Guía ética u obediencia ciega
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Opinión

De Paradojas y Utopías

Guía ética u obediencia ciega

 


1).- Las buenas conciencias

México enfrenta un panorama grave. El titular de la OMS, Tedros Adhanom, pidió al gobierno de AMLO seriedad en el manejo de la pandemia. Más de 108 mil muertos por Covid-19, más de un millón 150 mil contagiados, miles de damnificados en Tabasco y Chiapas por las tormentas, nulo crecimiento económico, desaliento a las inversiones, promesas incumplidas a dos años de la 4T, etc. Pero, ¿cuál es la panacea del gobierno federal ante este país de desastre? La “Guía Ética para la Transformación de México”. Una maraña de preceptos de procedencia diversa; un breviario de soluciones mágicas para que el “pueblo sabio” logre la felicidad y la redención, luego de las prácticas pecaminosas y corruptas de la “mafia del poder” y el neoliberalismo.

Ese infierno que nos legó el pasado, pero que hoy vislumbra para los mexicanos el Edén perdido o una nueva sociedad canónica. Se trata, sin duda, de un nuevo Catecismo con preguntas y respuestas, que decretan los nuevos sacerdotes de la moral pública, cifrado en el maniqueísmo de la lucha entre el bien y el mal. Empero, los dos males que pesan sobre la existencia humana –dice Luc Ferry, filósofo francés- “son la nostalgia y la esperanza; el lastre del pasado y el espejismo del futuro”. Siguiendo las “Meditaciones” de Marco Aurelio y “Las Cartas a Lucilio” de Séneca, insiste en la importancia del presente: “el resto –dice- o es pasado o un oscuro porvenir”. (Aprendiendo a vivir, Tusquets, México, 2007, pp. 64-65).

2).- Política vs moral

Si bien se trata de una vieja discusión, en política el deber moral y hasta la misma virtud resultan dudosos y hasta abyectos. “Hacer profesión desafiante de virtud –dice F. Savater- puede ser el maquillaje de una incurable debilidad o de una rencorosa bajeza, de quien se proclama superior”. (Invitación a la ética, Anagrama, Barcelona, 2010, p. 40). ¿A quién obedece el ciudadano que seguirá a pie juntillas los preceptos de la “Guía Ética”? Hay un comportamiento al que se pretende llegar: la obediencia. Si el deber es religioso, se puede decir que a Dios. “Bergson –dice José Antonio Marina- afirmaba que obedecíamos a la presión social o a la llamada del héroe o del santo”, o a lo que S. Freud llamó: “la voluntad del Padre”. (Ética para náufragos, Anagrama, Barcelona, 2002, p. 55)

En esa línea, a la ortodoxia de lo “políticamente correcto”, Adela Cortina antepuso lo “éticamente correcto” y se plantea algunas preguntas que bien pueden adaptarse a lo que vivimos hoy.

— ¿Renuncias a la aporofobia?

— Eso no viene en el Catecismo–, le contestan.    

“La aporofobia –subraya- es el desprecio al pobre, al débil y al que no tiene qué ofrecer, qué dar a cambio. No importa su raza ni su etnia, importa que no tiene con qué pactar: ni dinero, ni prestigio”, (sólo tal vez, su voto) -le agregamos nosotros-. (Hasta en un pueblo de demonios. Ética política y sociedad, Taurus, Madrid, 1998, p. 53)

3).- La ética o la dignidad perdida

Pero hay algo que la ética, sea cual fuere, no puede exigir a los hombres –dice Roger Caillois- “es que se vuelvan impotentes y pusilánimes, que tiemblen sin cesar a perder lo que tienen o por no recibir lo que sufren por tener”. (Citado en F. Savater, op. cit. 74). Bien visto, se trata de dar lecciones de moral a una realidad lacerante como son los miles de muertos por la pandemia, de ejecuciones, desapariciones, feminicidios y el lastre de políticas erráticas y muertes. “¿Amor al prójimo? –se pregunta Zygmunt Bauman- sólo puede ser aceptado, adoptado y practicado, si uno se rinde ante la admonición teológica de credere quia absurdum: creerlo porque es absurdo”. (Amor líquido, FCE, México, 2018, p. 105).

La mayoría coincidimos en que el sufrimiento sin sentido y el dolor infligido de manera insensata no pueden tener excusa ni ser defendibles en ningún tribunal. Aceptarlo sin más es la humillación o la negación de la dignidad humana. El país requiere estrategias eficaces, de Estado, no lecciones de moral ni paliativos extra terrenales parar curar los males de una sociedad que sobrevive en medio de ocurrencias en el mando gubernamental, intolerancia con los que critican, el fracaso en políticas sus públicas y la abierta connivencia con las prácticas corruptas de sus familiares, que pone en entredicho su famosa cruzada en contra de la corrupción. O como dijo el apóstol: “¿De qué sirve ganar el mundo, si se pierde el alma?”.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— Vale la pena ponderar los buenos oficios del Coordinador de Comunicación Social y Vocería del gobierno estatal, Francisco Vallejo Gil, en desplegar una nueva política, despojada de fanatismos y exclusión hacia los medios de comunicación y comunicadores, sean cuales sean sus fuentes de trabajo.

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