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La visita a México del presidente de los Estados Unidos Joseph Biden y del primer ministro de Canadá Justin Trudeau, fue sin duda alguna, por la información en la prensa, las fotografías y los textos de los acuerdos un éxito de diplomacia, capacidad de negociación y relaciones públicas. Desde que tengo memoria, más de 80 años, no había visto que tres mandatarios y sus esposas mantuvieron una relación tan cálida y afectuosa, más allá de toda diplomacia. Evidentemente que los tres venían con un ánimo muy positivo a la cumbre de las Américas, buscando no sólo tener acuerdos importantes para el desarrollo de los pueblos y el fortalecimiento de la región, que con los tres países Canadá Estados Unidos y México constituye una de las zonas económicas más importantes del mundo.

El presidente de México logró casi todo lo que se propuso, desde la llegada del avión al aeropuerto Felipe Ángeles y no al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, su plática en el vehículo presidencial norteamericano de más de una hora que hicieron del aeropuerto al hotel y los acuerdos que se tomaron, hasta los asuntos que se dejaron sin solución durante las conversaciones oficiales, como es el caso de los problemas con algunas compañías energéticas que tienen negociaciones en México. Todo se logró principalmente mantener un ambiente de camaradería, de buenas relaciones humanas, respeto a las fórmulas diplomáticas, expresiones de entendimiento y camaradería entre los mandatarios situación, situación que no es fácil mantener ni lograr en estas reuniones. Podemos decir que los tres venían con el objetivo esencial de darle la impresión a  los tres pueblos de una relación madura, de respeto a la soberanía de los países, de capacidad de negociación sobre los asuntos que nos atañen y de buena voluntad para resolver los problemas tan graves que existen como es el problema migratorio que nunca se había visto en estas dimensiones y que parece que hay una estrategia para desquiciar las relaciones entre los distintos países que expulsan a los migrantes y los que lo reciben. La capacidad de recibir 1000, 2000 o 5000 gentes en el corto plazo resulta verdaderamente imposible para cualquier país americano o europeo. 

La posición de México es muy interesante. Por una parte, no sólo está recibiendo a todos aquellos que llegan a nuestra frontera y solicitan permiso para cruzarlo y entrar a los Estados Unidos. El presidente plantea la necesidad de desarrollar e invertir en los países que actualmente están expulsando personas como Centroamérica y Venezuela y en Europa los países africanos, para que los actuales migrantes no tengan necesidad de abandonar su región y encuentren en ella el trabajo y la realización personal que todo ser humano necesita, desarrollemos los países más pobres y de esa manera se terminarán las migraciones en la forma tan violenta en que te están dando.

Puso como ejemplo la ayuda de México a Nicaragua y Honduras para que los migrantes de este país tengan mínimos de subsistencia, pero las ventajas de estar en sus regiones, con sus familias y trabajando en sus territorios. Pronto veremos resultados de esta reunión, pero el solo hecho de mantener una fraternal y amigable relación y ponerse de acuerdo sobre temas fundamentales es uno de los logros más grandes que se tienen con esta 10ª cumbre internacional que se realizó en nuestro país.

Al regresar a sus países, los mandatarios se volvieron a enfrentar a sus problemas locales. El presidente Biden tendrá que atender el nombramiento de un fiscal especial que se nombró para que investigue un asunto de documento supuestamente secretos que tiene en su casa desde que era vicepresidente con Obama. Aquí en México se desata la violencia electoral por la sucesión presidencial. En el metro, que es uno de los elementos más sensible de la ciudad de México empiezan a darse accidentes, choques, atentados contra los vagones y situaciones inusuales que afectan el funcionamiento del Metro y de millones de usuarios. El presidente toma la decisión de mandar cientos de guardias nacionales a cuidar los vagones y evitar que ocurran accidentes y se ponga en peligro la vida de los usuarios y por otra de que no descarrile lo que parece ser la decisión del presidente de que sea la jefa de gobierno la candidata de Morena a la presidencia de la República.

Y dada la cantidad de simpatizantes que tiene el partido en el poder sea nuestra primera mujer presidenta, con lo cual se matan varios pájaros de un tiro, por primera vez en la historia de México llega una mujer a la presidencia, la continuidad de las políticas principales de la actual mandatario y el triunfo de Morena en estas elecciones, el cual seguramente se va a dar salga quien salga de candidato, actualmente se ha venido reduciendo el número de precandidatos queda el canciller Marcelo Ebrard y a la jefa de gobierno. La pregunta es si los 130 millones de mexicanos vamos a aceptar a una mujer para que nos gobierne. El machismo y lógicamente los intereses políticos económicos se está jugando en la sucesión presidencial que sin lugar a dudas tiene ganada Morena. Ahora sí empieza la grilla nacional. ¿Usted a quién le va?