Cifra preocupante
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Opinión

Editorial

Cifra preocupante

 


No obstante la insistencia del gobernador Alejandro Murat de que Oaxaca es una entidad en paz, la realidad es otra. En nuestra edición del pasado viernes primero de febrero, en la nota principal, publicamos que según datos aportados por la Fiscalía General del Estado al Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), la cifra de homicidios en la entidad, sólo en el mes de enero fue de 81, entre ellos al menos quince de mujeres. Esta cifra preocupante, más allá de mediciones relativas a nivel nacional, nos ubica en una posición preocupante. Es cierto, la inseguridad es un fenómeno nacional. Oaxaca pues no es una entidad única y excepcional. Pero de una cosa sí podemos estar ciertos y es que la cifra de homicidios dolosos ha crecido de manera exponencial, particularmente en la zona del Istmo de Tehuantepec, los Valles Centrales y la Cuenca del Papaloapan. Sin embargo y mucho hemos insistido en el tema, tal parece que quienes tienen a su cargo la dependencia responsable de la seguridad pública, siguen en la tesitura de informarle al gobernador Alejandro Murat sólo cuestiones superficiales y no el fondo de la problemática criminal.

No hace falta pues ser un experto en la materia para darse cuenta que nuestro estado ha entrado en una fase de alto riesgo. En efecto, los grupos criminales siguen en disputa sangrienta por la plaza. Ya dimos cuenta la semana pasada de los hechos recientes en los que cuatro personas, dos hombres y dos mujeres fueron ejecutados en la Colonia Unión de la capital oaxaqueña, lo que en automático puso a la región de los Valles Centrales en segundo lugar de la incidencia criminal en el estado. Esta situación no es nada fortuita dado que la parálisis en cuestiones de seguridad y prevención ha hecho que los índices delictivos crezcan de manera impresionante. Lo que suena a burla es que cada reunión del Grupo de Coordinación Oaxaca, del que forman parte tanto las dependencias y corporaciones estatales como federales, la información que se genera es sobre asuntos simples y sin relevancia como son las armas decomisadas o los borrachos detenidos en operativos de alcoholímetro. Los datos del SNSP son irreversibles y sin discusión. Lo que hace falta es que las áreas responsables de la seguridad ciudadana se pongan a trabajar y no le aporten información sesgada al gobernador. Antes que nada la prevención de ilícitos, que ha sido un vacío en la actual administración.

UABJO: Urge refundación

El viernes pasado a primera hora, estalló la huelga del Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO). El problema ya se veía venir ante la cerrazón de la dirigencia del gremio encabezada por Fernando David López Cruz y su manejador, Gustavo Avendaño Trujillo, una dupla que ha hecho del sindicato un coto de familia y negocios personales. El argumento de los huelguistas es que ni la rectoría ni el gobierno del Estado manifestaron voluntad política para resolver sus demandas. Se trata de contratación de nuevas plazas, cuando de todos es sabido la crisis económica que lacera a la UABJO, razón por la cual el rector Eduardo Martínez Bautista, ha tenido que tocar puertas con autoridades estatales, federales y legisladores, para lograr un incremento en el subsidio, habida cuenta de que ya es insuficiente para hacer frente a los compromisos laborales, ya no se diga para fomentar la investigación o estimular la docencia. La institución –ya lo hemos dicho- vive de manera permanente acotada y acorraladas por las demandas de seis sindicatos que en conjunto, se chupan el magro presupuesto. Ello además de los clanes familiares que perviven como parásitos de dicho erario.

Nuestra Alma Mater ha perdido ya su vocación de formación profesional y académica. Los conflictos internos la siguen ubicando en uno de los últimos lugares de las instituciones públicas de educación superior a nivel nacional, en el esquema de la ANUIES. Ante esta realidad preocupante, hay una opinión generalizada entre aquellos que en diversas circunstancias se formaron en nuestra Máxima Casa de Estudios: urge ya su refundación. Es posible que liquidar a esos lastres sindicales sea demasiado oneroso, pero vale la pena. Y las condiciones están dadas, a raíz de la crisis financiera que prevalece en la institución, que obstaculiza su desarrollo como tal. Y es que después de la huelga del STEUABJO vendrán las presiones del Sindicato de Trabajadores Académicos (STAUO) o las de SUMA o el Sindicato de Trabajadores de Confianza (SECUABJO), etc. La universidad pues requiere ya de nuevos aires para cumplirle a la sociedad oaxaqueña su verdadera naturaleza. Sin duda alguna, el pueblo oaxaqueño y miles de ciudadanos que quieren a su universidad, sea porque hayan abrevado de ella o porque sus hijos asisten a sus aulas, apoyará esta solución. La UABJO ya no puede mantener a tanto parásito.