Las luchas de las mujeres
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BARATARIA

Las luchas de las mujeres

 


Hoy es 8 de marzo y se celebra El Día Internacional de la Mujer. Una fecha que en las ciudades de nuestra República Mexicana se recuerda de manera solidaria, con marchas y movilizaciones, no con festivales, al estilo Televisa.

Claro, esto ocurría hasta hace unos años, pero las conquistas de las mujeres han sido vertiginosas.

No falta que en algunas marchas haya personas infiltradas que realicen desmanes para provocar a la fuerza pública, pero, por fortuna, ha prevalecido la prudencia de los cuerpos policiales y se han evitado zafarranchos.

No todas las mujeres comulgan con las movilizaciones o marchas, muchas de ellas se preparan en las universidades para lograr mejores metas; en las factorías donde luchan por mejores salarios, otras han emergido para convertirse en líderes sociales en sus comunidades, agencias, colonias, núcleos rurales y urbanos, etc.

En la década de los 40’s, cada 1 de mayo, y cuando había oportunidad, las mujeres esgrimían sus demandas por el sufragio y la exigencia de ocupar cargos públicos y de representación popular.

El 17 de octubre de 1953, el entonces presidente, Adolfo Ruíz Cortines, publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un decreto donde anunciaba la promulgación de las reformas constitucionales, otorgando a las mujeres el derecho a votar y ser votadas para puestos de elección popular.

A finales de la década de los 60’s, en Europa y después en Estados Unidos vendría el movimiento de liberación de las mujeres o liberación femenina, cuyos objetivos era mejorar la educación, la capacitación profesional, la apertura de nuevos horizontes laborales, la igualdad de sexos en la familia como medio de evitar la subordinación de la mujer y el que ella pueda tener un mayor control sobre su sexualidad, entre otros.

En México, la participación de la mujer ha sido destacada. Por ejemplo, en el movimiento estudiantil del 68, la dirigencia estaba conformada por varias mujeres que, incluso, al concluir este movimiento, siguieron la lucha, pero en un contexto radical al sumarse a movimientos guerrilleros.

´Por ejemplo, entre 1969 y 1970 viajaron a Corea del Norte para entrenarse militarmente, tres grupos de guerrilleros del chihuahuense, Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR). De 46, siete de ellos eran mujeres. Era tal la vergüenza del Estado mexicano que los nombres de estas mujeres, fueron borrados de la historia por el sistema priísta.

Hoy, las demandas de las mujeres siguen siendo las mismas, todas ellas complicadas, pero necesarias: la igualdad de género.

La lucha por equilibrar las cámaras de diputados federales, estatales; el Senado, los cabildos, son demandas que siempre estarán presentes, como también la demanda por penas más severas contra los que promueven la violencia familiar o el feminicidio.

Experta en el tema, nuestra compañera reportera, Yadira Sosa, nos dice que, además del primer lugar en feminicidios, Oaxaca se encuentra entre los 10 estados del país con mayor incidencia en varios tipos de violencia contra las mujeres, tan solo en enero de este año.

La entidad ocupa el sexto lugar con 77 casos, solo después del Estado de México con 273, Ciudad de México con 216, Nuevo León con 137, Chihuahua con 105 e Hidalgo con 96.

En Oaxaca suceden 1.83 delitos de violación por cada 100 mil mujeres, con mayor registro en Valles Centrales y el Istmo de Tehuantepec.

De los 12 feminicidios ocurridos en enero en Oaxaca, el Secretariado de Seguridad Pública señala siete casos en mayores de 18 años, dos en menores de edad y tres que no fueron especificadas.

Así también, de los 62 municipios que presentaron feminicidios en enero de 2023 en el país, ocho fueron de Oaxaca: dos en Santiago Suchilquitongo e igual número en Santa Cruz Xoxocotlán. El resto, con un caso cada uno, se notificaron en Huautla de Jiménez, Loma Bonita, Matías Romero, San Andrés Huayapam, San Bartolo Coyotepec y San Pedro Pochutla.

Falta señalar los casos en los que las mujeres mueren por hambre en las regiones más apartadas, y en las propias colonias de la ciudad, o las mujeres desempleadas o las que están en el subempleo. Las mujeres que están encarceladas por delitos que no cometieron o por ser indígenas pobres que no saben hablar el español y no tienen dinero para cubrir su fianza.

O las mujeres que con pico y pala, mojan la tierra con sus lágrimas, con la esperanza que a cada golpe puedan encontrar los despojos de sus hijos.

Dentro de este panorama atroz, vale la pena celebrar que el Congreso de Oaxaca haya aprobado el pasado 15 de febrero, un paquete de reformas a la Constitución Política Local y a diversas leyes estatales para que las personas inscritas en el Registro de Deudores Alimentarios, no puedan acceder a cargos públicos.

El instrumento jurídico establece como requisito para fungir como servidor público, no ser deudor alimentario moroso, salvo que se acredite estar al corriente con el pago, cancele la deuda, o bien, se tramite el descuento correspondiente.

La nueva legislación expone que esta limitante sea vinculante para las y los servidores públicos pertenecientes a la Administración Pública Estatal, integrantes del Poder Judicial del Estado -jueces, secretarios y magistrados-, así como las personas titulares e integrantes de los órganos constitucionalmente autónomos.

Eso hay que celebrarlo como un logro más de las mujeres, por esa tenacidad mostrada que nos invita a decir: ¡Sí se puede!