La Fernandomanía
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Crónicas Oaxaqueñas

La Fernandomanía

 


El arranque de carrera en las Grandes Ligas de Fernando Valenzuela fue espectacular, era un joven de 20 años con un temple extraordinario, de un veterano de más de treinta, sin miedo a enfrentarse a cualquier pelotero por más temible que fuera con el bate, su seguridad y confianza sorprendía a entrenadores, compañeros de equipo, rivales, periodistas, expertos y fanáticos en general, así empezó la Fernandomanía.

La semana pasada se analizaron los seis primeros juegos de la temporada 1981, continuemos la revisión puntual de sus primeras actuaciones.

El 8 de mayo de 1981, Dodgers visitó el Shea Stadium, casa de los Mets de Nueva York, cuarenta mil personas acudieron a ver al fenómeno del momento, Fernando volvió a dar cátedra, nuevamente tiró 9 entradas completas, ganaron una a cero, aceptó 7 imparables, dio 5 bases por bolas con 11 ponches, el encuentro duró dos horas cuarenta y dos minutos, siete victorias al hilo.

Los Dodgers ese día solo batearon 5 hits, menos que los Mets, en esta ocasión fueron suficientes para anotar una carrera y ganar ese partido, esa fue una de las constantes en la carrera de Fernando en la LMB, su equipo le daba poco respaldo ofensivo así que en muchas ocasiones salió sin decisión o perdió encuentros donde dominó a los contrarios, maniatándolos al mínimo de anotaciones y no ganaba.

Valenzuela regresa a tirar en casa para enfrentar a los Expos de Montreal el 14 de mayo, la asistencia fue de casi cincuenta y cuatro mil espectadores, nadie quería quedarse fuera del estadio, México se paralizaba al momento del partido, la televisión hacía lo que nunca, transmitía los partidos por señal abierta, aunque duraran cuatro horas, los patrocinios llovían.

Todos querían entrevistar al “Toro”, saber de su vida, Etchohuaquila, Sonora. apareció en el mapa mundial, los periodistas se apresuraban a ir a su pueblo, entrevistar a su familia, a sus maestras de primaria, a la autoridad municipal, al que lo conociera, al que hubiera jugado con él de niño, el término Fernandomanía empezaba a cobrar fuerza.

Fernando volvió a cumplir en el montículo dominando a los Expos de Montreal, tiró las 9 entradas completas, aceptó tres imparables de los cuales dos fueron cuadrangulares, por primera vez en la temporada lo castigaban con dos para la calle, hasta ese momento solo había recibido una carrera en dos ocasiones distintas, ahora recibía dos anotaciones, como para bajarlo un poquito de la nube.

Dodgers anotó tres carreras así que ganaron el encuentro, octava victoria al hilo, nuevo juego son requerir el auxilio de un relevista, una base por bolas otorgada y recetó siete chocolates, ya los medios de comunicación demandaban verlo jugar más seguido y empezaban a influir en las decisiones del equipo.

Con solo tres días de descanso decide Tom Lasorda enviarlo nuevamente al montículo en casa, el Dodger Stadium, a enfrentar a los Phillies de Philadelphia, un equipo fuerte con récord ganador, por supuesto que no era lo ideal, no tenía Fernando el suficiente descanso después de tirar tantos juegos consecutivos de nueve entradas y alrededor de cien lanzamientos en cada uno.

Valenzuela solo lanzó siete entradas completas, requirió del auxilio de un relevista por primera vez antes de la novena entrada, Dave Stewart llegó en la octava a suplirlo, Fernando recibió tres imparables suficientes para producir cuatro carreras limpias, dio dos bases por bolas y ponchó a seis, no fue un mal trabajo sin embargo Dodgers no pudo anotar ni una sola carrera, fueron blanqueados, mal todo.

Primera derrota en el año, ocho ganados y un perdido, deberían de haberle achacado ese descalabro a quien tomó la decisión de enviarlo al montículo con tal de llenar el estadio con cincuenta y dos mil quinientos aficionados con boleto pagado y no que la derrota se fuera a la contabilidad del novato.

El 23 de mayo, con 4 días de descanso regresa a la loma de los disparos en el estadio Riverfront, casa de los Rojos de Cincinnati, fueron a verlo más de cuarenta mil espectadores, Fernando salió del encuentro tras concluir la octava entrada, dejó el juego perdido cuatro carreras a cinco, solo cuatro de las anotaciones recibidas fueron carreras limpias, dio seis bases y abanicó a tres.

Afortunadamente Dodgers empataron en la novena con lo que Valenzuela ya no perdía el juego, aunque tampoco podría ganarlo, en extra innings Dodgers terminó ganando 9 carreras a 6, no tuvo decisión el “Toro” así que su foja personal siguió en 8 ganados y 1 perdido, ganó el partido Dave Stewart y salvó Bobby Castillo, un hombre muy importante en la carrera de Fernando, ¿Por qué?

Cuando Fernando fue contratado por los Dodgers, lo mandaron a las Ligas Menores, tal como debe de ser, todos los lanzadores novatos deben ir ganando experiencia antes de tener su oportunidad en las Mayores, el reporte de los scouts decía que tenía una buena curva y una recta aceptable, sin embargo, no era suficiente, requería de un tercer lanzamiento para destacar.

Al Campanis, griego de nacimiento, fue pelotero de una sola temporada y después directivo de los Dodgers, decidió que el lanzamiento ideal para Fernando podría ser el Screwball o tirabuzón, el único pitcher de la organización que sabía tirarlo era Roberto “Boba” Castillo, así que fue enviado a la Liga Instruccional de Arizona a enseñárselo, el aprendizaje fue inmediato dominándolo por completo.

Castillo desafortunadamente perdió la vida en 2014 a los 59 años de edad debido al cáncer, fue muy lamentable, sobre todo por ser el gran maestro de Fernando al compartir sus conocimientos y darle una herramienta 6 que lo llevó a ser uno de los más exitosos lanzadores de la historia.

Fernando lanzó en 1981 en 25 series distintas contra todos los equipos de la Liga Nacional, en 22 de ellas fue el lanzador con mayor audiencia, la gente pagaba un boleto en la plaza que se presentara para verlo tirar, los números no mienten, fue un fenómeno de taquilla que confirmaba que estaba de lleno la Fernandomanía.

El resto de la campaña 1981 fue atípica, vino una huelga de peloteros durante la cual se perdió un tercio de temporada, Fernando ya no fue el mismo lanzador dominante, aun así, el año lo terminó con 13 ganados y 7 perdidos, promedio de carreras limpias aceptadas de 2.48, líder en blanqueadas con 8, en juegos completos con 11, en ponchados con 180 y en innings lanzados con 192 y un tercio, así o más.

Dodgers ganó la Serie Mundial de ese año venciendo a Yankees de Nueva York, Valenzuela en postemporada ganó tres juegos y perdió uno, fue designado en 1981, Novato de Año, Premio Cy Young, Bate de Plata, un sueño de hadas.

En columna próximo veremos el resto de su carrera y comparación con otros peloteros que ya están en el Salón de la Fama.

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Facebook: Jaime Palau Ranz

Seguiré comentando la próxima semana.