Desestabilización: ¿Quién mece la cuna?

No hace falta ser un especialista para darse cuenta de que la protesta soterrada de los normalistas está manejada con aviesos intereses de desestabilizar al gobierno de Alejandro Murat. Y es evidente: de los puntos de su pliego petitorio, pese a que es competencia de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la dependencia local, el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), le dio respuesta a doce peticiones, algunas de ellas en realidad descabelladas, como el hecho de que para 2019, los planes alternos en las 11 escuelas normales serán válidos hasta la culminación de sus estudios, en tanto la autoridad federal genere el nuevo modelo educativo y de que cada Escuela Normal en Oaxaca tendrá la posibilidad de realizar las aportaciones necesarias sobre el plan curricular que consideren más apropiado, de acuerdo a su contexto regional. Adicionalmente, que la matrícula de alumnos que ingresaron en agosto de 2018 a las normales de Oaxaca, con planes alternos, sea válida hasta la conclusión de sus estudios, además de que el IEEPO seguirá respetando el número de matrículas solicitadas por los estudiantes de las 11 escuelas normales de Oaxaca.

Pero hubo más concesiones y prebendas. Por ejemplo, las y los estudiantes podrán integrarse como observadores del proceso de admisión en las 11 normales de Oaxaca, a fin de que se transparente esta actividad, además de que los criterios, términos y condiciones para el ingreso al Servicio Profesional Docente se efectúan conforme a la ley. En este sentido, se trata de un tema federal y dependerá de la revisión y análisis del paquete de reformas en materia educativa en las Cámaras de Diputados y Senadores, para ello, el IEEPO cubrirá los costos de la aplicación del examen de nuevo ingreso, en tanto que en Oaxaca queda suspendida de manera temporal la aplicación de la evaluación del ingreso y promoción de la educación básica. En torno al rechazo de que sea el CENEVAL quien aplique el examen de ingreso, se acordó con la representación de normalistas que éste lo aplicará la Dirección General de Evaluación y Políticas de la Secretaría de Educación Pública y la Universidad Pedagógica Nacional. Aparte de ello, la citada dependencia reiteró su respeto a los procesos internos de elección de directivos en cada una de las normales de Oaxaca. Finalmente, a partir del 15 de marzo, el IEEPO atenderá la solicitud de material para las prácticas intensivas de cada uno de los estudiantes de cuarto año.

Estancias: Golpe letal

Entre la serie de barbaridades que se han cometido desde el primero de diciembre a la fecha: la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM); la designación de un gabinete cuyo perfil no corresponde muchas veces al cargo; el atentado en contra de la política de salarios; el remate del parque vehicular –incluyendo flota aérea- asignado a la Presidencia de la República; los cuestionamientos a la división de poderes, entre otros, hay que destacar la desaparición de las estancias infantiles y cuyos recursos se entregarán directamente a las madres beneficiadas. No hay habido mayor torpeza que ésta. Sin embargo, pese a la crítica, se ha mantenido la decisión autoritaria del presidente Andrés Manuel López Obrador. Si bien es cierto que se habían detectado anomalías, como el hecho de tener padrones inflados de atención o corrupción en algunas, nada hubiera costado subsanar el asunto, haciendo auditorías o consignando a los responsables. Tratar de dejar la educación de los niños en la primera edad a cargo de los o las abuelas y pagarle a la madre los 1 mil 600 pesos que implicaría el desembolso de la Federación para la manutención de las citadas estancias, no remedia un severo problema social: el apoyo a las madres trabajadoras.

Para ver el tamaño de la incongruencia de la política social del actual régimen, sólo hay que valorar la importancia de otorgar becas a jóvenes que ni trabajan ni estudian y dejar en la orfandad los programas de atención a niños. No obstante los reclamos justos de miles de encargadas de dichas estancias y de las madres quienes tenían a sus hijos en ellas, AMLO las echó para atrás, sin entender ni escuchar protestas. De ese tamaño es el autoritarismo que estamos viviendo en México, pero que ello no ocurriera en el pasado, porque entonces sí, habría protestas. Haber desaparecido el citado programa representa un retroceso en la política social del país. No hay argumento que justifique dicha medida, más que la cerrazón y la obstinación de un presidente devenido especie de dictador, encubierto con la máscara de demócrata. En todo el país habrá con certeza protestas y desencanto en torno a lo que estamos viviendo, que para muchos ya representa un retorno al pasado autoritario que creímos extinto. AMLO palpó el triunfo, pero no ha visto aún la respuesta de un país desencantado.