Se están acabando los burros
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Se están acabando los burros

 


Los burros podrían desaparecer y no me refiero a que la clase política mexicana esté en peligro de extinción, ya que, sin ofender a los pequeños equinos, muchos de los representantes del pueblo en el país y en nuestro estado no rebuznan porque según saben hablar, aunque sea una sarta de sandeces que escupen por la boca.

El censo Agrícola-Ganadero de 1991 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía reporta un millón y medio de asnos, pero según el último registro oficial de 2007 la población descendió a 581 mil 401 ejemplares censados, o sea que en 16 años la población de burros decayó dos terceras partes, pero en el 2017 cuáles serían las cifras reales.

El burro es parte de la imagen del campo, ya que es un animal de carga que ha ayudado al ser humano a facilitar las tareas y, al día de hoy, podría estar pronto en la lista de especies amenazadas en nuestro país.

Varios medios informativos nacionales como Excélsior e internacionales como National Geographic han publicado artículos sobre esta temática, la cual es importante, porque estos animales se podrían acabar y muchas comunidades quedarían desprotegidas.

El argot popular mexicano maneja “sólo pasa el burro”, literalmente es cierto, por muchas laderas sólo puede pasar un burro como medio de carga, entonces lo recalco, su extinción afectaría a muchas personas.

Cabe mencionar el dicho popular “ve burro y quiere viaje”, en México queremos a los burros, hago hincapié que sólo a los animales équidos, no a los políticos, los cuales ven burro y quieren viaje, ya que muchos sólo llegan a ocupar puestos públicos para enriquecerse y ostentar el actual poder adquisitivo que les da su envestidura.

Sé que saldrá el típico ciudadano a decir, “eso nunca pasará”, por favor, hagamos conciencia, así decían nuestros abuelos sobre la escasez de agua y el calentamiento global, y miren la actualidad.

Cada vez hay menos agua potable, los mantos freáticos y los acuíferos disminuyen día a día, hay tormentas torrenciales, pero son tan rápidas y esto no permite que el agua que cae, permee hasta estos mantos.

Podría enlistar un sinfín de consecuencias del calentamiento global, provocado por el mal manejo de los recursos naturales y la falta de respeto que le tenemos a la tierra, pero la posible extinción de los burros es el tema principal de esta columna.

Los burritos también nos necesitan, ojalá hubiera defensores de asnos, no defensores asnos, para que se preservasen estos animales, con esto no estoy sugiriendo a los integrantes del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) mismos que quieren prohibir el uso de animales de tiro, como cuando propusieron el quitar las calandrias, porque los caballos eran maltratados, supuestamente.

Yo me refiero a políticas de preservación de este animal y acciones concretas; hay programas como el Donkey Sanctuary-UNAM, el cual promueve el bienestar de comunidades en donde se usan caballos, mulas y burros para el trabajo, de esto estoy hablando.

Por lo que creo que estamos a tiempo para que se realicen más investigaciones y apliquen programas para incrementar la población de los asnos.
Y haciéndole la carta a los Reyes Magos aunque sea verano, aprovecho para pedir que, ojalá los políticos mexicanos y, especial los oaxaqueños, se preparen más para trabajar bien y que no apliquen sus conocimientos y los de sus asesores para robar y fregar más a los ciudadanos.