El dilema de MC
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Opinión

De Frente y de Perfil

El dilema de MC

 


Dante Delgado lo sabe, está consciente de ello, MC se juega el todo por el todo en los comicios presidenciales del próximo año. Sabe que puede dar un gran salto, pero que este puede producirse hacia el vacío y sin embargo, apuesta a ello.

El dirigente nacional de MC y dueño de dicha franquicia amaga, presiona, finta hacia dentro y fuera de su organización, pues sabe que, finalmente, su influencia es tan grande que se saldrá con la suya, sin importarle las consecuencias.

Dante ha sabido usar su partido y lo mismo estableció alianza con el PRD por doce años para conservar el registro nacional y se alió con este partido y con el PAN en una loca aventura en 2018 que ahora rehúsa hacerlo y los califica como corruptos, aunque su principal rival es el PRI, el partido que lo formó y que lo llevó por los caminos de la burocracia, primero y de la política después.

El veracruzano guarda gran resentimiento al partido tricolor que lo elevó a la máxima altura, al designarlo gobernador a los 37 años de edad, pero que luego lo refundió en prisión por un año tres meses, siendo absuelto del delito de desvío de fondos por 450 millones de pesos. A su salida de prisión se dio a la tarea de construir un nuevo partido político con priistas descontentos.

Convergencia tuvo como su primer dirigente nacional a Francisco Luna Khan, exgobernador de Yucatán, que después de eso fue marginado por el tricolor. Pasó luego a ser Convergencia por la Democracia, sin que ninguno de los nombres permeara en el ánimo de los electores, modificándolo a Movimiento Ciudadano, recortado a MC en la actualidad.

Los esfuerzos de Dante por darle sentido al partido le comenzaron a dar resultados positivos una vez que rompiera todas sus alianzas electorales y convertirse en la cuña de la oposición, lo que algunos consideran como alianza inconfesable con el Presidente López Obrador y su partido Morena.

Dante se ostenta como el azote de priistas y panistas, pero en el terreno de los hechos no lo demuestra. Es cierto que sus candidatos, yendo solos, ganaron Jalisco y Nuevo León, pero han decrecido su representación de diputados, ganando solamente siete distritos federales de mayoría, mientras en el Senado se alimentan de disidentes de otros partidos, aumentando su membresía.

En el pasado reciente y en la actualidad MC recibe cascajo de todos los partidos políticos, creyendo que eso les dará fortaleza y les permitirá alcanzar el anhelado tercer sitio dentro del Congreso de la Unión.

Dante sabe que ninguno de sus prospectos presidenciales le daría posibilidades de victoria, pero un par de ellos podrían darle, tal vez, una mejoría de senadores y diputados, de ahí que prefiera ir solo y disputarle a la oposición esos cargos.

No le importa que le llamen esquirol, él sabe hasta dónde puede ir y que finalmente obtendrá alguna recompensa y se mantendrá al frente de su pequeño imperio, sin que nadie la arrebate la dicha de pulverizar al PRI.

Su ambición es tan grande que hasta podría coronarla con un gran regalo de cumpleaños, la candidatura presidencial, sin importarle que algunos cuadros de su partido se muestren insatisfechos y hasta opten por romper o hacerse a un lado.

El dilema de Dante es unirse a la oposición y formar un frente común que detenga el paso de Morena o ser el esquirol que algunos llaman, presentándose como el candidato o seleccionar a otro que destruya el frente opositor y permita el triunfo de Morena.

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