Nada será igual
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Debates y Deslindes

Nada será igual

 


Cuando en la “Mañanera” se anunció la llegada del Covid 19, una de las reporteras angustiadas le preguntó al presidente Andrés Manuel López Obrador ¿Cuándo volveremos a la normalidad? y la respuesta fue contundente y definitiva: “Nunca” 

Ahora que la vacuna nos permite un minuto de reposo y repaso de la vida empezamos a ver los cambios que ha producido en nuestra vida la pandemia del Covid 19. El estado de alerta en que ha permanecido la humanidad, los sufrimientos y la amenaza, los estragos de los que se contaminaron o perdieron a sus seres amados. Todos hemos sido lastimados. No hay familia, o grupo social en el mundo que no haya tenido y sentido una pérdida personal e individual por una o varias personas. La situación es realmente trágica y dolorosa. Junto con el sufrimiento, el retiro, el cambio en la estrategia de trabajo y los pensamientos que han surgido sobre la vida y la muerte, recordamos que la vida es finita y que el momento de la muerte puede llegar en cualquier momento. 

De una nueva forma de reflexionar y pensar han salido nuevos modelos de vida. Hemos olvidado nuestras cobardías, encontrado el valor que teníamos guardado, descubierto que había algo que nos gustaba lo suficiente y por pura cobardía no lo decíamos. Descubrimos que nos habían sometido desde siempre y que bastaba una palabra para encontrar la libertad. También descubrimos que teníamos una vida extraordinaria que queremos conservar, cuidar, mantenerla viva con los cambios saludables, con las gratificaciones cotidianas, simples, pero llenas de satisfacción, esa serie de actos positivos que nos producen placeres y beneficios. 

¿Qué tan saludable es la vida en nuestras ciudades; qué tan satisfechos estamos de la vida pública que tenemos y qué tienen nuestras poblaciones en su conjunto? La vida social que tenemos, nuestros vecinos, las calles y jardines son gratos, nos gusta verlos todos los días nos resultan agradables. Situaciones que antes no veíamos, ni observábamos se vuelven ahora factores importantes de la vida cotidiana.  

Observemos nuestros cambios, aprovechemos que estamos vivos, disfrutemos la oportunidad que nos da la vida de seguir respirando. De poder decir lo que siempre quisimos. Se han muerto cerca de tres millones de personas de los países que tenemos información y más de un cuarto de millón en México. Viva la vida.   

Oaxaca la ciudad más cara del país 

Siempre que se refieren a Oaxaca en artículos, tratados de economía, o notas periodísticas se habla del estado de subdesarrollo en que viven sus habitantes, de la falta de empleos y de lo bajo de los salarios, también de la cantidad de gente expulsada de sus comunidades que emigra a los Estados Unidos o a otros estados en busca de trabajos mejor remunerados. Nuestro estado ocupa el penúltimo lugar en el nivel de desarrollo del país, de manera que el subdesarrollo lo cargamos, nos afecta en todo y lo expresamos a cada instante de la vida social: una educación deficiente, la violencia callejera, la forma de manejar los vehículos, tratar a los peatones, el comportamiento con las mujeres. Una vida académica con paros generales, universitarios de medio pelo, violencia social y falta de respeto a los derechos humanos y sociales de los habitantes de esta ciudad.   

Los taxistas son una fuerza que inicia la escalada de precios, la dejada mínima, dicen ellos, es de 50 pesos y de ahí “pal real”. Tomar un taxi es prohibitivo. Cuesta más de la tercera parte de un salario mínimo que está en $141.70.

No sé si existe un departamento de tránsito municipal o del estado que esté enterada de estos abusos.  En los mercados a pesar de que la ley del consumidor dice que tiene que exponerse el precio en moneda nacional y con toda claridad, los mercaderes ven primero al cliente y aplican la ley de “del tamaño del sapo es la pedrada” para mantener en un mismo producto más de cuatro o cinco precios diferenciados. Qué ironía en una población donde los salarios son más bajos los precios de los servicios, los insumos alimentarios son más caros. Esta situación crea las condiciones de que la vida de nuestros conciudadanos tenga malas condiciones. Ganan poco y compran caro. El gobierno estatal y municipal bien para servirles, vivimos una economía de mercado. 

En esas condiciones el presidente de México ha estado buscando mecanismos que ayuden a los oaxaqueños a mejorar sus condiciones de vida.  Ha venido al estado de Oaxaca 22 veces en dos años de gobierno. Hubo presidentes que en un sexenio vinieron una o dos veces y nunca volvieron. La presencia de AMLO solo se explica por el gran interés que tiene de acelerar el proceso de desarrollo y hacer realidad el lema de “Por el Bien de todos primero los pobres”. Busca fórmulas que faciliten el desarrollo de las comunidades, ha inventado mecanismos de conciliación, construcción de caminos. vecinales, modelos de consumo y asociaciones. Solución pacífica de los conflictos comunitarios para evitar los problemas.  

En sus viajes ha encontrado problemas ancestrales que dividen a las comunidades desde hace décadas, conflictos de tierras, de límites, de uso del agua. Problemas causados por el uso y ejercicio de poder impuesto por la fuerza, como vimos hace una semana en Ocotlán donde la furia irracional, asesina, sin importar la imagen que, de Oaxaca al mundo, o precisamente por ello, asesinaron a una candidata a presidencia municipal.