Es evidente la presión de organismos, cámaras y grupos empresariales, de propietarios, trabajadores y demás, que urgen de la apertura de sus negocios, pues ya no pueden más. La pregunta es: ¿cuántos en verdad estarán dispuestos a aplicar y acatar las medidas sanitarias?

Es posible que no hayamos aprendido la lección de otros países. Y no es comparación ociosa como pretende interpretarse en el llamado gobierno de la Cuarta Transformación. No. México está considerado hoy mismo, como el quinto país de mayor letalidad por la pandemia, además de tener una fallida estrategia en su manejo. Esperamos que la conciencia ciudadana respecto a la gravedad del mal prevalezca y que esta nueva apertura no implique rebrotes y mayores contagios. Eso sería un golpe más a nuestra ya de por sí vapuleada emergencia, con contagios y decesos que no nos han dado tregua.

Anticorrupción y austeridad: Los mitos

Desde la campaña política del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, han sido una especie de disco rayado la lucha anticorrupción y la austeridad republicana. Sin embargo, en torno a la primera, el mismo ejecutivo federal ha reconocido que los órganos responsables de aplicarla no han hecho “nada”. Lo dijo el pasado primero de julio, justo cuando celebró el segundo aniversario de su triunfo electoral. En efecto, desde el inicio de su gestión, las corruptelas y acciones en contra de la pregonada política presidencial se empezaron a dar en el mismo equipo de la Cuarta Transformación. La renuncia del delegado de Bienestar en Jalisco, acusado de tener empresas, conflicto de intereses y traficar influencias, fue el primero. Luego aparecieron las decenas de propiedades del octogenario director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, por más de 800 millones de pesos, en un enredo familiar en el cual se evidenció una infame cadena de corruptelas.

Capítulo aparte merece la descobijada que le puso Carlos Loret de Mola a la influyentísima pareja, Irma Eréndira Sandoval, titular de la Secretaría de la Función Pública y su esposo, “el investigador”, John Ackerman Rose, cuya estancia como tal en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sigue despertando sospechas y desencuentros. Les fueron encontradas nueve propiedades con valor de más de 60 millones de pesos y que, pese a sus argumentos en contra, no pudieron refutar. Se trata, nada más y nada menos que de uno de los que más influye en las decisiones del presidente de México. Además de ello, vendrían las corruptelas al interior del partido en el poder, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que ha provocado la denuncia penal en contra de la actual Secretaria General, Yeidckol Polevnski. Y así le podríamos seguir.

Otro de los mitos ha sido la supuesta austeridad del gobierno de la 4T, que no ha sido tal. Se han recortado recursos en áreas esenciales, como es el sector Salud; en los institutos de Cancerología, Cardiología, Nutrición y otros, pero hay manga ancha para proyectos que no han tenido hasta hoy el respaldo popular, además de una serie de cuestionamientos. El caso de las medicinas para los niños enfermos de cáncer ha sido una mancha indeleble en el gobierno de López Obrador, por su insensibilidad con ese sector vulnerable de la población. Lo dicho pues, dos de las banderas de AMLO y su 4T, han sido sólo mitos y tabúes en una realidad mexicana que no es la que éste ha concebido.