Un cierre complejo
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Opinión

Editorial

Un cierre complejo

 


Hoy es el festejo de Fin de Año. Momento para reflexionar y hacer un balance sobre lo ocurrido a lo largo de los doce meses de 2019. En familia habremos de valorar lo que hemos tenido de salud, bienestar, pero también de pérdidas. Hace un año estuvieron algunos que ya no están. La nostalgia, la tristeza y el dolor nos habrán de invadir, pero también la alegría de estar sanos y vivos. Para muchos nos esperan tiempos difíciles. Tal vez de recesión económica y de desempleo; de persecución fiscal y de claroscuros en el gobierno federal. México cierra el 2019, salpicado de sangre ante la ausencia de una estrategia eficaz para combatir al crimen organizado, que va regando muertos por todo el país. Pero también de indignación ciudadana ante la superficialidad con la que las autoridades ven este baño de sangre.
El país, como ya hemos dicho, ha sido considerado uno de los más violentos del mundo, sin estar en conflicto bélico. No ha importado la muerte de mujeres, niños o ancianos en esa disputa por el mercado de la droga entre los grupos criminales. Se perdieron los códigos que algún día existieron, en torno al respeto a la familia. Ahora no. Se acaba a familias enteras. Los muertos se cuentan por miles, pero para quienes están al frente del gobierno, los responsables de esta matazón son los que se fueron y hay que ajustar cuentas. Lavarse las manos como Pilatos es la estrategia contra el crimen. En Oaxaca –ya lo hemos dicho- no estamos en mejor posición. Sólo en el mes de diciembre se han presentado verdaderos momentos violentos, como es el hecho de que en menos de 24 horas se hayan dado diez ejecuciones, más el hallazgo de una pareja levantada dos días antes y cuyos cadáveres fueron encontrados en límites con Chiapas.
El cierre de 2019 es, ciertamente complejo. Pero tenemos esperanzas de que las cosas cambien. Al menos que haya una estrategia para combatir al crimen organizado, más allá de los abrazos y no los balazos o del regaño de las mamás o las abuelitas. En Oaxaca, requerimos de los órganos encargados de la seguridad algo más que discursos complacientes. Por ahora, hemos concluido un ciclo. Y mantenemos firme la esperanza de que las cosas caminen por el rumbo del desarrollo y el progreso. El 2019 fue un año de muchas expectativas pero de pocos logros. Aún hay tiempo de rectificar y hacer las cosas mejor. Que esta noche, haya unión familiar, buenos propósitos y, sobre todo, la esperanza de que lo que viene sea mejor.

Vialidad: El Talón de Aquiles

De llevarse a cabo ese viejo proyecto que es el Libramiento Sur, no hay duda que podría hacer más llevadera la caótica vialidad de la capital oaxaqueña. Ésta se ha convertido en un verdadero “Talón de Aquiles” para citadinos y quienes van de paso o llegan a la capital. Hay horas en que la ciudad refleja los síntomas propios de las grandes urbes. Ir de un lugar a otro implica disponer de al menos dos horas y no se diga en las entradas a la capital, pese a la existencia de los cuatro carriles. La magnitud del problema se puede percibir por las mañanas en el Cerro de “El Fortín”. Filas de vehículos, inimaginables hace apenas unos cinco años. Es evidente que ello impacta la circulación en la zona norte y el Centro Histórico. Pero todo se ve, desde la perspectiva oficial, de manera muy superficial, sin atender que ello significa para la ciudadanía un factor de bienestar.
Otro de los cuellos de botella se da en el llamado “Monumento a la Madre”. Un verdadero caos a diario. Por un lado los vehículos que tomarán los cuatro carriles de “El Fortín”; por otra parte, los que seguirán por la Calzada Madero y, finalmente, los que continuarán por las Riberas del Río Atoyac. Esta vía es más complicada aún, por la cantidad impresionante de taxis foráneos que circulan, sobre todo del Valle de Etla. Son miles que tienen como destino el Mercado de Abasto o los poblados de dicho distrito, lo que hace un verdadero embotellamiento. A ello hay que agregar el mal estado de la carpeta asfáltica. Existe un lado más libre para circular, pero todo mundo, por conveniencia o por comodidad, usa sólo una parte.
Aplaudimos pues el propósito de llevar a cabo, o más bien de concluir ese viejo anhelo. Si ello se lleva a cabo, sin duda alguna, será un aliciente para miles y miles de usuarios del transporte público, automovilistas, transportistas, etc., que llegan o salen de nuestra capital. Es evidente que luego de las protestas irracionales de supuestos ambientalistas, hace al menos veinte años, se suspendió el Libramiento Norte, millones de pesos tirados a la basura, cuya vía se encuentra hoy llena de maleza y mucho deterioro, ya pocos le apuestan a dicho Libramiento. Ello no obsta para sostener que también le hace falta a la capital y es necesario recuperar dicho proyecto olvidado. Oaxaca no puede seguir arrastrando viejas vías y el atraso que conlleva, sino de insertarse en la modernidad más allá de intereses facciosos o perversos.