¿Y el terreno?
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Opinión

BARATARIA

¿Y el terreno?

 


¿Qué pasó con el Centro Integral de Revalorización de Residuos Sólidos Urbanos, el famoso CIRRSU? ¿El asunto ya está resuelto y ya pronto el gobierno municipal nos dará una sorpresa? ¿Ya hay alguna comunidad que quiera ceder algún predio de al menos 16 hectáreas? ¿O tanto el gobierno estatal como el municipal siguen mostrando incapacidad para resolver el asunto de la basura?

El problema de la basura es bastante serio. Desde el pasado 8 de octubre, la ciudad comenzó a enfrentar graves dificultades por la acumulación de desechos en sus calles, debido al cierre del relleno sanitario de la ciudad, ubicado en la colonia González Guardado, de Villa de Zaachila, el cual operaba desde hace 20 años.

Inicialmente, el presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Francisco Martínez Neri minimizó el caso, al considerar que podría comprar un terreno para contar con un relleno sanitario, pero resultó contraproducente.

Después la basura comenzó a acumularse en las calles, luego en el playón del río Atoyac hasta que el Ayuntamiento decidió tirar la basura a las entidades vecinas de Puebla y Veracruz, pero a un costo muy, pero muy elevado. La última cifra es la del informe de Martínez Neri de julio o junio de alrededor de 150 millones de pesos.

¿Lo oyó usted? Eso es mucho dinero que la ciudad necesita para embellecer sus calles, hoy llena de cráteres; embellecer sus jardines, hoy verdaderos páramos o mejorar decenas de colonias populosas, hoy sin vigilancia, con luz eléctrica deficiente o abonar al régimen de pensiones o vaya usted a saber qué se puede hacer con 150 millones de pesos.

Al ver que el munícipe Martínez Neri no podía con el paquete, le entró el gobierno del estado que en una de sus primeras acciones fue chocar con el ayuntamiento de la Villa de Mitla, Tlacolula, que encabeza Luis Armando Olivera, el cual sacó la peor parte al ser satanizado de boicotear la instalación de un Centro Integral de Revalorización de Residuos Sólidos Urbanos en San Lorenzo Albarradas.

Desde entonces Luis Armando Olivera no figura en la política. Ha perdido amigos pues nadie quiere exhibirse con un enemigo del gobernador, aunque el boicot no haya sido verdad. Por cierto, ese edil goza del apoyo de su pueblo, quien lo mantiene firme en su silla presidencial.

A partir de la experiencia desagradable con San Lorenzo Albarradas que primero aceptó, luego rechazó el proyecto, el gobierno del estado ha señalado que está en tratos con otros poblados del interior del estado para adquirir un predio pero nadie ha dicho esta boca es mía.

Así, el ruido por este tema ha disminuido y ya nadie habla de él, menos el municipio, mientras tanto éste sigue pagando millones y millones de pesos para que la basura que se genera en la ciudad de Oaxaca sea trasladada a depósitos del estado de Puebla o Veracruz, mientras se adquiera un terreno y se instale un CIRRSU.

Más bien, parece que este problema se lo endosarán al próximo gobierno que, seguramente, continuará endeudándose pues nadie quiere la basura en su patio trasero.

Por su parte, las autoridades de la Secretaría del Medio Ambiente ya no saben por dónde buscarle, porque cuando ya creen haber encontrado algún sitio para la disposición de residuos, resulta que les avisan que siempre no, como sucedió con San Lorenzo Albarradas.

O las autoridades del Gobierno del estado no están haciendo bien las cosas o hay grupos que se enteran de las negociaciones que estos tienen con determinadas comunidades, con las cuales también acuden para convencerlas de no ceder nada.

En octubre se cumplirá un año de que Oaxaca de Juárez y otros municipios de la zona metropolitana no cuenten con un tiradero municipal, porque el único que tenían en la Villa de Zaachila fue cerrado.

Según las autoridades, varias comunidades ya conocen el proyecto y los beneficios del CIRRSU, pero ninguna se atreve a dar el terreno, aunque lo tengan, quizá por cuestiones políticas más que sociales.

Lo que varias autoridades presumían resolver en unos meses, se mantiene como un problema que todos los días se percibe en las calles y en el playón del Río Atoyac, no solo por las y los oaxaqueños, sino por los visitantes nacionales y extranjeros.

Sin duda alguna la basura es un tema por el que serán señalados, tanto el Gobierno de Francisco Martínez Neri como el de Salomón Jara Cruz, porque no han demostrado la capacidad para la negociación y resolución de problemas.

Una pregunta: ¿Por qué se permite que recolectores de basura particulares, sigan recogiendo esta en las colonias periféricas? ¿Dónde la depositan si ya no hay tiradero? ¿O acaso, pasan la basura en los oscurito a los camiones recolectores del municipio? ¿Quién o quiénes están detrás de este negocio?

 

¿Y LA PREVENTIVA?

En la ciudad ocurren robos constantes, tanto de vehículos de motor, llámese autos, camionetas o motocicletas, como en casas habitación. Para los funcionarios policiales eso es cosa mínima, pero para un ciudadano que está al corriente de sus impuestos no.

Es muy común ver en las noches la ausencia de patrullas que vigilen la ciudad, así como la ausencia de policías que hagan rondines para inhibir la delincuencia; que entren a los bares para revisar a los parroquianos y ver que armas portan o que ingresen a las colonias para darles confianza y seguridad a los ciudadanos.

¿Si usted le pregunta a un policía por qué no se realiza esto? Ellos le contestarán que adolecen de gasolina o que las patrullas se descomponen constantemente. Pero hay nuevas; exactamente, hay nuevas, pero ¿qué pasa con ellas?

Uno no inventa, cómo lo hacen suponer los politiquillos que nada más tienen un cargo público y se marean. No, eso lo dicen los ciudadanos que ven con preocupación cómo la delincuencia invade sus territorios, sin que nadie les asegure protección.