Con alegría se vivirá el Día del Cronista, ya que esperamos que medio centenar de cronistas municipales se reúnan en la capital del estado; se conmemorará el día 5 de abril, fecha en la que se estableció en Oaxaca el Día del Cronista, esperando acudan no sólo los cronistas, sino también el Presidente de su respectivo Ayuntamiento, por ser la fecha el natalicio del cronista, narrador e historiador, Don Jorge Fernando Iturribarría Martínez (1902-1971), personaje que su sentido deceso fue un 15 de octubre, dejando medio centenar de escritos, libros, artículos, reseñas, efemérides y una memoria histórica que narra los acontecimientos durante el gobierno del Lic. Eduardo Vasconcelos Pérez (1947-1950) cuya obra de cuatro años, supera en mucho la obra de varios sexenios en Oaxaca.
Así que este viernes 5 de abril, con motivo de este tercer año -Día del Cronista- se hablará del patrimonio tangible e intangible de nuestro Estado y es que señoras y señores el patrimonio cultural es una herencia colectiva, un capital social no renovable, y como tal su destino está en manos de las comunidades y las estructuras de gobierno más cercanas a ellas que son los municipios, como toda herencia, podemos invertir ese capital adecuadamente y asegurar que multiplique su valor y que garantice a las siguientes generaciones un potencial de desarrollo, o podemos abandonarlo y perder no solo uno o muchos signos y reflejos de identidad, sino también un detonante del desarrollo económico que hoy brindan los elementos culturales vistos a través de la arquitectura, el entorno natural, la gastronomía, la música, la artesanía entre otros aspectos, de los que Oaxaca tiene mucho como reserva de la espiritualidad de México.
La memoria y la identidad colectiva están en juego y es responsabilidad compartida de muchos actores, como los cronistas, que son los promotores naturales, culturales y académicos, asesorando al gobierno, grupos organizados y líderes políticos, para asegurar y consolidar su supervivencia. El patrimonio cultural no es un lujo de uso exclusivo de algunos sectores sociales; es parte de la realidad en la que nos movemos, es nuestra herencia de vivencias y está estrechamente vinculada con nuestra identidad y nuestra manera de actuar, de vivir y de reflejarnos cotidianamente. Por ello, reconocerlo y manejarlo responsablemente son elementos de gran importancia para cualquier ámbito de gobierno y, por supuesto, para la sociedad misma.

En defensa del patrimonio
El cronista de Oaxaca, está al servicio del Estado, sabe y conoce el municipio que habita y la importancia del patrimonio cultural que se ubica desde su origen en las comunidades, en los ayuntamientos, como base administrativa en la estructura gubernamental de nuestro país, el cronista como figura institucional, tiene una importancia trascendental, toda vez que su función y actividad están reconocidas mediante la ley orgánica correspondiente, y va más allá con la nueva propuesta que la Cámara de Diputados aprobó en el 2024.
El cronista hace oficio y recrea el oficio cuando registra el hecho o los sucesos de su entorno y a partir de ellos inicia su aportación a la historia o historias de cada localidad. Hacer tal registro, cualquiera que fuere su inclinación es fundamental, más aún cuando se hace para dar fe de la pérdida de personas y orgullos que representen lo propio, como igual debe ser el registrar un anunciamiento o la glorificación de la victoria.
El quehacer del cronista.
Este acto de la firma de un convenio con el Archivo General del Estado, que a la vez nos lleva a un convenio con el Archivo General de la Nación, tiene la modesta intención de resaltar lo trascendente que es el trabajo del cronista y de su gran responsabilidad al escribir textos y vivencias de su entorno, como parte de su vida misma y por el solo gusto a este oficio.
El quehacer del cronista se cumple cuando, como lo dice muy bien la historiadora morelense, María del Rosío García Rodríguez, “son historias contadas por hombres y mujeres que trabajan a partir de un oficio aprendido durante la vida misma (y no necesariamente en un aula), a los autores de estas historias la gente los conoce como ‘el señor’, ‘el profe’, ‘el cronista’, o simplemente como ‘Don’. Efectúan su labor contra sus propias limitaciones de tiempo y economía, robando un poquito de los tiempos de la familia, del trabajo cotidiano y de la esperanza que nunca muere, van creando un camino donde las puertas que se tocan son las de las amistades, del reconocimiento y de los ideales compartidos.
Buscan por aquí y por allá datos o documentos del pasado del pueblo, registran las historias que contaban los abuelos, son quienes atesoran las fotografías de cuando la localidad tenía caminos de piedra, sus investigaciones y búsquedas documentales son tan largas como sus vidas; algunas son terminadas y otras fatalmente olvidadas en los cajones de algún ropero, sin poder compartir a la comunidad todo ese fruto nacido del cariño con que fueron cultivadas.
El cronista, el historiador local lo es por un compromiso de vida, así como todos los que se han dedicado y se dedican a deleitarse con la evolución intensa y cercana de otros tiempos, han construido una alternativa para la memoria histórica colectiva y para hacer de la historia el recuento sencillo, la explicación del presente ý la experiencia identitaria.
Los cronistas, con su trabajo, logran vincular el sentimiento de la participación de personajes cercanos a los acontecimientos más significativos de su comunidad. Además del recurso testimonial, sus narraciones están basadas en relatos certeros y documentos que apoyan la permanencia o ruptura con situaciones del presente. Y eso es “contar historias”.
El cronista en ningún momento compite o suple al investigador profesional de la historia; más bien, aporta desde la perspectiva de su oficio, puesto que puede dar sustento a los hechos históricos y a aspectos del pasado relacionados principalmente con la vida cotidiana de un lugar y sus habitantes.
Son quizás los únicos que le dedican su vida a servir al Estado y la Nación, sin cobrar, sin pago alguno, pero eso sí, mueren sirviendo a los demás.
El programa que se realizará, lo público con la idea de informar a usted lo que se hace hoy por Oaxaca.

Programa para el día 5 de abril
Evento a realizarse el día 5 de abril en la Ciudad de los Archivos a partir de las 12.00 hrs. con una duración de 2 horas, con motivo del día del Cronista.
P R O G R A M A
Presentación del presídium e invitados especiales.
1.-Apertura del programa (palabras de bienvenida a cargo del Director del A.G.E.O. maestro Jacobo Babines López;
2.- Entrega de reconocimientos a 18 cronistas por sus años de servicio a su municipio. (coordinador) Lic. Fernando Villalana;
3.- Entrega de credenciales para tener acceso a la ciudad de los archivos -Dos fotografías tamaño Infantil-;
4.- Firma del convenio de colaboración del archivo del estado (A.G.E.O.) y la A.E.C.O. Testigos: Presidente Municipal, Raymundo Chagoya Villanueva Pérez y el representante de la R.A.E.C.O., Dr. Antonio Luis Galiano Pérez;
5.- Conferencia del Dr. Antonio Luis Galiano Pérez, la aportación de los cronistas a la cultura de los pueblos, quien viene de España para dictar su conferencia;
6.- Palabras del Presidente de la A.E.C.O. Ing. Jorge Bueno Sánchez;
7.- Clausura del evento por el Presidente Municipal, Raymundo Chagoya Villanueva. Terminará a las 14.00 hrs. el próximo día 5 de abril del 2025.

Oaxaca de Juárez, 31 de marzo de 2025.
JORGE BUENO.
Cronista de Oaxaca.
Presidente de la A.E.C.O.
Secretario General de la
Federación Nacional de Asociaciones
de Cronistas Mexicanos, A.C.