Museo Rufino Tamayo en el olvido
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BARATARIA

Museo Rufino Tamayo en el olvido

 


Dos grandes figuras de la plástica nacional e internacional han sido oaxaqueños: Rufino Tamayo y Francisco Toledo.

Los dos se conocieron, tuvieron amistad, amaron la pintura y, por supuesto, quisieron con el alma a su terruño: Oaxaca.

Por desgracia, los dos ya fallecieron, pero dejaron honda huella de su pasado a través del arte.

Sus obras pictóricas alcanzan sumas fabulosas en los remates que se realizan en Estados Unidos o Europa. Así dan cuenta, con cierta frecuencia, las agencias informativas, y eso llena de orgullo, porque por esos paisanos se ubica a Oaxaca como tierra de la inteligencia nata.

La política, por su parte, también ha dado gigantes de la historia, como Benito Juárez, Matías Romero, Porfirio Díaz, los hermanos Flores Magón y un prolongado etcétera.

Pero estamos hablando de una de las ramas exquisitas de las Bellas Artes que es la pintura. Y estamos hablando de los apellidos que inician con la T, Tamayo y Toledo.

Decíamos que los dos quisieron tanto a su estado que legaron ciertas propiedades al pueblo de Oaxaca para que se preservaran, para que fueran admiradas por las nuevas generaciones, para que, de ser posible, crecieran en su acervo.

Rufino Arellanes Tamayo, (su nombre original, después firmaría sólo como Tamayo), donó La Casa Hogar para Ancianos Los Tamayo, pues toma el apellido del matrimonio conformado por Olga y Rufino, así como el Museo de Arte Prehispánico de México Rufino Tamayo. Esta última institución se encuentra cerrada por cuestiones que ya veremos más adelante.

En tanto, Francisco Benjamín López Toledo, quien al igual que Tamayo, firmaría con el apellido materno, donó al pueblo oaxaqueño diversas instituciones, entre las cuales se encuentran: El Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), la Fonoteca “Eduardo Mata”, El Centro Nacional de las Artes Oaxaca; El Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo y el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO). Esta última institución en crisis por malos manejos.

Pues bien, es increíble que estas dos instituciones donadas por estos oaxaqueños predilectos estén en crisis y que el Estado se haya tardado en reactivarlas.

En esta primera entrega, nos referiremos a la situación por la que atraviesa el Museo de Arte Prehispánico de México Rufino Tamayo.

Es de destacar que nuestra compañera reportera, Lisbeth Mejía le ha dado puntal seguimiento a este caso. Y retomamos parte de lo que ha publicado.

Sin certeza jurídica, pues solo quedó como como un legado de Rufino Tamayo “al noble pueblo oaxaqueño”, el Museo de Arte Prehispánico de México Rufino Tamayo permanece a la deriva y cerrado al público.

Desde los inicios de la pandemia de Covid-19, el inmueble que lo alberga cerró sus puertas (avenida Morelos, centro histórico de la capital oaxaqueña).

Y aunque las y los empleados exigen su reapertura, esta no se ha concretado. Con este caso, en el estado de Oaxaca son ya dos museos en conflicto: el otro es el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO).

De acuerdo con el Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores de la Secretaría de Cultura (SNDTSC), el Museo de Arte Prehispánico de México Rufino Tamayo está cerrado a causa de un “conflicto de interés”. Aunque no detalla sobre él, pide al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) su colaboración para que las y los empleados del recinto vuelvan a sus labores cotidianas.

Sin embargo, el recinto carece de certeza jurídica, pues hasta el momento opera como un museo particular, pero que depende o ha dependido de apoyos de los gobiernos estatal y del federal para el pago de nómina de sus empleados. El museo cuenta con un patronato, sin embargo, se desconocen las labores de este o sus responsabilidades con el museo.

Hasta antes del cierre del museo, tuvo como directora a la fallecida Alicia Pesqueira (julio de 2019) y luego le sucedió en el cargo su hijo, Enrique Esesarte. Sin embargo, ahora es únicamente integrante del patronato.

El museo se mantiene en la incertidumbre jurídica, señala Enrique de Esesarte Pesqueira. El representante del Patronato del Museo Rufino Tamayo explica que el inmueble donde opera fue otorgado por el estado al fallecido artista, pero que nunca se concretó la devolución de éste tras la inauguración del museo.

Ahora, y aunque los trabajadores (cuya nómina paga el INBAL) exigen su reapertura, el patronato explica que se hará pero bajo la condición de que el museo se mantenga como un ente privado. Es decir, rechaza la concreción del convenio de 2019. Este documento se encuentra extraviado al solicitar copia del mismo a la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca (Seculta), respondió que no está en sus archivos.

En tanto, en un pronunciamiento dirigido al gobernador del estado, Salomón Jara, así como a la Secretaría de Cultura federal y al gobierno de México, los sindicalizados señalaron que el museo lleva “más de 3 años” cerrado al público “por un conflicto de interés y esto afecta no sólo a los trabajadores del recinto, sino también al turismo nacional y extranjero”.

Ante ello, el Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores de la Secretaría de Cultura Sector ATM INBAL, exigió “el respeto irrestricto a la materia de trabajo” de sus compañeros del Museo de Arte Prehispánico de México Rufino Tamayo.

Asimismo, exhortó a Lucina Jiménez, directora general del INBAL, “a que colabore con el fin de dar solución” al conflicto.

De su lado, el Gobierno del Estado ha mostrado pasividad en este asunto. En una mañanera de Salomón Jara, el Consejero Jurídico del Gobierno del Estado, Geovany Vásquez Sagrero detalló que se trabaja en un convenio con el patronato, del que son parte las herederas de Tamayo. Sin embargo, rechazó la posibilidad de privatización del museo. “Ningún espacio del arte debe manejarse como espacio privado”, escribió después el funcionario.

Sobre este caso, extraña el silencio de los intelectuales que no han emitido su postura en torno a este patrimonio que legó Tamayo al pueblo de Oaxaca. ¿Acaso no estamos orgullosos de contar con un patrimonio así? Otras entidades desearían contar con este tipo de tesoros, pero, al parecer, ni al gobierno del estado le interesa rescatar ese museo porque significan gastos, por lo cual prefieren condenarlo al olvido.