Vacuna, pero contra la manipulación
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Carpe Diem

Vacuna, pero contra la manipulación

 


No hay duda de que la palabra crea realidades. Dios creó al mundo a partir de su verbo: “Hágase la luz, y se hizo”, y de ahí en adelante para construir el universo. Y tampoco hay duda de que existen personas a quienes la naturaleza les dio el don de la palabra y saben usarla para seducir, ya sea a una mujer, a un cliente, a los feligreses de alguna congregación o a todo un país.

El uso y abuso de ese don puede ser peligroso en manos de alguien sin escrúpulos. Todos nos hemos dejado embaucar por algún parlanchín que nos envuelve en su nube y nos convence de algo y, a pesar de ir contra nuestro sentido común, al final quedamos felices… por un tiempo porque al despertar de la embriaguez nos damos cuenta del error.

Desde diciembre de 2018, nuestro país es construido a partir del verbo del presidente. La realidad la crea a su modo y conveniencia y la gente le cree sin pensar. Las mañaneras son una puesta en escena, pero dado que se trata del jefe del Estado obliga la presencia de todos los medios que la difunden a lo largo y ancho del mundo.

Habla, define, interpreta, califica y descalifica de acuerdo con su agenda, es decir, construye la realidad que necesita para justificar sus planes. No le importa a quién ofende ni tampoco a las personas y problemas que ignora o las abiertas mentiras que inventa con frecuencia. No es un genio de la comunicación, es un manipulador. Y la historia está llena de ellos y de sus consecuencias.

Entre sus enemigos favoritos está siempre la prensa. Menciona por sus nombres a reporteros y medios exponiéndolos al fanatismo violento de sus seguidores. Esta situación solo la habíamos visto en las dictaduras, y en México ya es una realidad.

Su manipulación siempre aborda la corrupción, la mafia del poder, los empresarios, la prensa conservadora, la soberanía petrolera y energética y su obsesión por dividir al mundo en dos: los que están con él, y los demás.

Le habla bonito a su público, no les ofrece ninguna prueba alguna y le creen. Sin embargo, la realidad es otra, la corrupción sigue tan campante y en aumento. Apenas este viernes se supo de la entrega de contratos para la compra de ventiladores a un hijo de Manuel Bartlett. Y la entrega de la construcción de una buena parte del Tren Maya a Carlos Slim, o los contratos asignados a las empresas de Ricardo Salinas Pliego, a quién ni siquiera menciona como infractor de las medidas sanitarias impuestas por su gobierno a todos los demás. La asignación de contratos directos ya rebasó ampliamente al gobierno corrupto de EPN.

Su fe en el petróleo está dando contra los números financieros quebrados. Pemex acaba de perder, en el pasado trimestre, una suma monstruosa de más de 500 mil millones de pesos, lo que alcanzaría a comprar toda una flota de aviones presidenciales que ni Obama tenía.

Su necedad tiene a nuestra economía en picada. México estaba convirtiéndose en una potencia económica y eso no le agradó. El retroceso de la economía, por lo pronto, ya nos empobreció a todos, incluidos sus fanáticos.

El petróleo llegó a estar, por primera vez en la historia, en precios negativos, lo que quiere decir que el vendedor tenía que pagar al comprador para que se llevara su petróleo. La era del petróleo llegó a su fin, la soberanía no debe radicar en un recurso natural no renovable, eso fue cosa del siglo pasado. Lo de hoy debería ser una soberanía nacional basada en el talento y amor a su patria de los jóvenes que están en las universidades.

A la prensa crítica no la tolera. Pero el papel de la prensa es ser crítica del poder, de cualquiera que lo ostente. Contario a sus lambiscones que en la mañanera le hacen preguntas a modo, la prensa seria pregunta, analiza, investiga y cuestiona todo lo que se diga desde el gobierno.

Desde el Estado se está orquestando toda una política de desinformación que reproducen fielmente todos los medios afines. Existe formas de identificar la manipulación, una forma de vacuna que nos ayudará a ser libres, veamos.

Normalmente propagan imágenes y videos con apariencia de provenir de fuentes serias. Entre otras cosas crean portales digitales y canales de vídeos en los que anuncian, por ejemplo, que dirán lo que otros callan, la mera verdad, sin censura, y divulgarán toda clase de teorías conspirativas que tanto emocionan.

Sus textos e imágenes atacan directamente nuestras emociones, por eso las creemos a pie juntillas: miedo, ira o compasión, con titulares cortos, agudos y provocadores.

Polarizan todo, es decir, provocan división constante: izquierda o derecha. Aprovechando malestares sociales alimentan la crispación. Sus teorías conspirativas están bien armadas, hay gente especializado en ese trabajo que aprovecha la necesidad de la gente por conocer la verdad.

El uso del descrédito del adversario es recurrente, lo golpean una y otra vez en orquestadas campañas de desprestigio total. La burla, o cinismo, es otra herramienta de uso corriente. La sonrisa irónica del presidente es un ejemplo. Este es un medio eficaz de desviar la atención y desgastar al contrario, a los conservadores, diría YSQ.

El uso de la “inoculación” es otra forma psicológica de manipulación. En el discurso disuelven pequeñas dosis de veneno para poner a la gente en alerta. El uso del calificativo de conservadores o derechistas asociándolos a la maldad hace que la gente, en cuanto alguien reciba ese adjetivo, de inmediato sea rechazado sin necesidad de analizar si es cierto o no.

Hay que aprender a ser libres, la tecnología nos proporciona herramientas para contrastar la información y tomar mejores decisiones. Si se quitara la puesta en escena mañanera, la 4T solo existiría para su núcleo duro, que son minoría.