La ruta de la tormenta
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Opinión

Columna sin nombre

La ruta de la tormenta

 


Cubre bocas: NO HAY. Guantes: NO HAY. Máscaras: NO HAY. Respiradores: NO HAY. Descanse en paz Héctor Suárez y uno de sus principales personajes: el NO HAY.

-El Mapache Guasón

La gira presidencial está en marcha y en paralelo azota la ruta la tercera onda tropical de la temporada. Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco y Sur de Veracruz. Extraña coincidencia.

Ambos, el ciclón y AMLO, viajan exactamente en la misma dirección.

La verdad no sé si criticar al señor Presidente por su audacia o admirarlo por su capacidad de trabajo o híper activismo. Como usted prefiera. Ambas cosas son hasta ahora improductivas, por lo que francamente puede rezar para que no le pase nada. Porque bien visto, la comitiva junto con él, viajan por carreteras en medio de los aguaceros, con todo el riesgo que eso significa, más la posibilidad de contagio en medio de la pandemia, y todo básicamente, para dar personalmente el banderazo de inicio a la obra del Tren Maya.

En el momento en que escribo y según los medios masivos de comunicación, su comitiva va hacia Campeche y el ciclón o tormenta tropical va tras de ellos, en una coincidencia la verdad inquietante.

Él ya no es Andrés Manuel, es el Presidente de la República y representa a cosa de ciento treinta millones de mexicanos.

Los percances y los riesgos son demasiados como para exponer su vida y la de cosa de ciento cincuenta personas que lo acompañan, en actos no determinantes para la vida nacional.

Dicen los meteorólogos de la televisión abierta, que quizá encuentre la refinería, en construcción de Dos Bocas, inundada. También es probable que no pueda pasar por el desbordamiento de los ríos de la zona y todo, sin contar con el contagio dada la amplitud del recorrido.

Ahora bien, virtualmente rezo para que nada suceda y complete el loco recorrido sin incidentes. Son mis mejores deseos.

De ser así, al regresar a la CDMX, nada habrá cambiado, todo seguirá igual y el viaje habrá sido francamente inútil.

Si hubiera inaugurado hospitales, vías férreas, carreteras, o llevado insumos y medicinas para proteger a pacientes y médicos, acaso se justificaría su presencia. Pero en las condiciones que refiero, nada, absolutamente nada se logrará para detener la pandemia, detener el desempleo galopante o salvar las fuentes de trabajo.

Yo también soy pueblo.    

Por allí nos encontraremos.