Ciudad copada
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Opinión

De Frente y de Perfil

Ciudad copada

 


Es la primera ocasión que sucede en la nueva época del país y resulta ser una prueba de fuego para las autoridades de la capital del país y las federales, para conocer sus tácticas ante situaciones como éstas que alteran la vida de la ciudad.

Diálogo, negociación, razonamiento, derecho de las mayorías, libertad de tránsito, quedan relegados ante la cerrazón de pequeños grupos que se apoderan de las principales vías de comunicación de la ciudad, cierran, las calles, encadenan las puertas del Congreso y mantienen secuestrados a legisladores, trabajadores y demás personas que acuden a esos recintos.

La lección la aprendieron rápidamente por ser maestros los actores principales de esta trama que sacude a los pobladores de la capital del país y que muestra la tolerancia e impotencia de las autoridades por otorgar garantías sus habitantes.

Es una historia simple que año con año y hasta por varias veces en uno solo se repiten los abusos de pequeños grupos que se apoderan de la vía pública, cruzan autobuses en las principales avenidas e impiden la circulación del tránsito vehicular.

Los “encuerados” de los 400 Pueblos tomaron los alrededores de la sede senatorial como sucede cada doce meses, sin importar donde se ubique el recinto de la llamada Cámara alta. Les da lo mismo si es Xicoténcatl o Reforma, ellos bailan, se desnudan, acusan de corrupto al mismo personajes (Miguel Ángel Yunes), se asientan en la zona por uno o dos meses y se regresan a su tierra, todo bajo la conducción de su líder, César del Ángel, quien desde una silla y en la sombra vigila sus movimientos y da las instrucciones correspondientes.

César del Ángel es el mismo personaje que hace 50 años encabezaba a la disidencia coprera que fue masacrada en Guerrero y que en diversas ocasiones ha sido encarcelado en Veracruz. El mantiene una afrenta con el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, a quien acusa desde finales de la década de los noventa de crímenes de lesa humanidad.

Sin embargo, lo ocurrido ayer en la CDMX fue una ¿coincidencia? En que diversos grupos decidieron actuar al mismo tiempo y sembrar el caos. El Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Chapingo decidió reunir a un centenar de sus miembros y con media docena de autobuses bloquear las principales avenidas de la ciudad: Reforma e Insurgentes quedaron aisladas, al tiempo que colocaban cadenas y candados en los ingresos al Senado de la República.

Los maestros de la CNTE impiden el trabajo de los diputados que deberán votar la reforma a la reforma educativa, aunque ya se aclaró que solamente si son avalados por los maestros de esta central.

En la Cámara de Diputados local, un zafarrancho entre transportistas, comerciantes y empleados, dejó golpeados y rodeada dicha sede legislativa.

¿Y a todo esto la autoridad cómo procedió? Igual que siempre dejando a los manifestantes actuar a su gusto, sin importar que pequeños grupos de menos de cien personas alteren la vida de los millones de habitantes de la capital del país.
Nada cambió, todo sigue igual
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